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9 mil jóvenes se benefician de actividades artísticas, sociales y culturales, a través del programa Para la Fortaleza de la Juventud

Ciudad de México, a 08 de septiembre de 2023.- Está comprobado que las actividades físicas, artísticas y culturales durante la adolescencia pueden reducir hasta el 48% de los síntomas de depresión (según la Universidad Charles Drew), además de que ayudan a lograr una formación integral, pues permiten adquirir más conocimiento y desarrollar mejores habilidades.

Sin embargo, para lograr esta formación, se requiere contar con entornos que propicien un mejor desarrollo. Ejemplo de ello es el programa “Para la Fortaleza de la Juventud” (FSY por sus siglas en inglés), organizado por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en el cual, durante cinco días se imparten clases y actividades musicales, sociales y culturales para jóvenes de entre 14 y 18 años.

“El objetivo de FSY es ofrecer a los jóvenes la oportunidad de conocer y convivir con otros en un entorno seguro, a través de actividades especialmente planeadas para ayudarles a reforzar valores positivos. 

Ya sea a través de un baile, un espectáculo de variedades o una actividad recreativa al aire libre, se pretende despertar en los jóvenes un verdadero interés y amor por las cosas buenas”, indicó Juan Cárdenas, quien durante varios años fungió como coordinador del programa FSY en México. 

Los FSY llevan una agenda con actividades programadas desde el amanecer hasta que los jóvenes se van a dormir, de modo que aprovechan cada minuto del día. Es importante destacar que, a través de todas estas actividades se logra preparar y fortalecer a los jóvenes al entorno cada vez más duro e incierto por el que atravesamos. 

De acuerdo con Cárdenas, este año se llevaron a cabo 16 programas FSY a lo largo del país, contando con la participación de cerca de 9 mil jóvenes, los cuales permanecieron fuera de casa día y noche durante una semana, hospedándose en lugares que la Iglesia ha diseñado especialmente para estos programas.

Para coordinar estos grupos tan grandes de jóvenes y asegurar que tengan la mejor experiencia, se tiene el apoyo de 1,500 supervisores y un equipo de más de 900 voluntarios, que en cada edición se encargan de la logística a lo largo y ancho del país.

Cada año, el programa tiene un enfoque diferente con el objetivo de concientizar y enseñar a los jóvenes a superar los diversos desafíos que se les presentan, en esta edición se eligió abordar los problemas emocionales, desde diferentes aspectos, ya sean causados por la edad, su cuerpo o hasta de amistades.

“Después de una semana de participar en el FSY los jóvenes se ven distintos, logramos formar mejores estudiantes, mejores adolescentes para la sociedad y mejores personas para la comunidad”, concluyó Cárdenas.