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13.5 millones de personas consumen leña o carbón en el hogar, señal de pobreza energética

  • México Evalúa presentó el estudio Vivir a oscuras: la pobreza energética en México. 
  • México no cuenta con datos suficientes para dimensionar cuántos habitantes viven en situación de pobreza energética, ni existe alguna ley o reglamento que reconozca este problema, o políticas públicas para atenderlo de manera integral.
  • El consumo de energéticos de baja calidad se relaciona con enfermedades respiratorias. Además, la falta de acceso a la electricidad perpetúa las condiciones de pobreza, advierte el estudio.

De acuerdo con el Inegi, 4.8 millones de hogares mexicanos consumen leña o carbón para calentar agua y alimentos y sólo la cuarta parte cuenta de ellos cuentan con una chimenea o ducto para expulsar el humo, lo que implica que 3.6 millones de hogares –equivalentes a 12 millones de personas– viven con alto riesgo de intoxicación. Esta situación se acrecienta en los hogares con menores ingresos y está estrechamente relacionado con el EPOC, una de las principales causas de muerte en México: el 57.6% de las personas con esta enfermedad estuvo expuesta al humo de leña, el resto de los padecimientos se relacionan más con el tabaquismo.

Estos datos dan cuenta de algunas de las consecuencias más graves de un fenómeno que aqueja a millones en México, pero que es muy poco estudiado por autoridades y especialistas por igual: la pobreza energética. México Evalúa ha publicado un estudio con el que busca comenzar a llenar los vacíos de información y orientar la toma de decisiones en materia energética. La organización de la sociedad civil entiende que el derecho a la energía limpia, segura y eficiente debe ser reconocido como un puente que lleva al ejercicio eficaz de otros derechos, como el goce de vivienda digna, educación, salud, equidad de género, comunicación y un medio ambiente sano.

El estudio demuestra, entre otros datos, que las afectaciones causadas por pobreza energética son distintas en hombres y en mujeres: la EPOC es la novena causa de muerte para los hombres en México, quienes registran los más altos niveles de tabaquismo. Por otro lado, para las mujeres dicha enfermedad es la séptima causa de muerte. Esto, explican, se debe probablemente a que si bien las mujeres no son las que más padecen tabaquismo, sí son las que más tiempo permanecen al interior del hogar. En promedio, esta enfermedad registra cerca de 24 mil fallecimientos anuales a nivel nacional.

Tras una revisión exhaustiva del marco jurídico mexicano, la investigación describe que el Programa Sectorial de Energía (Prosener) 2020-2024 es el único documento en México en donde se retoma el término pobreza energética. Tal programa calcula que al cierre de 2018 el 98.75% de la población nacional tenía acceso a la energía eléctrica, por lo que alrededor de dos millones de personas están privadas del servicio. Para abatir este rezago, el documento enfatiza que deben sumarse esfuerzos entre los tres órdenes de gobierno, la industria eléctrica y la sociedad civil, y recomienda realizar proyectos de autoconsumo mediante energías renovables. Esta propuesta, explica el estudio, es un buen primer paso, pero un problema multidimensional de la extensión de la pobreza energética requiere esfuerzos mayores para combatirla.

México Evalúa hace un llamado a impulsar el diálogo entre distintos tomadores de decisión para lograr que la pobreza energética sea reconocida en la Constitución y definida en las leyes secundarias, y que su solución sea normada mediante reglas flexibles y abiertas, susceptibles de ser implementadas por los estados y municipios, según sus necesidades.

Para abatir este problema, México Evalúa recomienda mejorar los sistemas de información energética, explorar la creación de sistemas descentralizados de generación eléctrica, enfocados a la satisfacción de poblaciones vulnerables a través de inversión privada en sinergia con distintos niveles de gobierno, así como fomentar la participación de organizaciones no gubernamentales en la capacitación y organización de las comunidades, que a su vez elijan representantes para influir sobre las decisiones energéticas a nivel local, mediante un contacto eficaz con las autoridades municipales.