En la reciente semana fuimos testigos de grandes decisiones y acuerdos políticos que determinarán los proyectos políticos de quienes quieren gobernar a los mexiquenses en los próximos seis o más años y que probablemente puede tener una amplía repercusión en la elección presidencial de 2024.
Quiero hacer notar la participación de un político mexiquense que fue opuesto a todo lo que estaba pasando en los demás partidos políticos en el Estado de México, me refieró al coordinador de los diputados´de Acción Nacional en la Cámara local, el Diputado Enrique Vargas del Villar.
Puedes tener o no simpatía por el personaje o su partido, tener alguna preferencia política diferente, sin embargo su camino me parece sumamente interesante en tiempos en que México vive grandes riesgos democráticos, con un clientelismo creciendo exponencialmente, con notoria participación del crimen organizado y lo más lamentable, el ataque a los órganos electorales que nos han dado certeza sobre el conteo de votos y los resultados de cada jornada electoral.
Recapitulando parte de la trayectoría de Enrique Vargas, podemos decir que tiene dos bisagras importantes en su carrera política, que coinciden con las reformas pólíticas y electorales de 2007-2008 y la de 2014. La primera, que buscó un modelo diferente de competencia política, que de cierta forma a nivel local se logró una dinámica de participación de los actores políticos con sus gobernados estrechando la relación entre ambos. En aquellos años, Vargas del Villar fue Regidor del Ayuntamiento de Huixquilucan y Coordinador Estatal de Regidores y Síndicos del PAN, lo que le permitió relacionarse con los ciudadanos y con la militancia de su partido político, momentos claves para ir construyendo su liderazgo actual.
Para el 2014, vino otro movimiento importante en el andiamaje institucional, mientras el era Diputado local, a nivel nacional se aprobó la reeleción legislativa y la reelección consecutiva en la titularidad de la presidencia municipal.
Lo interesante de esa reforma política, es que ofrecía la independencia a los actores políticos de las decisiones centralistas, ya que al extender la posibilidad de decisión por más de tres años, los municipios de importancia económica o de población, iban a acumular poder político que permitía balancear y ser contrapeso sobre los poderes tradicionales, todo para ir logrando una sociedad más democrática.
En el proceso electoral siguiente, Enrique Vargas, ganó en 2015 la presidencia municipal de Huixquilucan, después de una desastroza adminsitración municipal del PRI que tuvieron que remover a su alcalde, a partir de ahí fue creando una administración con disciplina presupuestal y aprovechando la cercanía con los líderazgos para ir formando una importante figura como gobernante municipal.
Y eso fue lo que pasó, un empoderamiento de Enrique Vargas, en parte, gracias a la buena gestión pública municipal, los beneficios de esta reforma política, además de la renovación de liderazgos panistas que habian quedado ácefalos tras los malos resultados eléctorales de 2017 y 2018.
Tras ganar la reelección de 2018, Enrique Vargas del Villar naturalmente se convirtió en el principal liderazgo panista que no se dedicó a la acumulación del poder partidista, sino que empujó liderazgos locales para ir recuperando espacios en la elección de 2021 para su partido y para la Alianza, como fue los casos de Metepec, Huixquilucan, Cuautitlán Izcalli, Atizapán de Zaragoza y la propia conformación del Comité estatal.
Para la definición de la sucesión de gubernatura en el estado de México para el 2023, la participación de Enrique Vargas del Villar, la tornó interesante porque estaba fuera de los parámetros a los que estamos acostumbrados a vivir, el dedazo desde el centro de los Ejecutivos estatal y federal en contraste a la aparición de un político que trabajó y aprovechó los espacios generados por las reformas políticas del México democrático.
La decisión de Enrique Vargas del Villar de no participar en el proceso interno de la Alianza PAN-PRI-PRD ha sido reconocida en todos los órdenes, espacios políticos y de opinión, por anteponer el interes de evitar el avance morenista a su proyecto personal, que sin embargo, cuando viene del empoderamiento ciudadano este no se detiene ahí, ya que su espacio de participación se puede ampliar a otro lado, como el Senado.
La lección que nos deja Enrique Vargas del Villar debe ser un incentivo para seguir defendiendo nuestra democracia pero tambien para seguir impulsando reformas políticas que desconcentren el poder tradicional, mayores contrapesos y abran mayores espacios de participación política.