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Nuestros partidos independentistas ERC y JUNTS – los actuales NYERROS i CADELLS

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

A lo largo de los siglos, en todas las familias, comunidades y países, es habitual encontrar rivalidad, competencia, en definitiva, la envidia. Y a nivel político, ha sido frecuente observar también esas características, a las que se les suman las derivadas de las tensiones entre la tendencia localista, regionalista, frente a la centralizadora – absolutista, con un mayor o menor grado de federalismo, confederalismo, autonomismo, etc. Y todo ello ha comportado, tradicionalmente, unas tensiones más o menos importantes.

No en vano, el primer texto escrito de la cultura occidental, la Ilíada, de Homero (s. VIII a.C.) en su primer verso (que tiene diferentes traducciones con matices diferenciados) en síntesis dice: ‘Canta, oh diosa, la cólera de Aquiles el Pélida’. Es decir, la cólera es el primer sentimiento escrito; y por algo será.

En Catalunya, durante los primeros años del siglo pasado y hasta la guerra incivil de 1936, ejercieron su poder diferentes partidos políticos, caracterizados por su colaboración / separación respecto al estado central, como ‘Solidaritat Catalana’ formada por nacionalistas catalanes, carlistas y republicanos, dirigida por Bartolomé Robert y Enric Prat de la Riba (primer presidente de la Mancomunitat de Catalunya); la ‘LLiga Regionalista’, de tendencia burguesa, liderada por Francesc Cambó, que fue ministro en varias ocasiones; la ‘Unión Monárquica Nacional’, que dirigía Alfons Sala i Argemí (tercer y último presidente de la Mancomunitat, el segundo fue Josep Puig i Cadafalch), y apoyaba las clases altas catalanas; ‘Acció Catalana’, dirigida por un grupo de intelectuales de prestigio, con Manel Carrasco i Formiguera; ‘Estat Català’, ultranacionalista, dirigida por Francesc Macià; el ‘Partit Catalanista Republicà’; ‘Acció Republicana’;. Y, asimismo, la participación de los sindicatos como la CNT, la UGT, etc.

Esta rápida, elemental e incompleta enumeración de partidos la he señalado para reflejar que nuestro marco político siempre ha sufrido y reflejado tensiones. Y la unión se ha dado en contadísimas ocasiones, entre ellas, cabe destacar la configuración de ‘Junt pel sí’ (2015-2017), la candidatura de carácter transversal e independentista, formada por Convergència Democràtica de Catalunya, Esquerra Republicana de Catalunya (estos dos partidos, con una participación del 60 y 40% respectivamente), Demòcrates de Catalunya i Moviment d’Esquerres, Reagrupament Independent, Catalunya Sí y Avancem; con el apoyo de Òmnium Cultural, la Assemblea Nacional Catalana (ANC), y la Associació de Municipis per la Independència. La CUP fue invitada, pero declinó unirse a la lista (siempre van por libre). Junts pel Sí, en las elecciones del 2015, consiguió 62 de los 135 diputados al Parlament de Catalunya

Pero esa unión, como sabemos, fue debida a una coyuntura astral ‘imposible’ de repetir, ya que ERC, en lo sucesivo, prefirió ir por su parte, según ellos, para ‘sumar’. Dividir para sumar, una ‘curiosa’ teoría que no se confirmó.

En este momento, me parece que estamos más próximos a la situación de finales del siglo XVI y principios del XVII. En ese período, la nobleza catalana estaba dividida en dos bandos: los Nyerros y los Cadells, en lucha constante, para controlar el territorio. Los Nyerros defendían los derechos de los señores, y los Cadells eran partidarios de los derechos de los campesinos y ciudadanos, si bien, no se puede simplificar tanto.

Originariamente, los dos bandos aparecieron en las luchas entre los señores de Arsèguel (Cadells) y los Banyuls de Nyer; al Conflent, comarca del norte de Catalunya, actualmente, bajo dominación francesa. La base de adhesión a un grupo u otro era según la tradición familiar, y no por ideología.

Los Nyerros: en los siglos XIII y XIV ya aparece en Vic el nombre de ‘narros’ o ‘nyerros’, dado al grupo capitaneado por Gilabert de Nyer, tuvieron su origen en Tomàs de Banyuls, señor de Nyer. Entre sus miembros destacados, estuvieron:

  • Alexandre d’Alentorn i de Botella (¿-1626), diputado militar de la Generalitat (1614-17);
  • Tomás de Banyuls i de Llupià (1556-1627), señor de Nyer.
  • Ramón de Guimerà i de Tamarit (1584-1653), barón de Abella.
  • Perot Rocaguinarda (1582-1635), bandolero.
  • Joan Sala i Ferrer (Serrallonga) (1594-1634), bandolero.

Los Cadells (robusters) ya en 1296 se habían enfrentado a los Nyerros, pues éstos apoyaron las pretensiones de los Moncada, para liberarse del vasallaje del obispo de Vic; mientras que los Cadells (robusters) apoyaron al obispo Francesc Robuster i Sala, siendo capitaneados por Bernat Cadell. Entre sus miembros destacados, estuvieron:

  • Galcerán Cadell (s. XVI)
  • Joan Cadell (¿-1594), señor de Arsèguel.
  • Francesc Robuster i Sala (1544-1607), president de la Generalitat de Catalunya (1581) obispo de Elna (1589-98) y de Vic (1598-1607)
  • Joan de Llupià i de Pagès (¿-1620), barón de Llupià y de Castellnou, señor de Vilarmilà.
  • Aleix de Marimón-Jafre i de Comallonga (¿-1643), gobernador de Catalunya (1613-39)
  • Gabriel Torrent de la Goula (Trucafort) (¿-1616), bandolero.
  • Coixard, familia de bandoleros que actuó en la Garrotxa, entre 1605 y 1616.

Durante la guerra dels Segadors, los nyerros estuvieron representados por Ramón de Guimerà y Jacint Vilanova. En la segunda mitad del siglo XVII, con la desaparición del bandolerismo, fueron diluyéndose ambos bandos.

Tras este rápido ‘viaje’ a siglos pretéritos, vemos que, efectivamente, la separación y confrontación fue crónica; por eso, y salvando las distancias, vemos que no nos ha de extrañar que, actualmente, no hayamos mejorado en este sentido.

Sería un ejercicio infantil, querer alinear a los Nyerros y Cadells con ERC y Junts, ya que cada época está caracterizada por su propia complejidad.

Pero, eso sí, la rivalidad y la cólera entre ambos bandos, es antropológica, ya que, como he señalado, Homero ya la cita en su primer verso.

Por lo tanto, no nos ha de extrañar nuestra situación, pero deberíamos propiciar que los astros volvieran a confluir, que los partidos abandonen, momentáneamente, sus intereses particulares y personales, y piensen, exclusivamente, en Catalunya, como pasó con ‘Junts pel Sí’, pues la unión hace la fuerza, mientras que dividir es facilitar la victoria enemiga.

Nota: no tiene nada que ver ‘Nyerro’ con ‘Nyordo’ (de uso coloquial y jocoso, para referirse a los unionistas, que defienden EspaÑa)