La empresa matriz de Facebook, Meta se encuentra de nuevo atravesando una serie de crisis que afectan su imagen, y es que en este nuevo capítulo de su historia el líder de la compañía tecnológica, Mark Zuckerberg acaba de anunciar sus planes de despedir a parte de su plantilla, un 13% de su personal, es decir 11 mil de los más de 87 mil trabajadores de la marca se quedarán sin empleo.
Esto representa un fuerte golpe para Meta y sus diferentes divisiones -WhatsApp, Instagram, Facebook, entre otros-, no sólo por temas de reputación de marca y el proceso de percepción que implica, pues mucho se dirá de las capacidades de prospección de Zuckerberg sobre el nicho tecnológico al que pertenece y del cual es líder, pues ciertamente la compañía creció a un ritmo social y tecnológico para el cual aún no se tiene la capacidad de integrarlo al día a día; sino también por el impacto económico que en un corto, mediano y largo plazo esta decisión representa para la marca ¿Por qué? No hay respuesta fácil, pero sí un motivo -de muchos- la empresa está invirtiendo demasiado capital humano y económico, en Meta y con esto ha descuidado su centro -o inicio- que es Facebook, es decir, no se ha reforzado, renovado o mejorado la identidad de la marca no sólo con sus audiencias externas, sino con las internas también.
Ahora, no podemos pasar por alto que estos despidos se dan después de los que sufrió Twitter otro gigante de las redes sociales, y aunque no existe comparativa con el motivo de fondo pues el del segundo es por cuestiones de una compra de la compañía, estas acciones dejan en el aire una clara sensación de que en general el sector está sufriendo un cambio radical o está frenando ese dramático crecimiento que veníamos viviendo propio de la industria de la tecnología y, con el cual, a veces, costaba mantenerse al día.
Si bien, podemos entender que Facebook ha logrado sortear grandes crisis por la implementación adecuada de Manuales que han ayudado a mejorar, mantener o modificar la imagen y reputación de la marca y su líder -recordemos que la imagen del líder está ampliamente ligada a la esencia de una institución-, no podemos pasar de largo que han sido demasiadas. Desde Cambridge Analytica con el robo de información personal de miles de usuarios, pasando por manifiestos de influencers en contra en las renovaciones de Instagram a su alta competencia con Tik Tok para finalmente caer en el fracaso que, hasta hoy, representa el mayor proyecto de Zuckerberg, Meta.
Al final, de momento parece que al usuario no le interesan mucho estas crisis de reputación porque en lo que más fija su atención es la conectividad que le sigue permitiendo la red social. Sin embargo, a sus 18 años, Facebook -no Meta- comienza a percibirse como obsoleta, por lo que su renovación resulta inminente y urgente.
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