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Conade imagen interna

Martha Nava Argüelles
Martha Nava Argüelles
Imagogenia
@mar_naa

Trabajar porque la institución en su totalidad opere de manera coordinada, velando por los intereses integrales, donde todos proyecten lealtad y pertenencia dentro y fuera del área de trabajo y/o del horario laboral es un arte, y este se logra sólo de una forma elegante y sutil. Ciertamente, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deportes (Conade), encabezada por Ana Gabriela Guevara no ha sabido trabajar el sutil arte de hacer perteneciente a los integrantes de la institución.

Richard Branson dijo que “Los clientes no son lo primero, lo primero son los empleados. Si cuidas de tus empleados, ellos cuidarán de los clientes”. Pensemos que los empleados son los deportistas que beca la Conade y los clientes somos todos aquellos que disfrutamos del deporte. Queda claro que la institución no está haciendo su parte en cuidar de sus empleados y se nota en los resultados que tiene México en esta esfera social. Ahora, las cosas se complican aún más cuando los deportistas ponen en evidencia todas las carencias, recortes, errores, supuesta corrupción y más que existen en el “proceso” y que indiscutiblemente repercuten en la imagen de la institución y su titularidad, porque evidentemente los estímulos que se están emitiendo no sólo son negativos, sino contradictorios a la imagen que pretende proyectar el más alto jefe -el presidente- y por ende la eficiencia de la imagen decae.

Hoy, el tema es cómo son percibidos los nuevos lineamientos de conducta de la Conade como: una mordaza a la libertad de expresión, pero ¿por qué? Bien, primero debemos entender que las empresas suelen tener códigos éticos o de conducta vaya, no es nada novedoso; sin embargo, en los de la Conade destacó el apartado de “Conducta”, porque se aborda el uso de las redes sociales de los deportistas, la imagen pública de estos, sus declaraciones y críticas contra la institución, entre otros aspectos. Esto, no debería ser una sorpresa, personalmente soy fiel creyente de que los integrantes de la institución son parte funcional de la imagen de la misma; sin embargo, la Conade no consideró el contexto y las muchas inconformidades públicas que han expuesto los atletas. Y no me mal entiendan, no estoy totalmente de acuerdo con este tipo de lineamientos pues limitan la libertad de expresión y por ende la retroalimentación y el crecimiento.

El problema aquí es que estos lineamientos son vistos como un tema de “control” y no como uno de “vamos a trabajar todos con un objetivo en común”, porque ciertamente el fondo de todo esto es que el ego y la imagen de la titularidad y de su jefe se vieron dañados por declaraciones anteriores y por el uso de las redes sociales personales de los deportistas tanto que, por ejemplo, en el apartado ocho señala sobre las redes sociales que el deportista será responsable sobre todas sus declaraciones y que no dañará la imagen de la institución y sus miembros; o el apartado siete que aborda el tema de las declaraciones a medios señalando que el deportista deberá “abstenerse de declaraciones no fundadas y debidamente motivadas en contra de las instituciones deportivas estatales, nacionales, dirigentes deportivos…”; aquí lo que se espera es que quienes forman parte de la institución quieran hablar bien de esta, pero cómo lo harán cuando la misma institución está condicionándolos a que, de no cumplir, el deportista admitirá la “…determinación que la CONADE tome respecto a la cancelación de mi beca”, se genera un conflicto de intenciones importante ¿no?

Al final, pareciera que ni Ana Gabriela Guevara ni su equipo de asesores han entendido que la parte más pública de la institución -además de ella-, son todos los integrantes de la misma, y que antes de trabajar en su imagen pública externa, deben hacer un arduo trabajo de comunicación interna, para que sean los mismos empleados y deportistas quienes se expresen de manera favorable sobre la institución y su titularidad, pues ahí es donde estaría la genuina ganancia de una imagen pública eficiente, y en consecuencia, lineamientos mucho más elegantes y acordes a las necesidades de la institución y su audiencia.

Te invitamos a conocer el podcast de Imagogenia para saber las últimas opiniones