‘El dado ha estado lanzado, tirado’, ‘la suerte está echada’, es una expresión atribuida por el escritor Gaius Suetonius Tranquillus (70-126) a Gaius Iulius Caesar (Julio César) (100 a.C.-44 a.C.), en el momento de atravesar el río Rubicón con la Legión XIII Gémina, límite entre Italia y la Galia Cisalpina, provincia que el Senado le había asignado, para marchar sobre Roma, iniciando, de ese modo, la Segunda guerra civil romana, contra su antiguo aliado, Gnaeus Pompeius Magnus (Cneo Pompeyo Magno) y los optimates, representantes de las clases aristocráticas (oponentes de los populares).
Cruzar el río significaba cometer una ilegalidad, convertirse en enemigo de la República.
Los catalanes independentistas lanzamos el dado el 1 de octubre del 2017, defendiendo las urnas y votando la República Catalana; ese día cruzamos el Rubicón y, mentalmente, dimos un paso decisivo, sin retorno. Fue nuestro Alea iacta est
Sabíamos que no sería fácil, y que la represión de los que se consideran ‘optimates’ (los mejores) sería dramática, como experimentamos con su violencia bruta policial, judicial, etc., ejercida por el estado español con Felipe VI a la cabeza.
También sabíamos que, en la travesía del largo camino, iríamos perdiendo fuerzas, por desánimo, por el shock contra la realidad, por cansancio, etc.; pero no podíamos imaginar que algunos dirigentes cambiaran, hasta el extremo de colaborar con el gobierno central.
Como ya expliqué en mi escrito de ayer, en el debate de política general (martes 27), vimos que nuestro President de la Generalitat, Pere Aragonès (ERC) presentó, como gran jugada maestra, la propuesta del acuerdo de claridad, siguiendo el aprobado en Canadá, en el año 2000. Propuesta que fue inmediatamente rechazada (en menos de 30’) por el gobierno de Pedro Sánchez (PSOE/Unidas Podemos), así como por todos los partidos catalanes, todos ellos por motivos diametralmente opuestos.
Seguidamente, traslado unos comentarios excelentes, de Vicent Partal, director del diario digital VilaWeb:
‘¿Cómo es posible que el President de la Generalitat nos proponga copiar, precisamente, la estrategia que Canadá activó para frenar la independencia del Quebec?
(…) en junio de aquel año, el gobierno quebequés divulgó un texto, que acaba diciendo:
‘Para el gobierno del Quebec y para todos los partidos políticos representados en la Asamblea Nacional, esta ley es una medida totalmente inaceptable e ilegítima. El gobierno del Quebec no reconoce ninguna legitimidad al parlamento federal para atentar de esta manera contra el ejercicio del derecho del pueblo quebequés a decidir solo, sobre su futuro’.
Cuesta de creer, habiendo leído esto, que el President de la Generalitat no sea consciente de la posición tomada por el independentismo quebequés – tomada, de hecho, por todas las fuerzas políticas quebequesas, independentistas o no -contra la ley de la claridad. Y más, cuando el 2016 Aragonès mismo difundió un artículo de Josep Costa (publicado en VilaWeb), que documenta exhaustivamente que la ley de claridad ha sido la gran herramienta del gobierno canadiense para frenar la independencia del Quebec.
(…) El único resultado de esta ley ha sido impedir durante veintidós años que se haga el tercer referéndum sobre la independencia del Quebec.
(Es preciso recordar que el PSC/PSOE, hace años partidario de esa ley, ahora está en contra), como se puede ver en los siguientes artículos)
(…) De El Periódico y de El Correo, en el primero, que significativamente se titula ‘¿Por qué la ley de claridad canadiense no hace honor a su nombre?, el subtítulo ya lo deja todo bien claro: ‘En contra de lo que parece, la norma que invoca Miquel Iceta (PSC/PSOE) sirvió más para frenar referéndums que no para promoverlos’. El artículo de El Correo todavía es más interesante, pues Iceta dice que ‘una ley de claridad a la canadiense es un plan B’, quiere decir, contra el referéndum de autodeterminación. Y explica, asimismo, por si no había quedado claro: ‘No significa ni el derecho de autodeterminación, ni el mal llamado derecho de decidir, ni ningún hecho de unilateralidad’.
