
Ciudad de México, a 22 de abril de 2025. Más de la mitad de los mexicanos afirman que no cuentan con formación personal o académica sobre cómo administrar sus finanzas, de acuerdo con el Banco Mundial. Quienes tienen algún indicio sobre ello fueron asesorados, en ese orden, por su mamá, su papá o profesores del colegio.
En la actualidad existen diversas herramientas para que las familias mexicanas lo hagan diferente y acompañen a los niños y niñas a involucrarse en temas económicos, incluso desde los 3 años de edad, como recomiendan las personas expertas. El reto está en permitir y fomentar que desarrollen hábitos positivos para que tengan mayor conocimiento de cómo administrar el dinero. Como un buen inicio, hay que conocer 4 acciones que ayudan a los pequeños a adoptar hábitos financieros sanos desde casa:
- Organiza actividades didácticas en casa alrededor del dinero. Un formato fácil y muy familiar para los pequeños es jugar; mientras pasan un buen rato, pueden comenzar a relacionarse con la cultura financiera a través de juegos como Monopoly o Turista Mundial, donde los creadores buscan replicar algunas situaciones financieras reales como la administración de gastos con pago.
Implementar dinero de juguete en ciertas actividades crea situaciones que obligan, en un ambiente relajado y divertido, a que los pequeños tomen decisiones financieras asequibles, como qué comprar o cuánto gastar. Si aún no adquieres alguno de estos juegos de mesa, intenta jugar al supermercado en casa; podrás comenzar a introducir algunos conceptos funcionales en su vida.
- Guiar en la administración de su mesada. Si se destina dinero semanal o quincenal para ellos, guíalos a colocar algunas metas para su uso, de tal forma que los pequeños vean qué puede lograr su constancia en el ahorro. Apóyalos a dividirlo; pueden segmentar entre el dinero que se utilizará para el día, para el fin de semana y para un plan a mediano plazo, por ejemplo. Prestarles dinero, también es una oportunidad de aprendizaje, siempre y cuando se base en un plan financiero con el que se puedan familiarizar.
Si no se destina una mesada, puedes establecer un sistema de pequeñas recompensas por tareas fuera de su responsabilidad diaria. Por ejemplo, en su día a día debe ordenar su habitación, pero para obtener dinero extra, puede proponerles ayudar a limpiar un área que originalmente no les corresponde asear. En este punto es clave mantener un equilibrio entre las actividades y el tener un registro de su ahorro. Con ello se les familiariza en términos como “constancia” o “meta financiera”.
- Involúcralos en pequeñas decisiones financieras del hogar. Llevarlos al supermercado y comparar precios de productos es una forma práctica y efectiva de hacerlos parte de un proceso, porque mañana lo harán por sí solos. Además, permite enseñarles a tomar decisiones informadas.
Por ejemplo, si un niño quiere un balón porque ama el basquetbol, llévalo a revisar precios en diferentes tiendas y calculen cuánto tiempo necesitaría para ahorrar; así podrá comenzar a tener parámetros del valor del dinero con un caso que le causa interés.
- Ser un ejemplo de buenos hábitos financieros. Es complejo imaginar que más del 50% de la población mexicana no vive bajo bienestar financiero y por tanto, no puede explicar a su descendencia cómo lograrlo. Sin embargo, más que desasosiego, esto debe ser motivación para informarse y cambiar hábitos.
Los pequeños aprenden observando a sus padres. Si ven que sus figuras de referencia administran bien el dinero, comparan precios, evitan compras impulsivas y ahorran con disciplina, es más probable que adopten estos hábitos en el futuro. Un estudio de la Universidad de Cambridge indica que los hábitos financieros se forman desde los 7 años de edad, por lo que inculcar estos valores desde temprano es fundamental.
Educar a los peques del hogar sobre el valor del dinero transforma su presente y les da las herramientas para construir un futuro lleno de oportunidades y decisiones financieramente inteligentes. “Cada conversación, ejemplo y lección que se les inculque es una semilla que crecerá con ellos y ellas, dándoles herramientas para enfrentar un mundo cada vez más complejo y sobre todo para que puedan lograr su independencia y autonomía financiera que, al final, permite vivir una vida mucho más plena”, menciona Mariana Villasuso, Gerente Senior de Políticas Públicas en Stori.