- Afecciones cromosómicas, alteraciones de extremidades y las de tipo gastrointestinal, son las más frecuentes
- Todas las personas deben sensibilizarse sobre estos padecimientos
- Brinda el CMN “20 de Noviembre” tratamientos de alta especialidad y atención integral multidisciplinaria a pacientes afectados
Ciudad de México, 4 de marzo de 2022.- Derivado de que más de 60 por ciento de malformaciones congénitas son de origen desconocido, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) promueve en las mujeres embarazadas medidas preventivas con evidencia científica para reducir algunos riesgos, como la prescripción de ácido fólico y vitamina B durante la gestación, que ha demostrado eficacia para prevenir alteraciones del desarrollo del tubo neural, es decir, del sistema nervioso central, informó el director general, Pedro Zenteno Santaella.
El especialista adscrito a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), del Centro Médico Nacional (CMN) “20 de Noviembre”, Armando Torres Rodríguez, precisó que en 2021, 45 por ciento de los ingresos a la UCIN fueron pacientes con algún tipo de malformación. “Al ser un hospital de referencia de alta especialidad, la malformación más frecuente que atendemos es la cardiaca, alteraciones estructurales que no llevaron el adecuado desarrollo de ese corazón; afecciones cromosómicas como la trisomia 21 vinculada al síndrome de Down, ocupan el segundo lugar; seguidas por alteraciones de extremidades y las de tipo gastrointestinal”.
Al conmemorar el Día Mundial de las Malformaciones Congénitas, Torres Rodríguez dijo que es importante concientizar a todas las personas sobre estos padecimientos, pues tener una hija o un hijo con esta condición, puede ocurrir a cualquiera de nosotros. “Son problemas de salud que algunas veces se pueden prevenir, otras veces detectar y darles solución temprana; algunos tipos pueden ser muy severas e incompatibles con la vida”.
Algo muy importante para las y los infantes que nacen con malformaciones congénitas es que no sean estigmatizados o discriminados “esa etiqueta que se le pone a un neonato ‘malformado’. Es nuestro deber considerarlo como un recién nacido que, con el tratamiento adecuado y apoyo familiar, potencialmente puede desarrollarse con normalidad”, enfatizó.
En el CMN “20 de Noviembre” el abordaje de pacientes con malformaciones congénitas se lleva a cabo de manera multidisciplinaria; participan muchas especialidades para brindar tratamientos correctivos o paliativos más adecuados, puntualizó.
En el caso de la malformación congénita cardiaca participa cirugía cardiovascular y, si se tiene un paciente con afectación del sistema gastrointestinal, el equipo de cirugía pediátrica entra en acción. Cuando hay afectación del sistema nervioso central, o sea, falta de cierre de la médula espinal, interviene el servicio de neurocirugía.
“Cuando escuchamos malformaciones congénitas inmediatamente pensamos en algo muy aparatoso. A veces esto no es así. Hay malformaciones muy simples como la presencia de un dedo supernumerario donde se pudiera resolver con la extirpación de éste. Algunas alteraciones más complejas sí requieren una cirugía muy especial. Aquí en el hospital tenemos mucha experiencia en tratar malformaciones cardiacas”, afirmó el especialista.
Para tratar a pacientes hay métodos invasivos como la cirugía a corazón abierto en donde se ofrece la corrección o la paliación de esa alteración estructural. También la posibilidad de corregir algunos problemas mediante cateterismo.
Explicó que una malformación congénita es una falta de desarrollo habitual o normal de un órgano durante la gestación, que va a repercutir en el aspecto estético, funcional y en ocasiones alterar el desarrollo del recién nacido.
Torres Rodríguez señaló que aproximadamente en 60 por ciento de los casos no se conoce la causa de la malformación y en 40 por ciento se identifican otros posibles orígenes atribuibles al feto, como las alteraciones cromosómicas; el relacionado a patologías de la madre en el embarazo, como diabetes, o infecciones por rubeola, varicela y zika.
Otros factores relacionados son los ambientales, como la exposición a radiación en estudios de rayos X, y el uso de medicamentos que pudieran ser teratógenos, es decir, predisponentes al desarrollo de malformaciones.
El especialista recomendó a las parejas acudir a consulta médica antes de planear su embarazo para evaluar su estado integral de salud y los riesgos inherentes a la historia clínica de madre y padre, y mantener vigilancia estrecha de su evolución, con el fin de identificar y tratar posibles riesgos.