En mi escrito de ayer señalé unas organizaciones de extrema derecha, como ‘Yunque’ y ‘7NN’, secretas, sectarias, que llevan años infiltrándose en las estructuras del estado español. Y eso no nos viene de nuevo, ya que a finales del franquismo se implantaron otras organizaciones de ideología similar: ‘Opus Dei’, los ‘Guerrilleros de Cristo Rey’, etc.
Algunos miembros del Opus Dei llegaron a ser ministros, en pleno franquismo, como Laureano López Rodó, o, posteriormente, en los diferentes gobiernos del PP, como Federico Trillo, Isabel Tocino, José Manuel Romay Beccaría, Jorge Fernández Díaz, Luis de Guindos, etc.; mientras que la mayoría de ellos estuvieron en segundos niveles de responsabilidad, como Fernando Martí, presidente del consejo de seguridad nacional, Benigno Blanco, secretario de estado, Juan José Nieto, director general de educación infantil, primaria y secundaria, Juan Cotino, presidente de las cortes valencianas, Arsenio Fernández Mesa, ex director general de la guardia civil, Ignacio Cosidó, exdirector general de la policía, etc. Y en el ámbito del poder judicial: Andrés Ollero, José Luis Requero, Jesús Santos, Jesús Cardenal, José Manuel Niederleytner, etc.
Y también en Catalunya, Antoni Subirà, uno de los fundadores de Convergència Democràtica y exconsejero de la Generalitat; y en el ámbito privado: Joan Gaspart, expresidente del F.C. Barcelona, Isidro Fainé, de la Caixa, etc.
(fuente: ‘Los 74 rostros más influyentes del Opus Dei’, www.publico.es)
Evidentemente, siempre es temible la existencia de organizaciones secretas, especialmente si sus miembros ocupan puestos relevantes del estado, ya que, en esos casos actúan siguiendo consignas de personas que no han sido votadas, y, consiguientemente, reflejan una gran brecha en un estado autoconsiderado democrático.
Y esas fidelidades a personajes ocultos, desconocidos, como en el caso del Yunke y 7NN, son preocupantes. Desconozco el grado de infiltración actual de estas organizaciones en los ámbitos judiciales, militares, policiales, etc.; y aunque al tomar posesión de sus respectivos cargos públicos juren o prometan defender la constitución, todos sabemos que hay diferentes interpretaciones y niveles de imaginación, como vimos en el juicio farsa contra los líderes independentistas y vemos con la represión y las torticeras interpretaciones para aplicar los nuevos delitos de desórdenes y malversación.
A mi modo de ver, un ejemplo claro de filiaciones y defensa de ideologías extremas, lo tenemos con la reacción los sindicatos policiales ante la decisión del magistrado Francisco Miralles, titular del juzgado número 7 de Barcelona, de juzgar a 45 miembros de los antidisturbios que se extralimitaron en la represión violenta de los votantes del referéndum 1 de octubre del 2017.
‘Esta decisión no ha gustado nada a los sindicatos policiales, que han reclamado al Ministerio de Interior, y especialmente al ministro Fernando Grande-Marlaska, que haga todo lo posible para reventar la causa: ’¿Señor Marlaska, no cree que ya es hora de ponerse del lado de los policías y dejar de hacer la aleta a los sediciosos y delincuentes?, se ha preguntado Aaron Rivero, líder del sindicato mayoritario Jupol, muy próximo a Vox.
Asimismo, en un comunicado, la organización ha lamentado: ‘el gobierno de España no ha tenido ni tan solo la decencia de agradecer los servicios que realizaron miles de policías nacionales en defensa de la unidad de España’.
Sobre la causa judicial, Jupol la define como ‘un nuevo ataque’ contra los policías que reprimieron el 1 de Octubre. De hecho, consideran que el gobierno de Pedro Sánchez les ha dado la espalda, como hizo Mariano Rajoy, que, dicen ‘les abandonó delante de las agresiones continuas de los radicales independentistas’. Por eso, añaden, ‘muchos policías quedaron heridos y algunos, incluso, hubieron de tener que dejar el servicio’.
De una manera similar se ha pronunciado el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), el segundo en importancia en el consejo de la policía: ‘Modifican el código penal para beneficiar los culpables del referéndum ilegal con violencia en Catalunya el Primero de Octubre. Los policías defendieron el orden constitucional delante de los radicales (…) El SUP está indignado por lo que considera un desamparo institucional’.
