Ciudad de México, mayo de 2022.- La falta de educación financiera en México es un foco de atención. El desconocimiento, aunado a la incertidumbre económica que enfrenta el mundo, así como la creciente inflación, vulnera la estabilidad a corto, mediano y largo plazo de jóvenes y adultos, dejando un reto para alcanzar metas financieras.
Si bien en este panorama de incertidumbre puede ser difícil pensar en ahorrar e invertir, es necesario tener estos conceptos en la mira, ya que se vuelven fundamentales para llevar unas finanzas personales sanas, y al mismo tiempo, garantizar la libertad financiera personal y familiar.
La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF, 2021) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), señala que 66.6% de la población de 18 a 70 años lleva un registro de sus gastos o los de su hogar. El 51.4% separa el dinero para pagos o deudas del gasto diario, 41.5% lleva un registro de los recibos o deudas y 23.5% hace anotaciones de los gastos.
Existen grandes retos en materia de cultura financiera, aunque cada vez más mexicanos utilizan diversos instrumentos para planear su economía, todavía hay una brecha grande de quienes ahorran a través de mecanismos formales versus los informales. De acuerdo con la ENIF 2021, 41.1 millones de personas de 18 a 70 años tenían al menos una cuenta de ahorro formal (cuenta bancaria o en institución financiera), equivalente al 49.1% de la población en ese rango de edad. El resto de las personas guarda su dinero ‘abajo del colchón’ o gasta más de lo que perciben.
Sólo un 33% de los mexicanos cuentan con un nivel básico respecto a conocimientos sobre finanzas, mientras que un porcentaje similar tiene conocimientos débiles o deficientes, así lo revela una encuesta desarrollada por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Bajo esta premisa, es sencillo deducir que no todos entienden la diferencia entre invertir y ahorrar.
El ahorro implica guardar parte del ingreso, ya sea para hacer frente a una emergencia, planear un viaje o lograr alguna meta a corto o mediano plazo, mientras que la inversión significa poner a trabajar ese dinero con el fin de obtener una ganancia a futuro.
Al hablar de inversión, la plataforma de datos Finder, indica que las propiedades son la primera opción para los mexicanos, 24.6% de los encuestados consideran que los inmuebles son la alternativa más rentable. Invertir en bienes raíces no sólo permite hacer crecer su dinero, también es una forma de tener un patrimonio sólido, una inversión para toda la vida.
El sector inmobiliario en el país va en ascenso, al igual que su contribución en la economía; representa el segundo lugar con una aportación del 12.48% al Producto Interno Bruto (PIB). Por esta razón, el mercado de bienes raíces se considera como una de las opciones más favorables y de menor riesgo, además de los beneficios que ofrece aún en momentos de crisis, pocas veces llegan a perder su valor, por el contrario, con el tiempo aumenta su plusvalía.
Lo más interesante de esta forma de inversión es el uso de nuevas tecnologías y la inclusión de plataformas digitales que llevan de la mano a los pequeños inversionistas, no es necesario ser experto ni apostar grandes cantidades para invertir en bienes raíces en México.
“La meta es alcanzar una vida financiera positiva. No se trata de quedarse corto en los gastos, se trata de invertir una pequeña cantidad para generar capital; y poco a poco crear una estrategia de inversión para conseguir mayores resultados”, comenta Simon Dalgleish, director general de la plataforma de crowdfunding inmobiliario M2Crowd.
Por ejemplo, a través del crowdfunding, un método novedoso de financiación en línea, donde las personas invierten en proyectos sociales, culturales o de negocios, se pueden obtener retribuciones económicas o en especie. «Con el crowdfunding inmobiliario cualquier persona puede invertir y generar ganancias desde la comodidad de su hogar. Es una oportunidad para quien desea empezar en el mundo financiero como inversor”, finaliza el directivo.
De esta forma, ahorrar e invertir son herramientas que contribuyen al logro de la libertad financiera, lo más importante es realizar una buena planificación para no poner en riesgo los gastos básicos y elegir los instrumentos adecuados que hagan crecer el dinero con beneficios a corto, mediano y largo plazo.