Buscar

Desconocimiento de personas relevantes eclipsadas

Amadeo Palliser Cifuentes
Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

En mis últimos escritos me he referido a Pedro Sánchez como egocéntrico-narcisista, por sus ínfulas históricas. En esa misma línea, están otros muchos, por ejemplo, Josep Borrell, representante de la UE para asuntos exteriores, que, el pasado miércoles, en la inauguración de las reuniones de EuroLat, en el parlamento europeo, en Bruselas, ante una asamblea multilateral formada por 150 miembros, la mitad de la eurocámara y la otra mitad de parlamentarios latinoamericanos comentó:

‘Estamos viviendo la tormenta perfecta, y para navegar en esta tormenta ya no nos sirven ni las rutas ni los mapas del pasado (…) como los descubridores y conquistadores, tenemos que inventar un Nuevo Mundo. Y hay que recalibrar nuestra brújula estratégica con plena conciencia histórica para comprender la magnitud de los cambios a los que hacemos frente.

(…)

Estábamos ya recuperándonos de la pandemia y otra vez la historia nos sorprende con un acontecimiento terrible, traumático, que es de nuevo la guerra en las fronteras de Europa, algo que creíamos olvidado. Y ciertamente hace 70 años que los europeos no hemos cruzado nuestros aceros, como decían los cásicos españoles del Siglo de Oro.

(…)

La democracia está en recesión en el mundo. Es una mala noticia, pero es verdad. La democracia está en recesión. Y si queremos vencer las amenazas y mejorar la democracia como espacio de libertad y justicia, hemos de empezar luchando contra la desinformación. Eso que en castellano antiguo se llamaba los bulos, que existían ya antes de que se inventara internet. Porque la información es la savia de la democracia. La información es el motor de la democracia. Los ciudadanos eligen en función del conocimiento que tienen, de las opciones que se le presentan, y los ciudadanos mal informados no pueden administrar una democracia sana. Hemos de hacer lo imposible para que la información sea un bien público, defendiéndola de manera que podamos luchar contra el torrente de desinformación que nos invade’

No deja de ser vergonzoso que, un personaje gris, mediocre y narcisista, pretenda dar lecciones, que rememore la figura de los conquistadores y ‘descubridores’, que él mismo comentó, si bien refiriéndose a la conquista de América del Norte, diciendo que ‘lo único hicieron fue matar a cuatro indios, pero aparte de eso … fue muy fácil (…) primero porque ahora tienen un mismo idioma y, segundo, porque tienen muy poca historia detrás’

Borrell comentó que para afrontar los retos futuros ya no son necesarios los mapas ni las rutas anteriores; obvio, pero tampoco pueden definir ese ‘Nuevo Mundo’ que dice, carcamales prehistóricos como él y los que él representa, con toda su mochila ideológica súper conservadora.

Cuando Borrell dice que ‘hace 70 años que los europeos no hemos cruzado nuestros aceros’ (otra muestra de su visión carpetovetónica), también miente y olvida, que en 1999 – 2001, se produjo la guerra en la antigua Yugoslavia (tercera guerra de los Balcanes).

Efectivamente, coincido con Borrell cuando dice que la información es básica en la democracia, para tener una población que pueda ejercer plenamente su ciudadanía; pero todos sabemos, y en especial los independentistas catalanes, que tanto Borrell como su partido, el PSOE, utilizan todas las cloacas del estado español, al que representan ‘con sumo agrado’ (rememorando al juez Manuel Marchena), espiando (sin querer dar explicaciones en el parlamento europeo, aduciendo que es un tema secreto), apoyando a los jueces que ‘inventan’ acusaciones contra Gonzalo Boye, el abogado de Carles Puigdemont, cambiando el código penal para que todo siga igual, mintiendo repetidamente prometiendo las inversiones en Catalunya, y sus medios de comunicación subvencionados o de los que son dependientes, tergiversando las noticias, magnificándolas, según sus intereses, y ocultándolas, si no les convienen; etc.

Pero Borrell muestra también su ‘falacia’ cuando apuesta por la información para que los ciudadanos puedan elegir. Ya lo vimos, los catalanes independentistas, informados debidamente, queríamos decidir sobre nuestro futuro, y ya vemos cómo nos encontramos: reprimidos, juzgados, condenados, etc. Esa es su coherencia y la del PSOE y, por extensión, de la UE.

