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Financiamientos y cuidado ciudadano, los grandes retos del abastecimiento de agua potable en México

Uno de los factores más importantes para alcanzar el desarrollo social en México tiene que ver con el abastecimiento y saneamiento del agua potable, acciones que representan un reto para los próximos 20 años con los que se tendrá que superar lo que se ha logrado en los últimos 50 al dotar de servicios públicos a la sociedad, asegura el Ingeniero Manuel Salas, CEO de CIPRO, la empresa con mayor trascendencia en la supervisión de obras hidráulicas y energía en México y el Caribe.

“Estamos ante una situación en la que en la mayor parte de los estados y las ciudades siguen creciendo y con ello la extracción de agua subterránea también se torna mayor que la de la recarga natural de los ciclos de lluvia y de ríos, esto significa que para mantener el suministro del líquido vital a las ciudades se tiene que traer de zonas cada vez más lejanas, lo cual tiene como consecuencia una gran inversión de dinero para lograrlo, un impacto ambiental importante tanto en la zona donde se toma el agua y en las zonas donde se instale el sistema de potabilización y de conducción de agua potable” enfatizó Salas.

Por lo que dichas acciones representan desafíos muy notorios para el sistema fiscal del país, ya que además atiende servicios en los sistemas de salud, carreteras, seguridad, pensiones gubernamentales y las ayudas a grupos vulnerables, dificultándosele el desarrollo de toda esa infraestructura.

Por ello, es preciso que tanto la ciudadanía como las empresas tomen las riendas en el cuidado del agua potable y se pague el costo real del líquido que se tiene en sus domicilios para eficientizar su utilidad y operaciones, obviamente sin perder de vista a la población económicamente vulnerable, ya que no tiene la capacidad de pago del costo real y debe recibir subsidios focalizados que le ayuden a mantener el servicio. Dichas acciones propiciarán que se puedan hacer las inversiones necesarias para mejorar el servicio y traer el agua desde los lugares donde sea técnicamente factible.

“La eficiencia a la que nos referimos en CIPRO, es un tema que va más allá de perder la menor cantidad de agua posible en las redes de distribución, sino también a tener sistemas eléctricos en condiciones óptimas que permitan disminuir los costos de la energía eléctrica, a que los recursos humanos sean los estrictamente necesarios y con una alta formación que les permita desarrollar su trabajo de una forma excelente. En aras de ser justos, las tarifas deben ser establecidas de una manera que se cumplan metas de ampliación y mejora de las redes de agua potable y de alcantarillado, de las plantas potabilizadoras, del tratamiento de aguas residuales y de las plantas de bombeo, con metas verificables que permitan evaluar el cumplimiento y sobre el resultado se pueda autorizas el incremento o la disminución de las tarifas establecidas” subrayó el Ingeniero Salas.

Desde esa perspectiva, los recursos fiscales impulsados por el gobierno federal, estatal y municipal en forma de subsidio a la construcción, operación y mantenimiento de agua potable y saneamiento de aguas residuales, permitirán alcanzar de manera óptima y rápida el bienestar poblacional de la nación.

Para definir cómo utilizar estos recursos fiscales se requiere un análisis del proyecto y de la forma como se debe construir y operar la infraestructura. A partir de ello se pueden acotar tres puntos más:

1)    Construir, operar y mantener el proyecto con recursos del sistema de agua potable.

2)    Mezclar los recursos fiscales de los tres niveles de gobierno con los del sistema de aguas para realizar la obra y éste último, al igual que en el caso anterior se encarga de operarlo y mantenerlo.

3)    Generar un mejor vínculo de los recursos para construir la infraestructura, ya que los aporta la iniciativa privada, quien además lo construye, lo opera y mantiene por un periodo pre acordado con el gobierno, en el cual recupera la inversión realizada y la operación del proyecto a través de un pago en función del volumen de agua potable o residual tratada al sistema.

Estas opciones básicas pueden entrelazarse unas con otras, es decir puede haber recursos de nivel uno, dos o tres de gobierno, con los del sistema de agua y saneamiento.

“Esta solución ha sido utilizada de manera exitosa en todo el mundo. Para el caso de México se ha contado con este esquema, con el apoyo del gobierno federal a través del Fondo Nacional de Infraestructura con recursos gratuitos (me permito la libertad de decirlo en estas palabras sencillas) y con el aval y garantías de los gobiernos estatales y municipales se han construido y se operan acueductos, plantas desaladoras, plantas potabilizadoras y plantas de tratamiento de aguas residuales que benefician a millones de habitantes en el país” aseguró Salas.

Las acotaciones del ingeniero resaltan ya que, mediante ese esquema, se ayuda a los sistemas de agua potable y saneamiento a desarrollar la infraestructura que necesitan a un costo eficiente y competitivo porque la asignación de los mismo es a través de licitaciones públicas y al mismo tiempo, les permite a los gobiernos federal, estatal y municipal, liberar recursos para atender sus obligaciones en otras áreas, también fundamentales para el desarrollo social y económico.

“A esta generación nos corresponde trabajar de manera incansable para cuidar el agua, que no significa no usarla, sino hacerlo de una manera responsable, cuidando los acuíferos y ríos, tomando el agua y regresándola limpia para conservarla para que las generaciones siguientes la puedan disfrutar”, finalizó.