*Nos acercamos a saber cuándo nos comimos el primer taco y cómo eran la dieta, comercio y rituales de quienes habitaron la región de las lagunas, en especial en Santa Cruz Atizapán
La gente que habitó hace más de mil años la zona lacustre del Alto Lerma, de la que forman parte los actuales municipios de Santa Cruz Atizapán, Almoloya del Río, San Mateo Atenco y Lerma, «habla» a los arqueólogos de hoy a través de su cerámica -ollas, cazuelas, comales-, la cual da información sobre la vida cotidiana de ese tiempo gracias a técnicas muy avanzadas y lleva a preguntas tan apasionantes cómo la relativa al momento en que se comió el primer taco, cuando la nixtamalización del país se logró con cal, que sustituyó a las cenizas para cocinar ese grano.
Seis arqueólogos participaron en la presentación del libro El estudio de la cerámica cotidiana en el Valle de Toluca desde una perspectiva arqueométrica, libro colectivo que está destinado a ser una obra de consulta para las nuevas generaciones y que más allá de presentar artículos con los resultados de las técnicas físicas y químicas más sofisticadas, permite resolver enigmas acerca de la cotidianidad de sociedades que fueron contemporáneas de Teotihuacan, en la parte final del periodo clásico en Mesoamérica.
La obra, publicada por El Colegio Mexiquense, está coordinada por Yoko Sugiura Yamamoto, Gustavo Jaimes Vences, María del Carmen Pérez Ortiz de Montellano y Rubén Nieto Hernández e incluye siete artículos, además de una introducción y un apartado de reflexiones finales, en los cuales se presentan respuestas a preguntas relativas al uso de materia prima local en la cerámica de Santa Cruz Atizapán, los bienes de otras regiones introducidos en el Valle de Toluca, los intercambios de cerámica, el origen de la cerámica Engobe, las aproximaciones a los usos cotidianos de recipientes, así como la identificación de cenizas y sangre en cazuelas, sahuamadores y braseros.
En los comentarios a la obra, Adrián Velázquez Castro, investigador del INAH / Museo del Templo Mayor, se refirió al proyecto Valle de Toluca, iniciado por la doctora Yoko Sugiura hace más de cuarenta años con un trabajo infatigable de ella y su equipo, que hoy entrega resultados novedosos mediante la aplicación de varias técnicas sofisticadas especialmente en Santa Cruz Atizapán.
Magdalena García Sánchez, profesora-investigadora de El Colegio de Michoacán, dijo que es un libro de consulta obligada, en el cual se da la aplicación de un amplio rango de sofisticadas técnicas de análisis, como los microscopios de barrido electrónico, la activación de neutrones, la fluorescencia de rayos x, la espectroscopia de absorción atómica y la microscopía, cuyo resultado final permite imaginar a la gente de entonces preparando sus alimentos, realizando rituales, intercambiando vasijas en largos viajes y elaborando sus propias vajillas, pues se puede decir que «entramos en sus casas».
María del Carmen Pérez Ortiz de Montellano, investigadora de la UNAM, dijo que la vida cotidiana, entonces y hoy, es fundamental, y el libro es un acercamiento al uso de la cerámica, a cómo eran las casas de la gente que vivió entre el 400 y el 1000 d. C, cómo era su vida, lo que se puede lograr analizando los materiales con técnicas muy avanzadas; esos pueblos no dejaron textos, pero nos están hablando a través de sus materiales, aseguró.
Rubén Nieto Hernández, profesor-investigador de la UAEMex, destacó el rigor científico de los artículos incluidos en el libro; Mauricio Obregón Cardona, profesor-investigador de la UNAM, dijo que es importante desmitificar las técnicas y hacer preguntas como la relativa a cuándo nos comimos el primer taco porque el maíz se empezó a nixtamalizar para darle flexibilidad a la masa, y Gustavo Jaimes Vences, de El Colegio Mexiquense, dijo que el libro parte de preguntas simples que cambian la manera de concebir esas sociedades antiguas, distantes más de mil años de nosotros.
La arqueóloga Yoko Sugiura, investigadora especial de El Colegio Mexiquense y líder del proyecto sobre las sociedades lacustres, recomendó la lectura de libro complementario Cerámica y vida cotidiana en la sociedad lacustre del Alto Lerma en el Clásico y Epiclásico, editado también por El Colegio Mexiquense.