Por todo esto, estos personajes, fruto del pasado, no pueden ni deben planificar el futuro de nuestros hijos y nietos; lo deben hacer hombres y mujeres jóvenes, con preparación y sin ataduras prehistóricas.

Pedro Sánchez, Josep Borrell, etc., únicamente deberían ser candidatos para ingresar en el cementerio de elefantes políticos, previo pase por el psiquiátrico político, que sería urgente inventar, pues clientes no les faltaría.

(Es curioso recordar que, bajo el edificio del congreso de los diputados, en Madrid, había un cementerio. Sobre este tema me extenderé otro día, ya que es un tema ajeno al objetivo del presente escrito; pero no deja de tener su ‘gracia’, para los elefantes citados)

Muchos saturamos las pocas neuronas que nos quedan con basura, con detritus que genera el sistema actual con esos dirigentes; y eso nos impide conocer la historia de verdaderos héroes, anónimos a nivel popular, si bien, conocidos y valorados en círculos restringidos próximos o más doctos y especializados.

En este sentido, me parece obligado, y de interés, resaltar las dos figuras siguientes, de las que yo ignoraba su existencia:

Ferran Zurriaga i Agustí (Valencia, 1938 – Olocau, 30 de noviembre del 2022)

Este maestro fallecido esta semana, fue un especialista de la historia de su pueblo, Olocau, y que trabajó en educación especial y como maestro de ciencias sociales y lengua, en una escuela rural.

‘Un referente de la es cuela en valenciano, que participó en los movimientos de renovación pedagógica de finales del siglo pasado, que trabajaron para una escuela más democrática, a medida de los niños y en valenciano.

(…) Maestro y pedagogo, se formó en la filosofía Freinet, y pasó por la sección pedagógica de Lo Rat Penat, (…) socio fundador y colaborador de Acció Cultural del País Valencià, cronista y colaborador de la revista Mètode.

(…) Su pasión por la docencia la mantenía intacta (…), en el homenaje que le hicieron en 2018, comentó: ‘tengo 80 y continúo siendo maestro’; hablaba de ‘la entrega total del docente, de la importancia de dejar una perspectiva de futuro y de esperanza en el alumnado y en la gente con la que tratas, maravillarlos con lo que se hace y con el trabajo’.

(…) Fue un activista incansable en la defensa del valenciano, de la renovación pedagógica y del País Valencià, y del sindicalismo transformador y comprometido con el pueblo’.

(https://www.levante-emv.com/cultura/panorama/2022/11/30/adeu-mestre-ferran-zurriaga)

Nota:

‘La Pedagogía Freinet se basa en las propuestas teóricas y prácticas del pedagogo francés Célestin Freinet (1896-1966) fundamentadas en el conjunto de técnicas activa, popular, natural, abierta y paidológica. El niño, en la pedagogía Freinet, es activo, autónomo, creativo, es el ‘autor’ de su propio aprendizaje. Se centra en la renovación del ambiente escolar, y en las funciones de los maestros. Su objetivo es que los niños aprendan haciendo y hagan pensando’ 

(Wikipedia)

Siguiendo con Zurriaga, me parece muy interesante reproducir un fragmento de la editorial que Vicent Partal le dedicó:

‘No olvidéis nunca que un hombre solo también puede cambiar el país

Ferran Zurriaga es un ejemplo claro, en este tiempo de desengaños, que para hacer las cosas que es preciso hacer, no hace falta esperar a ver quién viene detrás, ni discutir sobre qué hacen o dejan de hacer los otros.

En el libro ‘Idea general de la revolución en el siglo XIX’, el padre del anarquismo moderno, Pierre-Josep Proudhon, describe nuestra vida de una manera que corta el aliento, de tan detallada, rotunda y magníficamente expresada:

‘Ser gobernado es estar permanentemente en custodia, inspeccionado, espiado, dirigido, reglamentado, adoctrinado, predicado, controlado, medido, censurado, mandado por seres que no tienen ni la capacidad ni la virtud para hacerlo. Ser gobernado es ser, siempre, en cada transacción y en cada movimiento, anotado, registrado, censado, tarifado, timbrado, dejado de lado, contribuido, patentado, licenciado, autorizado, apostillado, amonestado, empujado, reformado y corregido.

