Buscar

De lo digital a lo político

Martha Nava Argüelles
Imagogenia
@mar_naa

Si tenemos en consideración que, hasta el 2020 el 72.0% de la población en México de seis años y más es decir unos 84 millones de personas usó internet esto según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Te cnologías de la Información en los Hogares realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y que de estos las edades que más acceso tienen a internet están entre los 18 y los 44 años de edad, y que la mayoría usa el internet diariamente, no es descabellado que aquellos candidatos que están buscando algún espacio de elección popular estén volcando, desde ya, sus esfuerzos en este medio de contacto con las audiencias.

El problema aquí radica en que, para realizar esta conexión, muchos creen que hacer el ridículo es la forma correcta de llegar a las nuevas generaciones -y por ende los nuevos votantes-; y es que si bien, es necesario hablar su mismo idioma, y evitar los discursos llenos de palabras complejas con propuestas ajenas a las problemáticas que enfrentan los ciudadanos en el día a día, también hoy se enfrentan a un problema más grande: la atención. Y es que ese es el recurso más valioso con el que podrían contar los políticos, lamentablemente, a las nuevas generaciones -basta con preguntar a unos cuántos veinteañeros- poco o nada les interesa la política. Entonces ¿cómo puede cautivar un político a una audiencia que no le interesa escucharlos, ya no digamos votar?

El primer ejemplo del uso exitoso de redes sociales para ganar una elección en México, le pertenece a “El Bronco” Jaime Rodríguez Calderón quién ganó las elecciones como candidato independiente a gobernador de Nuevo León en 2015, y posteriormente adaptándose a las nuevas exigencias de las redes sociales -porque sí, la rapidez con la que las redes se transforman es impresionante- tenemos el ejemplo, en el mismo estado, de Samuel García quién a pesar de pasar su proceso electoral en plena pandemia y pertenecer a un partido político pequeño, logró ganar las elecciones pues este aprovechó la facilidad
que estas ofrecen para transmitir un mensaje y propagar su imagen en el entorno digital y por ende en la mente del colectivo, evidentemente García también sacó provecho, y mucho, del impulso que ofrecía su
esposa Mariana Rodríguez.

Ahora, el objetivo para muchos que buscan alguna candidatura está en el posicionamiento dentro del sector digital, que sin duda es clave, porque los medios digitales juegan hoy un papel fundamental en la
política. Sin embargo, muchos políticos comienzan a rayar en el ridículo, y es que nada menos en las elecciones pasadas vimos a infinidad de políticos haciendo bailes de Tik Tok, retos virales, videos fuera de tono y más, todo con el objetivo de retener un poco de la atención digital que hoy es tan codiciada.

Y el ejemplo más reciente es el del Canciller Marcelo Ebrard, que a pesar de ser visto por algunos como el tío buena onda por sus videos en Tik Tok; porque su estrategia ciertamente ha funcionado para que su
audiencia crezca, conecte, interactúe con él, comparta sus videos y por ende se posicione mejor su marca personal, en algunos momentos ha rebasado la delgada línea entre el “formo parte” y hacer el ridículo,
nada menos esta semana me tocó ver varios memes en los que se hacía mofa del Canciller debido a que éste se pintó la cara de catrín para la Mega Procesión de Catrinas en la Ciudad de México. Mientras unos
percibieron la acción como “cercano a la gente” otros lo tomaron a broma y lo compararon con el personaje Chabelo, osos panda o nombraron la foto que subió el Secretario de Relaciones Exteriores cómo “…la muerte en México”. Lo que deja en claro que este tipo de acciones le restan puntos en su proceso de posicionamiento y deja en evidencia que su equipo de imagen no ha logrado implementar una estrategia que vaya acorde a su esencia, al objetivo trazado -que es, que sea candidato a la presidencia- y al puesto al que aspira, sin perder de vista la audiencia a la que va dirigido.

Al final, lo que los políticos deben ponderar al momento de establecer sus estrategias de comunicación e imagen para sus campañas es que su esencia siempre debe ser respetada, de lo contrario su imagen perderá credibilidad y por ende la confianza de su audiencia.