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Imagen Isabel II

Martha Nava Argüelles
Imagogenia
@mar_naa

Tras 12 días solemnes, Londres y la capital escocesa, Edimburgo, centraron su energía en la procesión fúnebre de la Reina Isabel II que hoy descansa junto a sus padres y esposo. Sin duda, este fue uno de los eventos más importantes de los que hemos sido testigos, ya que después de 70 años de reinado la monarca era una de las figuras más influyentes de nuestros tiempos. 

Según la empresa Statista, especializada en análisis de datos, en un estudio que realizó de 2017 a 2020, “la familia real británica es la quinta marca corporativa más grande y conocida del mundo, solo por detrás de Facebook, Amazon, Google y Apple, e incluso por delante de gigantes como Disney, Nike, Coca-Cola o Microsoft”. La misma empresa estima que la marca de la reina Isabel II, por si sola es decir, sin contar al resto de la familia real, tiene un valor de 40 mil 600 millones de euros. Y no sólo eso, la imagen de la Reina está aún mejor posicionada que la de artistas como Beyoncé, Kim Kardashian o Bill Gates. 

Pero ¿qué hizo a la reina un ícono tan poderoso? Todo, así de simple. Isabel II tenía una de las estrategias de imagen mejor cuidadas del mundo, manuales de crisis perfectamente bien implementados, no había discurso, vestimenta o momento público o privado que no estuviera perfectamente bien planeado; esto sumado a la disciplinada práctica tanto de protocolos ancestrales como de los nuevos -por motivos del desarrollo tecnológico- que parecían inquebrantables; y, ciertamente, una vida personal que daba la impresión de ser sacada de una de las mejores novelas jamás escritas. Y es que, aunque pareciera broma, cada detalle que rodeaba a la reina -y que por ende, era una extensión de su imagen- estaba muy bien estudiado, desde elementos tan notorios como su vestimenta, su cabello, su bolso de mano, sus discursos, su forma de caminar y en general su perfil eran distintivos de la reina y en consecuencia nunca podían ser dejados al azar; y al mismo tiempo, aspectos tan íntimos como sus paseos en el campo, su vestimenta en momentos “privados”, su forma de manejar o hasta su afición por los corgis eran perfectamente bien coreografiados para evitar un incidente. 

Así su emblemática imagen inspiró un sin fin de publicidad, independientemente de la mercancía que se vende en la página oficial The Royal Collection Shop donde se pueden adquirir todo tipo de productos como osos de peluche, ginebra, galletas de mantequilla o té que contienen algún distintivo de la reina, también las marcas se han aprovechado o inspirado en su imagen como por ejemplo Mattel, que lanzó una Barbie edición especial de la reina Isabel II para celebrar sus 70 años en el trono, o cuando Burger King se llamó Burger Queen en honor a la reina, o cuando fue escoltada por ‘James Bond’ para los Juegos Olímpicos  de 2012 que se llevaron a cabo en Londres. 

Sin duda alguna la imagen de la reina Isabel II ha inspirado muchísimas campañas de publicidad, productos, arte, moda y más, ella se convirtió en un icono global y su imagen supera las barreras geográficas, generacionales o culturales; y no sólo eso, su disciplina protocolaria, a pesar de los escándalos que han rodeado a la corona, ha logrado que hasta hoy, se estime que su contribución a la economía de su país sea de casi dos mil millones de euros anuales.