Puede ser que algunas figuras públicas desconozcan el impacto que sus actos y decisiones tienen sobre su audiencia; en el caso de la salud este tema es aún más delicado pues las consecuencias no se limitarán al acto o decisión en sí, sino que repercutirá en todas las esferas que les rodean. Tal es el caso del tenista serbio Novak Djokovic, cuya carrera deportiva ha tenido giros inesperados y desafortunados desde el 5 de enero que llegó a Melbourne para poder jugar el Abierto de Australia 2022.
Desde su llegada al país, el tenista fue detenido y llevado a un hotel para su aislamiento, su visa fue revocada y hace unos días finalmente fue cancelada a discreción del ministro de migración Alex Hawke. Y es que, aunque Djokovic ha expresado abiertamente que no es provcauna y que no desearía que se le obligue a vacunarse para poder viajar, también debe saber que tiene que apegarse a los lineamientos de cada país. En Australia, por ejemplo, la forma en la que se está manejando la pandemia -y de manera muy exitosa hay que reconocer- es que aquellos que no han recibido el esquema completo de vacunación, deben demostrar ante las autoridades del país que, por algún motivo médico de importancia, no pueden ser vacunados; el tenista, llevaba su exención médica, sin embargo, todo parece indicar que esta no fue suficiente y el gobierno sostuvo su argumento de que él representaba una amenaza para la salud pública. La realidad es que esta decisión no es una aislada de la esfera política pues el primer ministro, Scott Morrison pasará por elecciones en mayo de este año y, esta movida, sumó a su reputación, pues dejó en claro que nadie está por encima de la ley, elemento que puede utilizar como un buen estandarte de campaña.
Ciertamente, la decisión de no vacunarse ha tenido consecuencias gravísimas para su carrera y, por ende, su imagen. Y es que los problemas que ha enfrentado desde su llegada al país han sido muchos y la cancelación por tres años de su visa y su deportación son de gran importancia pues este precedente es uno que ha hecho que, también, el gobierno francés deje en claro que para participar en el torneo Roland Garros, tenistas, público y profesionales implicados deberán contar con el esquema completo de vacunación, lo que podría dejarlo fuera de la competencia.
Hay que recordar que hasta el día de hoy Djokovic es el tenista mejor clasificado del mundo y que de haber jugado y ganado el Abierto de Australia se convertiría en el jugador con la mayor cantidad de Grand Slam ganados en la historia, por lo que, no participar, implica un fuerte golpe para su imagen presente y futura. Si bien de momento cuenta con el apoyo de su país, el que no participe traerá consigo otras repercusiones pues sus patrocinadores también se están manifestando sobre el tema, por ejemplo la marca Lacoste señaló que se sentarán a dialogar con “Nole” y agradeció que el evento se lleve en buenas condiciones para jugadores, cuerpo técnico y espectadores; habrá que esperar las posturas de Hublot y Peugeot, aunque sí lo han apoyado hasta ahora, a pesar de todas las polémicas que ha enfrentado -pues esta no es la primera-, seguramente mantendrán la coherencia y seguirán la marcha.
Te invitamos a conocer el podcast de Imagogenia para saber las últimas opiniones