La Industria de Distribución de GAS LP manifiesta su gran preocupación por la situación de grave inseguridad que persiste actualmente, y que afecta a las familias más vulnerables del país, así como a nuestras colonias y barrios, a los consumidores y a la sociedad en general.
El GAS LP se ha convertido en un producto muy codiciado para la delincuencia organizada, por su precio y amplio mercado. La delincuencia lo roba de los ductos de Pemex para distribuirlo de manera ilícita, mediante equipos y procedimientos que ponen en grave riesgo a los consumidores y a sus familias. El impacto negativo de este delito se manifiesta en:
· El GAS LP Robado a PEMEX es manejado por personas sin conocimiento ni capacitación especializada, incrementando la posibilidad de accidentes fatales y pérdida de vidas. Utilizando equipos de reparto que no cumplen con las normas de seguridad de ASEA, no están registrados ante la CRE y no tienen seguros de responsabilidad civil y ambiental para responder ante accidentes.
· La mayor parte de la distribución del GAS LP robado se hace utilizando Autotanques, camionetas de recipientes portátiles, cilindros y Transportes que han sido robados a los Distribuidores formales y posteriormente son clonados, así también como utilizando equipo de reparto hechizos que no reúnen las normas de seguridad en su fabricación.
· En los grandes centros de consumo, es frecuente el control territorial de grupos de choque y la imposición de condiciones de venta abusivas, que afectan a la población e impactan su economía.
· La presencia de grupos delincuenciales en barrios y colonias incrementa la existencia de acciones ilícitas, ampliando el número de delitos y perjudicando a la población.
· La creciente participación de grupos de choque que amenazan y extorsionan a comercios establecidos, obligándolos a comprar el gas ilícito.
· La violencia física y agresiones a choferes repartidores y concesionarios que distribuyen en las zonas populares de centros urbanos, son cada día más frecuentes.
· Es grave el daño a las instalaciones, ductos y finanzas de Pemex, a quien roban su patrimonio y crean situaciones de alta peligrosidad como las que desafortunadamente se han presentado ocasionando explosiones y decenas de heridos y muertes.
· El clima de inseguridad, incertidumbre y de falta de respeto a la ley, crea en todos los niveles de la sociedad angustia e impotencia.
Además de los problemas mencionados, el robo de gas significa una grave afectación económica y de seguridad a las instalaciones a PEMEX, un creciente riesgo de seguridad para los consumidores y un desplazamiento de los trabajadores formales que pierden sus empleos ante la creciente presencia de la distribución ilícita.
Los distribuidores formales de GAS LP reiteramos nuestro compromiso con la población consumidora y nuestro mayor interés en coadyuvar con las autoridades en la solución de este grave problema, consideramos urgente tomar medidas que salvaguarden el bienestar de la población y apoyen a los trabajadores y a la Industria formal de Gas LP, que atiende a casi 100 millones de consumidores en todo el país de forma eficiente, con amplia cobertura, garantizando diariamente el abasto de este vital producto y con un alto impacto social y económico en todo México.