Playas, paseos culturales, un casino de casi 100 años y una gastronomía única hacen a Mar del Plata un destino imperdible en Argentina. En esta nota, descubre los mejores circuitos para conocerla en tres días.
A orillas del Océano Atlántico, en Argentina, una ciudad despierta cada día para recibir a sus turistas. Mar del Plata es una perla que brilla y atrae con sus playas, su puerto, sus historias y leyendas. Fue refugio de grandes artistas plásticos, músicos y escritores nacionales e internacionales. ¿Qué no puede quedar afuera para recorrerla en tres días?
Día 1: los íconos de Mar del Plata
La mejor manera de empezar el primer día en La Feliz es en uno de sus íconos: los lobos marinos del monumento histórico, donde la foto es el souvenir más típico e infaltable. Sobre la Rambla de Playa Bristol, se alzan estas dos inmensas esculturas de seis metros de alto que están esculpidas en piedra y que abren paso a las escalinatas que conducen al mar.
Detrás de los lobos, el paisaje característico lo terminan de pintar los emblemáticos edificios del Hotel Provincial y el Casino Central, uno de los más famosos de Argentina, que fue inaugurado a fines de la década de 1930. Cuenta con una sala de juegos de dimensiones excepcionales con ruleta, punto y banca, black jack, póker, dados y máquinas tragamonedas.
Muy cerca de allí, la Catedral de los Santos Pedro y Cecilia es otro atractivo imperdible que fue construido entre 1892 y 1905, con las donaciones de las familias que veraneaban en La Feliz. Con su imponente estilo neogótico, este Patrimonio Histórico Nacional se destaca en la Peatonal San Martín y en su interior se pueden apreciar una imponente araña de cristal de Baccarat y bronce, vitraux traídos especialmente de Francia y una réplica de “La Piedad” de Miguel Ángel.
Disfrutar de una caminata por la rambla, a orillas de las aguas del Océano Atlántico, también es imperdible. Y si se fija rumbo hacia el sur, el edificio Torreón del Monje sorprenderá con su arquitectura de principios del siglo XX. En este hermoso castillo construido en 1904 se pueden degustar exquisitos platos con vistas panorámicas del mar, desde su terraza o el salón.
Según la leyenda que se cuenta por las calles marplatenses, el Torreón fue escenario de una trágica historia de amor. En esta fortaleza construida sobre Punta Piedras vivía su protector, el soldado español Alvar Rodríguez, quien se enamoró perdidamente de Mariña, una joven que pertenecía a los pueblos originarios de Reducción del Lago, hoy Laguna de los Padres.
Al enterarse del amor entre estos dos, el cacique Rucamará se apropió de la torre en un asalto y raptó a la mujer que pretendía. Pero Alnar encontró apoyo en Nalcú, una joven indígena que había sido desplazada por Rucamará y que, en un acto de traición, adormeció con una poción al cacique y Mariña para que los españoles iniciaran un ataque al Torreón.
Rucamará recobró la conciencia, subió con la joven en su corcel y, al verse acorralado por Rodríguez en su huida, se arrojó al mar con la muchacha desde la barranca. Con el corazón destrozado, el español pasó hasta su último día encerrado en la torre, convertido en monje. Y se rumorea que, por las noches de luna llena, se oye el galope de un caballo y sobre la torre se ve a una mujer vestida de blanco.
A pocos metros de allí, en Falucho y Mendoza la Torre Tanque es otra joya de la arquitectura donde deleitarse con una vista panorámica, pero, esta vez, también de la ciudad. Inaugurada en enero de 1943 con estilo tudor, tiene 88,4 metros de altura y un mirador ubicado en los 74,75 metros, desde los que se puede apreciar Mar del Plata en todo su esplendor.
Día 2: entre el puerto y la naturaleza
Visitar el puerto de Mar del Plata puede tomar un día entero por todos los atractivos que hay en el camino. Desde el centro de la ciudad, bordear la costa es un paseo en sí mismo para disfrutar del océano que baña las playas. Playa Varese, Cabo Corrientes -el punto más oriental de la costa marplatense en el Atlántico- y los miradores de las escolleras Norte y Sur son infaltables.
Casi llegando a destino, la Reserva Faunística de Lobos Marinos es parada obligada para conocer a los cientos de ejemplares machos de un pelo que permanecen en este espacio protegido entre febrero y octubre, ya que a partir de noviembre se retiran hacia otras costas para reproducirse.
El último punto antes de la parada final es la Reserva Natural Puerto Mar del Plata donde se preservan aves, peces, reptiles, anfibios y mamíferos. A través de una pasarela de poco más de mil metros de largo, en este oasis urbano se pueden ver cisnes de cuello negro y especies amenazadas como la gaviota cangrejera.
Unos pocos metros más allá se llega al Puerto de Mar del Plata, donde los barcos pesqueros dan color al paisaje. De más está decir que en los restaurantes de la zona probar los pescados y mariscos es llevar la experiencia a otro nivel. Conos de cornalitos, rabas, calamares, gambas al ajillo o pastas rellenas de salmón blanco son algunas de las propuestas gastronómicas.
Día 3: Mar del Plata cultural
Nadie puede irse de la Perla del Atlántico sin visitar algunos de los espacios donde se respira la cultura de Argentina. Uno de ellos es el Museo de Arte Juan Carlos Castagnino, en la Villa Ortiz Basualdo. Además de apreciar obras del reconocido artista marplatense, se pueden conocer las costumbres de los primeros turistas de la ciudad con una muestra permanente del mobiliario original de la residencia.
Otros de estos lugares emblemáticos cuentan parte de la historia del renombrado bandoneonista Ástor Piazzolla por su ciudad natal. Se puede ir tras sus pasos en el teatro Odeón, donde escuchó por primera vez a Carlos Gardel en vivo, en la Academia Dan donde aprendió a tocar el bandoneón y en los espacios donde estaba su casa natal o la Confitería New York, escenario de su primer concierto profesional.
En el antiguo chalet de la calle Matheu todavía resuenan las voces de Victoria Ocampo reunida con Jorge Luis Borges, Bioy Caseres, Gabriela Mistral y otros grandes escritores. En la residencia de estilo inglés donde la familia Ocampo disfrutaba sus veranos, el Centro Cultural Victoria Ocampo hoy repasa la historia de la artista y su paso por este lugar con muestras permanentes y temporarias.
El arte vive también en el Museo de Arte Contemporáneo o MAR, donde un inmenso y brillante lobo marino cubierto de papel de alfajores recibe a los visitantes que se acercan a disfrutar de las diferentes muestras. Pero si lo que se busca es historia, el Archivo Museo Histórico Roberto T. Barilli Villa Mitre es el lugar indicado. En sus salas se reconstruyen las diferentes épocas de Mar del Plata a través de elementos como mapas, planos, libros y fotografías.
Un destino irresistibleMar del Plata es una ciudad que recibe con opciones variadas a los turistas. El tipo de cambio, su historia y sus paisajes la vuelven irresistible. Y, ¿qué se necesita para llegar? Al ingresar a la Argentina es necesario presentar la certificación de que se ha completado la vacunación y un seguro de salud Covid-19. Por último, se debe completar y descargar una declaración jurada en https://ddjj.migraciones.gob.ar/app/home.php