Ser gobernado es, bajo el pretexto de la utilidad pública y en nombre del interés general, ser puesto a contribuir, a ejercer, a rescatar, a ser explotado, monopolizado, golpeado, presionado, robado, para, después, al primer gesto de protesta, a la primera resistencia mostrada, ser reprimido, acusado, vilipendiado, vejado, perseguido, desarmado, encarcelado, fusilado, ametrallado, juzgado, condenado, deportado, sacrificado, vendido, traicionado, ultrajado, deshonrado, …’

Este dibujo del mundo, leído en abstracto, invitaría al desencanto y a la rendición, a la desesperación delante del poder. Pero Proudhon mismo nos recuerda enseguida que todo esto, todo este esfuerzo por mantenernos dóciles y dominados, tiene un punto débil importante en la resistencia de los individuos, en el poder moral de las personas, en la fuerza de la gente que sabe que tiene razón. Porque todo este poder abrumador al final no tiene nunca suficiente fuerza para doblegar, para atemorizar y hacer rendir a ningún hombre, ninguna persona que sepa firmemente qué es y qué quiere para su gente. Y que tenga suficiente voluntad y dignidad para ponerse a caminar sin esperar a ver qué hacen los otros.

Ayer murió en Olocau el maestro Ferran Zurriaga, uno de estos hombres que se pusieron a andar sin esperar a ver qué hacían los otros y sin espantarse delante del monstruo descrito por Proudhon. Trabajando desde, y en contra, la profundidad del franquismo más negro y también en la democracia más decepcionante, Ferran Zurriaga ha sido un hombre determinante, clave, en la construcción de la escuela, del país y de la sociedad que tenemos hoy.

Sabio, trabajador, discreto y humilde (…) su ejemplo, por eso, es especialmente importante hoy, en medio de este desengaño pastoso y poco justificado que parece haberse apoderado de nuestra sociedad. Hoy es importante recordar que él, y todos los Ferrans Zurriagas de todo el país, no pidieron nunca quien o cuantos les seguían. Ni pusieron condiciones al sacrificio. Ni se excusaron una sola vez a la hora de hacer su trabajo, discutiendo qué hacían o dejaban de hacer los otros. Ferran Zurriaga simplemente hizo la parte que le tocaba, de hecho -y con su gesto nos recordó una vez más, que un hombre solo también puede cambiar el país. Y que, por lo tanto, no valen las excusas para dejar de hacer la tarea que nos corresponde a cada uno de nosotros’

(Vilaweb, 30 de noviembre del 2022)

Lucio Urtubia Jiménez (Cascante, 1931 – París, 2020)

De este segundo personaje que me parece interesante tratar, también ignoraba su existencia. La primera referencia la tuve ayer, viendo casualmente la película ‘Un hombre de acción’ dirigida por Javier Ruiz Caldera, y estrenada este año 2022, en Netflix. Narra la vida de Lucio, un militante ‘anarquista, que en este escrito enlaza, curiosamente, con el comentario de Proudhom, citado.

‘Lucio Urtubia fue un albañil de profesión y militante anarquista navarro. Por su actividad clandestina en pro de los grupos anarquistas internacionales, es considerado como una especie de Robin Hood. Vivió en París hasta el final de su vida, difundiendo las ideas anarquistas y trabajando de albañil.

Nació en una familia muy pobre, de 5 hermanos, en la Navarra carlista. Su padre entró en prisión como carlista, pero salió convertido al comunismo. A los 19 años, Lucio escuchó de la boca de su padre, por primera vez, la frase que marcaría su vida: ‘Si pudiera volver a empezar, sería anarquista’.

Reclutado para el servicio militar, descubrió muy pronto la facilidad para realizar contrabando en la frontera hispano-francesa. Con otros compañeros de servicio, desvalijó un almacén de la compañía militar en la que estaba adscrito. Al ser descubierto, el año 1954, desertó y huyó al estado francés, ya que los delitos cometidos le podían costar la pena de muerte.