(…) Cómo es posible que, con todos estos antecedentes, el President Aragonès haya hecho una propuesta como esta, y he de decir que no lo sé, porque escapa de cualquier lógica que yo pueda articular. ¿Es porque la mesa de diálogo ya no tiene ninguna credibilidad y han de inventarse una nueva zanahoria para ir pasando el tiempo?, ¿es para ir probar de girar las alianzas y acercarse al PSC y a los comunes, que en diversos momentos han hecho servir el anzuelo de la ley de claridad para frenar el proceso independentista?, ¿es para hacerlos caer en contradicción sin darse cuenta que la contradicción más grande es esta en la que ha caído él?, ¿es por que no tienen ninguna propuesta y creen que pueden salirse con un golpe de efecto, sin calcular la repercusión que tendrá en su credibilidad?, ¿es por incapacidad?, ¿es por inconsciencia?, ¿es por incompetencia?. Y hago estas preguntas porque si es por convicción, si el gobierno es consciente que el camino que nos proponen seguir es, efectivamente el del Quebec y Canadá, entonces, la cosa es grave. Muy grave, visto que el Quebec hace veintisiete años que no encuentra la manera de resolver su conflicto político’
(VilaWeb, 27 de setiembre 2022)
A mi modo de ver, esta ‘estrategia’ de ERC, no es una muestra de incapacidad, inconsciencia ni incompetencia; para mi, es una clara muestra de rendición, es una demostración más de levantar la bandera blanca, que, como vimos, el mediocre (siendo condescendiente) gobierno de Pedro Sánchez, no ha querido entender ni aceptar, pues prefiere seguir con la guerra judicial, policial, económica, mediática, etc., hasta nuestro exterminio total, pues esto es lo que le da votos en toda la península unionista.
El partido de ERC, dirigido por su ideólogo Oriol Junqueras (que tanto me gustaba en los años previos al 2017, y que había votado repetidamente hasta ese momento), no ha superado el síndrome de Estocolmo, como ya expuse en un par de escritos (2020 y 2021)
Y es evidente que en los años previos al 2017, en los que dominaba la ilusión ciudadana, Junqueras podía presentarse en las tertulias diciendo que ‘el junquerismo es amor’, y que deseaba que a todos los partidos políticos rivales les fuera bien. En ese momento, era fácil una carta vencedora así; pero ahora, Junqueras nos está mostrando su verdadero rostro de prepotente, mal educado, avasallador, despreciativo y rencoroso. Y una buena muestra de todas esas ‘virtudes’, la vimos expuesta ayer por Pere Aragonès, su discípulo, al cesar al vicepresidente Jordi Puigneró, vulnerando los acuerdos de investidura con Junts.
A mi modo de ver, es una muestra más que ERC quiere romper el gobierno de coalición con Junts, pero que sean éstos, los que asuman el coste electoral de la ruptura. Y eso es una muestra más de la forma de actuar sibilina de ese partido. Pere Aragonès se creía la Sibila, la sacerdotisa griega encargada de proclamar los oráculos de Apolo (Junqueras).
Muchos estamos cansados de las guerras intestinas de ERC, Junts y la Cup; todos estos partidos independentistas nos han defraudado. Por esto, me parece muy interesante reproducir parcialmente, un artículo de Daniel Bonaventura, titulado: ‘La lista electoral cívica coge vuelo’:
En este artículo se explica que el sábado pasado de efectuó una jornada de reflexión independentista del Gironès, convocada conjuntamente por la ANC, Òmnium, y otras asociaciones cívicas. Es verdad que los asistentes fueron apenas cincuenta personas, y, por lo tanto, las conclusiones no son extrapolables, pues se trata de una muestra muy limitada, estadísticamente, y extraída de la zona con más arraigo independentista. Pero, de todos modos, las alternativas que se barajaron son muy enriquecedoras, por lo que las reproduzco:
Pregunta: ¿Qué hemos de hacer en las próximas convocatorias electorales?, partiendo de la premisa que el gobierno de la Generalitat y los partidos que le dan soporte no avanzan decididos hacia la independencia, a pesar de haber ganado el referéndum del 1 de octubre del 2017, sino que acatan un ordenamiento español que pone en riesgo la lengua y la nación catalana.
