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Ayer (28/04), la península Ibérica sufrió una desconexión eléctrica total, el unplugged, el black out, quedando todo fundido en negro, con cero tensión eléctrica; un suceso histórico que nos muestra desde las debilidades del sistema energético español, hasta la deficiente respuesta política, como intento explicar a continuación.
En primer lugar, se ha evidenciado la vulnerabilidad del sistema energético debido a la ridícula interconexión eléctrica con el resto de Europa, ya que España, a través de Francia, tiene conectado un 3% de la capacidad interior, muy lejos del 10% recomendado por la UE; y ese efecto de ‘isla energética’ comporta la incapacidad de vender excedentes de energía renovable y de recibir apoyo externo, en momentos como el de ayer.
A continuación traslado unas observaciones que me parecen relevantes:
‘(…) En días precedentes, con un exceso de energía renovable y la mínima capacidad exportadora, las empresas energéticas debían vender la energía a precios que no cubrían los costes. Y, por ejemplo, Repsol y otras grandes operadoras alertaron de graves problemas en la red eléctrica; la refinería de Cartagena, por ejemplo, se vio obligada a parar toda su actividad cinco días antes del apagón debido a fallos externos en el suministro; pero esas advertencias fueron ignoradas o minimizadas, tanto por las autoridades españolas, como por Red Eléctrica, lo que contribuyó a la falta de preparación ante la emergencia.
(…) expertos en ciberataques han alertado de que algunos patrones detectados en los días previos al apagón son consistentes con técnicas empleadas por grupos de ciberespionaje, aunque hasta ahora no hay confirmación oficial (…)’
(eldistrito.es)
En la rueda de prensa efectuada por Pedro Sánchez a las 13.00 h de hoy, tras elogiar la respuesta ciudadana, y el comportamiento de todos los servidores públicos, ha apuntado:
- Que el gobierno llegará hasta el final y exigirán las responsabilidades pertinentes a todos los operadores privados; y para ello ha anunciado la creación de una comisión de investigación.
- En materia de ciberseguridad, se están examinando los riesgos derivados de la emergencia eléctrica y se están examinando los registros de Red Eléctrica y de los operadores privados para no descartar ninguna hipótesis.
- Todos los resultados que se obtengan de estas investigaciones se harán servir para mejorar nuestro sistema eléctrico.
- El sistema eléctrico es de mucha complejidad y se están analizando los 5 segundos que provocaron la caída.
- Los que están vinculando este incidente a la falta de nucleares, están mintiendo o demostrando su ignorancia (…) la recuperación de suministro ha sido gracias a las interconexiones con Francia y Marruecos y a los ciclos combinados de gas y a las centrales hidroeléctricas (…) y a que tenemos una población admirable.
- España superó ayer una prueba durísima y volvió a proyectar al mundo la imagen de un país que sabe plantar cara a cualquier adversidad (…) pero la crisis todavía no ha acabado.
- No podemos descartar ninguna hipótesis, eso sería imprudente, necesitamos un conocimiento exacto de lo que pasó en aquellos 5 segundos, y a partir de esos datos se tomarán decisiones (…) con la máxima transparencia y exigencia de responsabilidades.
Efectivamente, poder entender lo que pasó, requiere conocimientos técnicos, el acceso a toda la información precisa y una total objetividad (independencia); y, políticamente, los gobernantes deberían clarificar y asumir la responsabilidad por la apagada informativa, ya que los máximos responsables tardaron mucho en aparecer (Sánchez 6 horas; Illa 8 y Collboni 9).
Es impresentable que tardasen tanto en aparecer públicamente y, total, para no decir nada, pues lo desconocían todo. Pero ante una situación tan grave, deberían haber aparecido a la primera hora, y efectuar ese mensaje para dar seguridad, confianza y pedir tranquilidad. Y si no aparecían ellos, para eso tienen portavoces de gobierno. En Catalunya, la consejera de interior (Parlón), apareció a las 4 horas. Y también es vergonzoso que hasta en un tema comunicativo así, los reclutas Salvador Illa (president de la Generalitat) y Jaume Collboni (alcalde de Barcelona), respetasen la jerarquía de su partido (PSOE), esperando, así, que primero apareciese Sánchez, su jefe, después Illa y, al final, Collboni. Ese es el menguado nivel autonómico que gestionan esos grises burocrátas administrativos, que no tienen la empatía ni la responsabilidad necesarias para asumir sus funciones.
Es impresentable, también, que ‘casualmente’ Pedro Sánchez ni citara las ‘ventajas’ que había vendido hace unos años sobre la ‘excepción ibérica eléctrica’, ni sobre la necesidad de acelerar su integración con Europa, cumpliendo, como mínimo el 10% establecido (no el 3% actual).
Y claro, el gobierno de Pedro Sánchez debería hacer un rápido ejercicio de análisis objetivo, que, como he indicado, debería ser independiente, para explicar de forma clara, ¿cómo pueden ‘desaparecer‘ 15 gigawatios (el 60% de la demanda española) en 5 segundos?; ya que en ausencia de esas explicaciones pedagógicas, la desconfianza no desaparecerá.
