Buscar

500 años de la conquista de México. Resistencias y apropiaciones

Disputas críticas y aproximaciones, cinco siglos después de la caída de México-Tenochtitlan. Con la coordinación de Valeria Añón, la presentación del volumen de Karina Batthyány y textos, entre otros, de Margo Glantz, Enrique Dussel y Noé Jitrik.

En 2021 se cumplieron 500 años de la caída de México-Tenochtitlan, un hito que marca  la conquista del centro de México, en el discurso histórico, artístico, literario y social. 

Este libro se inserta en el debate abierto por las conmemoraciones y las disputas críticas que se fueron desplegando a nivel internacional, desde mediados de la década pasada, y lo hace con una perspectiva latinoamericana. 

Revisita el pasado para intervenir hoy, a la par que configura redes de investigadores que, a lo largo del continente, piensan la conquista de México y sus discursos en el marco de la experiencia colonial. Se trata de sacar del ámbito nacionalista o coyuntural esta efeméride para expandirla a la cultura latinoamericana toda.

Orientado tanto a un lector especializado como a un público amplio, interesado en descubrir tanto lecturas clásicas como aproximaciones renovadoras a la conquista de México, así como reflexiones en torno a representaciones (visuales, materiales, arquitectónicas) que han marcado los modos en que este acontecimiento y sus imágenes fueron interpretados. 

Enlace de descarga:

https://biblioteca-repositorio.clacso.edu.ar/bitstream/CLACSO/168952/1/500-anios-conquista-Mexico.pdf

Sobre Valeria Añón:

Es doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires e investigadora independiente en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina. Es profesora adjunta regular de Literatura Latinoamericana I en las universidades de La Plata y Buenos Aires (Departamento de Letras). Entre sus libros se cuentan La palabra despierta. Tramas de la representación y usos del pasado en crónicas de la conquista de México (2012) y varias ediciones de textos coloniales: la edición anotada de Segunda Carta de relación de Hernán Cortés (2010), Diarios, cartas y relaciones de Cristóbal Colón, en coautoría con Vanina M. Teglia (2012), y la edición anotada de La conquista de México. El libro XII de fray Bernardino de Sahagún (2016).

Fragmentos de la obra: 

“La conquista de México. Conmemoraciones y debates en el siglo XXI”, Valeria Añón.

“En 2021 se cumplieron 500 años de la caída de México-Tenochtitlan, que la tradición y la historia inscriben el 13 de agosto de 1521. Este hito marca, en el discurso histórico, pero también artístico, literario, social, la conquista del centro de México por parte de Hernán Cortés, sus tropas y sus aliados. En la imaginería posterior, este acontecimiento ha tenido implicancias múltiples, heterogéneas, modélicas respecto de los modos de conquista en todo el continente, del vínculo con el otro americano (así es planteado en las crónicas) y de su imagen misma. 

Por ese motivo, ha recibido innúmeras reescrituras y reinvenciones a lo largo de los siglos, que intentaron volver inteligible el acontecimiento, colocarlo en el marco de un proyecto imperial (ese primer imperio moderno, el ibérico, sobre el cual se funda la Modernidad-Colonialidad), fijar sus sentidos, y cuestionar la idea misma de “conquista” y sus implicancias. En vistas de esta efeméride, las conmemoraciones y disputas críticas se han venido desplegando, en América (en especial, en México, claro), Europa y los Estados Unidos desde mediados de la década pasada y alcanzaron su clímax en 2021, cuando se llevaron a cabo –y continúan desplegándose– numerosos encuentros (virtuales o presenciales, sometidos al devenir de la pandemia), simposios y circulación de textos en el ámbito continental. El volumen que aquí se propone se inserta en ese debate y participa en la polémica con una perspectiva americanista y situada”.

“Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo. Estudio preliminar”, Susana Zanetti y Celina Manzoni

“Está en Antigua, la antigua capital de Guatemala, y es un viejo encomendero quejoso: uno de los cinco sobrevivientes de la conquista de México, que dio a España vastísimos territorios y relucientes riquezas; se siente acallado, postergado. Por eso blande ahora la pluma para cumplir otra enorme empresa, su Historia verdadera, en la que palpita y jadea la palabra al calor del recuerdo, reviviendo en cada anécdota, en cada rasgo, en cada perfil la imagen de él, de Bernal Díaz del Castillo conquistador, de sus compañeros, de los caciques sojuzgados…”. 

“El diestro tramado del relato los coloca en primer plano, en paridad con Hernán Cortes, distribuyendo de otro modo la honra, instalándose firme y desafiante en esa fama que crónicas más cuidadosas de una constreñida pureza del idioma –Gomara, y de sus jerarquías heroicas, le habían quitado. Bernal vio, por eso sabe lo que cuenta; ese es su tesoro, y esa rotunda y ancha lengua popular española del siglo XVI irrumpe con brío para que cumpla su destino ultimo de cronista indiano. […] Bernal Díaz del Castillo es a la vez cronista de una conquista y un conquistador paradigmáticos –la conquista de México, Hernán Cortes– y cuando esto escribe –casi al concluir su crónica en 1568– un modelo él mismo del indiano, del español casi arraigado en América, donde prácticamente ha transcurrido su vida, receloso de los gachupines pretenciosos que llegan de la metrópoli a disponer de tierras, cargos y honores habidos por otros, los antiguos conquistadores”. 

“Cuando redacta la Historia verdadera hace casi cuarenta años de la conquista de México y casi setenta del descubrimiento de América. Su crónica se incorpora a un heterogéneo conjunto de obras que conformaron, que fueron construyendo una imagen de América. Cartas, relaciones, memoriales, crónicas e historias de muy diversos estilos y características, se escribieron para comunicar a Europa las novedades de la tierra americana: se fueron apuntando así las peculiaridades de su flora, de su fauna, de su geografía, de sus habitantes, de las civilizaciones existentes. […] América comienza siendo para Europa un espacio vacío”. 

“La América semejante a Europa comenzaba a desvanecerse para algunos y se le reconocían rasgos propios e igualmente válidos. […] Las crónicas son también claro testimonio de la mentalidad del conquistador español en la que confluyen el providencialismo y el mesianismo cristiano, la sed de hazañas y las fantasías de prodigios crecidos al amparo de revitalizados mitos grecolatinos –la fuente de Juvencia, las Amazonas, nuevos –el Dorado– o de las ficciones populares. A pesar de la prohibición directa de la reina (1531) de que circulen en América las “mentirosas historias” de las novelas de caballerías, especialmente el Amadís de Gaula, no solo tuvieron aquí una respetable difusión, sino que vivían ya en la imaginación de los soldados, impulsando una esforzada marcha cuyo principal señuelo era el oro, los esclavos, las mujeres y toda otra forma de tributo”.