Por otro lado, la Confederación Española de Policía (CEP) dice que es un escándalo la decisión de enviar a juicio a los 45 agentes, pero, además, señala personalmente al magistrado Francisco Miralles: ‘Se ha pasado años buscando toda clase de grietas. En esta estrategia ha llegado incluso a analizar los temarios de formación que tenemos en la Escuela Nacional de Policía. Tenía que encontrar lo que fuera, contra nuestros compañeros’.
Así mismo, el sindicato ve una mano negra en la causa, porque se presentaron como acusaciones particulares la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona (la fiscalía y la abogacía del estado forzaron la expulsión de esta). ‘Nada es casual. Hace años que están empeñados a echarnos de Catalunya, porque somos su principal obstáculo pues defendemos la ley’, añaden.’
(Vilaweb, 26 de enero 2023)
Ciertamente, es terrorífico que esos sindicatos policiales sean próximos al partido de ultraderecha Vox, que, como señalé ayer, está fuertemente ligado con Yunke.
Nunca se nos olvidarán las imágenes saliendo de sus cuarteles de toda España, al grito de ‘a por ellos’, y, aquí, sus propios gritos ‘que nos dejen actuar’, cuando, al medio día, por presiones europeas, ‘frenaron’ su violencia.
Sabemos que el gran inquisidor del reino es Felipe VI, apoyado por los poderes del estado; y vimos, después del referéndum, que ese gran instigador se quitó la careta con su discurso del 3 de octubre, pues abrió la caja de Pandora, y salieron todas las furias represoras, que todavía siguen sueltas.
Tampoco es nada nuevo, ya que el rey ha mostrado, en repetidas ocasiones, su proximidad a Vox.
Y tampoco nos viene de nuevo, pues recordamos que un día como hoy, el 26 de enero de 1939, las tropas franquistas entraron en Barcelona, lo que ellos consideraron y consideran la ‘liberación de Barcelona’.
El diario ‘La Vanguardia’ del día siguiente, abría con un titular a toda página: ‘Barcelona para la España invicta de Franco’, y desde Burgos se difundió: ‘la fe en Dios, en la Patria y en el Caudillo hace milagros. Por estos estímulos los soldados de Franco han luchado a través de la región catalana en dirección a Barcelona. Y Barcelona es ya de España y del Caudillo (…)’
Como pasa siempre, y La Vanguardia de la familia Godó es un claro exponente, bastantes se manifestaron rápidamente del lado del sol que más calienta en cada momento; y las grandes familias burguesas, mayoritariamente, también se acercaron a ese sol negro. Y así nos va, claro.
‘Hay una fórmula medieval andorrana que dice: ‘Mort, qui t’ha mort?’ (Muerto, ¿quién te ha muerto?), y la repetían en el levantamiento judicial de los cadáveres hasta que se estableció la primera constitución del Principado de Andorra, en 1993.
Se recitaba esa fórmula en las defunciones en las que se encontraban indicios de muerte intencionada o violenta, por lo que debía asistir personalmente el alcalde, el secretario y el pregonero parroquial.
El procedimiento oficial consistía en que el pregonero formulase tres veces consecutivas la pregunta: ‘Mort, qui t´ha mort? La justícia et reclama’, delante del cadáver encontrado. Seguidamente, delante de la no respuesta del cuerpo inerme, el pregonero finalizaba el proceso con la respuesta: ‘Ni ou ni castanya, senyal que és ben mort’ (ni huevo ni castaña, señal de que está bien muerto)’
(Wikipedia)
El cantautor Roger Mas, en el 2021 incluyó en su obra la canción: ‘Mort, qui t´ha mort?, con la colaboración de ‘Els Collons del Pare Rababa’ con la siguiente letra (que he traducido):
Muerto, ¿quién te ha muerto?
Muerto es quien no habla.
En el cielo sea y que Dios no nos lo devuelva.
Muerto, ¿quién te ha muerto?
Muerto es quien no habla.
Queremos pan y circo, queremos pan y circo,
Si no nos los dais ya lo veréis.
(repetición 5 veces)
Queremos pan y circo, queremos pan y circo,
Si no nos los dais os fastidiáis’.
Con todo este caldo de cultivo, los independentistas catalanes sabemos quién nos mató, hace ya más de 300 años, en 1714, con la conquista del rey borbón Felipe V, y siguen matándonos, y si callamos, si asumimos el estatus quo, nos podrán decir, con razón: ‘Ni ou ni castanya, senyal que és ben mort’.
La situación es dura, negra y no hay manera de ver la luz del final del túnel, si es que la hay. Pero también cabe pensar que, aún así, si no avanzamos, seguiremos muertos. Debemos tener los huevos y las castañas, para dar la señal de que estamos vivos.