Una compañera me ha reenviado el mensaje del actor y director teatral, Joan Lluís Bozzo, en la red sociales X, diciendo: ‘En cuanto al Gran Apagón y el ciberataque, recordad ‘Sí, Ministro’: ‘no creas nunca un rumor hasta que no sea oficialmente desmentido’.
(por cierto, esa serie de Antony Jay y Jonathan Lynn (producida por la BBC, y presentada entre 1980 y 1988) fue genial, ya que retrataba a la perfección el poder funcionarial)
Asimismo, los respectivos niveles de responsabilidad deberían revisar el sistema informativo en general, ya que, además de las necesarias comparecencias de los máximos responsables, es preciso mejorar, muchísimo, la llegada de la información de servicio precisa a los diferentes colectivos: a los que quedaron aprisionados en los trenes; a los que no pudieron regresar a sus localidades de residencia y que desconocían que podían pasar la noche en los centros deportivos habilitados; la posibilidad de acceder al agua y alimentos, facilitados por la Cruz Roja a los colectivos necesitados (ya que al no tener efectivo, y no funcionando los cajeros automáticos, no podían comprar nada, ni coger un taxi, etc.)
El año pasado se efectuaron test para verificar que los avisos de alarma (por radiación nuclear, DANAS, etc.) llegasen a los teléfonos móviles geolocalizados en las zonas afectadas. Pero, ayer, ningún responsable envió ningún mensaje de servicio; y, al ser preguntado Sergio Delgado, subdirector de programas de protección civil de Catalunya, por parte de RAC1, dijo que lo habían evaluado, pero lo descartaron, ya que ‘una cuarta parte de la población afectada, no los recibiría, por el fallo sistémico’.
Obviamente, muchos estábamos totalmente desconectados, pero si se hubiesen enviado esos mensajes, diciendo que se compartieran con los vecinos, etc., la información hubiese llegado.
Respecto al comportamiento ciudadano, es cierto que, a nivel general, fue respetuoso, responsable, pero es preciso señalar que siempre hay excepciones, pues, ‘a rio revuelto, ganancia de pescadores’; y así, hubieron casos de aprovechados: vendiendo pilas, transistores, taxistas de Úber, etc., que multiplicaron excesivamente sus costes, justificándose en la salvaje ley de la oferta y la demanda, y, claro, olvidando el estado de emergencia y necesidades reales. Y sobre estos casos, aunque minoritarios, nadie habla. Sé que sería difícil, pero conveniente, poderlos denunciar por las redes sociales, para que conociéramos su nulo nivel de servicio y dejar de comprar en esas tiendas / empresas. Asimismo, los ciudadanos que se volcaron a los supermercados, para acaparar (en la pandemia, hasta el papel higiénico llegó a escasear, por eso), tampoco tienen perdón, por su insolidaridad.
Tras la pandemia, Pedro Sánchez y Salvador Illa repitieron hasta la saciedad que, como sociedad, saldríamos más reforzados, mejores; y que los diferentes poderes habían aprendido para perfeccionar sus actuaciones de cara al futuro.
Palabras, palabras, palabras, ya que la fundida a negro de ayer, con el apagón informativo, nos ha mostrado que somos incorregibles.
Para finalizar, después de centrar el problema de los 5 segundos mencionados, me parece ‘curioso’ señalar un par de menciones, que no tienen nada que ver con el tema que nos ocupa, pero también están limitados a 5 segundos:
1 –
La regla de los 5’’ de Mel Robbins, autora del libro: ‘El poder de los 5 segundos’, que consiste en contar hacia atrás desde 5 a 1 y actuar de inmediato, para evitar la indecisión y la procrastinación. Es decir, actuar antes de que la mente nos detenga con dudas, miedos o excusas. Obviamente, esa regla no se puede generalizar, ya que, en muchas ocasiones, o en la mayoría de ellas, es preciso recapacitar mínimamente, antes de actuar a ciegas, por el mero impulso; pero está claro que la inmediatez de la actualidad, intenta, por todos los medios, que no recapacitemos.
2 –
Canción ‘5 segundos’: (autor: Manuel Alomía Guerra, 1909 – 1937)
5 segundos antes de morir
yo vi el rostro de mi madre
que con voz tierna y cariñosa
me decía: hijo, no vayas a la guerra.
4 segundos antes de morir
yo vi el rostro de mi padre
que con voz fuerte y amistosa
me decía: hijo, no vayas a la guerra.
3 segundos antes de morir
yo vie el rostro de mi hermana
que con voz clara y cariñosa
me decía: hermano, no vayas a la guerra.
2 segundos antes de morir
yo vi el rostro de mi novia
que con voz tierna y amorosa
me decía: amor, no vayas a la guerra.
1 segundo antes de morir
yo vi el rostro de la muerte
que con voz fuerte y tenebrosa
me decía: listo, vamos a la guerra.
En definitiva, que tenemos mucho trabajo para mejorar como sociedad; asimismo, este apagón de ayer, debería reforzar el movimiento independentista catalán, ya que está claro que el reino español no es un buen compañero de viaje (como sabemos desde 1714); pues si tuviéramos la República Catalana, podríamos acercarnos más a la UE, y, así, entre otras cosas, nos evitaríamos futuras desconexiones como la de ayer.