El debate se estructuró en tres ámbitos: estatal, nacional y local. (…) cada propuesta fue votada de forma asamblearia, a mano alzada.
En el ámbito estatal, la propuesta con más soporte fue la de concurrir a las elecciones españolas con una ‘lista única’ que recogiera la sociedad civil y los partidos. La segunda opción más votada fue la ‘lista cívica’ o ‘cuarta lista’, una alternativa a los partidos actuales (esta fue la propuesta de la SNC el pasado 11 de setiembre, en la manifestación de la Diada). También se propusieron alternativas como hacer la campaña por el voto nulo y elaborar un código de conducta para los partidos independentistas.
En el ámbito nacional, se dio soporte a la creación de una lista cívica con ‘nuevos líderes’, para reactivar la independencia declarada; pero también se consideró prioritaria la ‘movilización permanente en la calle’, la creación de un organismo independiente que fuerce la unidad estratégica de los independentistas, el asalto a los partidos con un alta masiva de militantes, la redacción de una ley electoral catalana con listas abiertas, que los políticos represaliados del 1 de octubre no se presenten, acercarse a los barrios de ciudadanos no catalanoparlantes y fomentar la desobediencia civil.
En el ámbito local, una de las propuestas con más soporte pide ‘recuperar la atención cara a cara con el ciudadano’. Las conclusiones también destacan ‘fomentar la autosuficiencia’ de los ayuntamientos, específicamente la energética y la judicial. En este sentido se pide ‘fomentar la mediación de los juzgados de paz’ como alternativa ‘a la justicia española’ y cobrar el IBI a todas las instituciones españolas. Otras propuestas son poner en evidencia los incumplimientos de los partidos, fomentar la soberanía fiscal, aprobar mociones que insten al Parlament a aplicar ‘la ley de transitoriedad ya aprobada’ y desaconsejar el voto a los que pactan con los partidos del 155.
El periodista Vicent Partal abrió y concluyó la jornada con un mensaje de optimismo. Según dijo, el éxito de la última manifestación del 11 de setiembre ‘ha cambiado la situación’ y ‘pasarán cosas’. Partal anunció una ‘conferencia nacional del independentismo’ en el próximo mes de enero. ‘La próxima acción ha de ser poner en práctica la independencia, que ya ha estado proclamada’. ‘Hay un cuarto espacio para los que ya estamos hartos de ERC, Junts y la CUP’.
(Ara, comarques gironines, 29 de setiembre 2022)
Como se puede ver, esa jornada fue enriquecedora, y reflejó lo que muchos pensamos.
Yo estoy convencido que los líderes políticos del 2017, todos los que están aquí, están más que quemados que la ‘pipa de un indio’, como dice una frase popular, y deberían hacer un paso al lado, si no quieren estropear su biografía, como ya he expuesto en varios escritos anteriores. A mi modo de ver, los que están en Bélgica, exiliados, se salvan, ya que, al no estar pendientes de un indulto reversible (una gran trampa), son libres (excepto para volver), pero, ideológicamente, no tienen dependencias ni cortapisas (conscientes o inconscientes)
Yo no soy tan optimista como Partal, pero él está mucho mejor informado que yo; y me gustaría pensar que tiene razón. Para mí, Partal es un maestro. Coincido con él, y con muchos más, que el paso que dimos el 1 de octubre del 2017, fue definitivo: Alea iacta est.
Y este sábado 1 de octubre (quinto aniversario del referéndum), volveremos a manifestarnos con la camiseta negra (la de la bandera de Santa Eulàlia y la de la Coronela del 1714), es decir, todo lo contrario de la bandera blanca que desde hace tiempo van mostrando Pere Aragonès y ERC.