En París, empezó a trabajar de albañil, oficio que le acompañó toda la vida. Urtubia siempre defendió el obrerismo: ‘somos albañiles, pintores, electricistas… No necesitamos el estado para nada. Si el paro y la marginación creasen revolucionarios, los gobiernos habrían acabado ya con el paro y la marginación’.

En el estado francés, Urtubia empezó a relacionarse con las Juventudes Libertarias de la Fédération Anarchiste, en principio para aprender el idioma, pero más tarde, plenamente convencido por las relaciones que logró, entre otros, con André Breton y con Albert Camus.

Amistad con Quico Sabaté: Al poco tiempo de vivir en París, se le pidió que escondiera en su casa a un miembro del maquis antifranquista. El refugiado era el mítico Quico Sabaté, con quien compartió casa durante varios años, hasta que Sabaté fue asesinado en España.

Urtubia tuvo en Sabaté una manera de segunda figura paterna, y de él aprendió dos lecciones básicas de anarquismo: ‘somos aquello que hacemos, no aquello que decimos’ y ‘el poder corrompe a todos’.

(…) Urtubia, al ser detenido y encarcelado Sabaté, empezó a emularlo, realizando incursiones en territorio español. Posteriormente cometió una serie de robos y atracos por Europa, con el subfusil Thompson que había heredado de Sabaté, para conseguir fondos para la causa revolucionaria. Más tarde abandonó esta actividad ‘para no herir a los empleados de los bancos’, si bien no mató nunca a nadie, pero la violencia necesaria para entrar con la pistola comportaba un riesgo, por lo que se puso a falsificar dinero.

Actividades de falsificación: anteriormente, había empezado su actividad como falsificador, proveyendo de documentos falsos a una gran cantidad de guerrilleros y exiliados. En la década de 1960, con otros exiliados, inició sus actividades de falsificación de moneda, con la que financiaban numerosos grupos de todo el mundo, a la vez que procuraban desestabilizar las economías capitalistas.

(…) En 1962, en la embajada de Cuba en París, tuvo una reunión con el Che Guevara, en aquellos tiempos ministro de industria de la Revolución cubana, al que presentó su plan de falsificación de dólares a gran escala, plan que Guevara rechazó, por insignificante. Este encuentro supuso una gran decepción para Urtubia, ya que el Che le dijo que los EUA continuarían siendo ricos a pesar de todo, hecho que interpretó como una señal que el argentino empezaba a estar cansado del rumbo que tomaba la política cubana.

La acción subversiva mas importante de las que realizó, fue la falsificación de cheques de viaje del banco estadounidense First National City Bank (actual Citibank), en la segunda mitad de la década de 1970 (…) por lo que estuvo a punto de conseguir que el banco se hundiera, pues sufrió una importante caída en la cotización en la bolsa. Estos dineros fueron utilizados para financiar diferentes movimientos guerrilleros en Latinoamérica (Tupamaros, Montoneros y otros) y en Europa.

Prisión: fue procesado y condenado por falsificación, a seis meses de cárcel. Para su defensa contó con un grupo de abogados progresistas y la pena se fijó después de llegar a un acuerdo extrajudicial con el banco, que aceptó retirar parte de las denuncias, a cambio de las planchas de grabación y el material con el que falsificaba los cheques. Por eso, el banco entregó a Lucio 4 millones de francos.

Durante toda su vida participó en gran cantidad de actos contra el sistema capitalista (…)’

(Wikipedia)

Pido disculpas por tan larga compilación, pero, como he dicho, me parece interesante conocer personas de tan elevado nivel ético y moral, involucradas, responsables y comprometidas.

Es una pena que desconozcamos y olvidemos esos referentes, y muchísimos otros. Es evidente que tenemos mucho que aprender y practicar. Y, por lo tanto, despreciar a los ‘personajes’ narcisistas y soberbios como muchos de los políticos actuales.

Todos sabemos que la historia la escriben los vencedores, pero nosotros debemos independizarnos de su historia, enviar a la ‘papelera de la historia’ (expresión de la Cup) a sus reyezuelos y ‘politicastros’, y llenar nuestra historia con nuestros ‘héroes’ y conciudadanos de relevancia social.