
amadeopalliser@gmail.com
El poeta, narrador, ensayista, filólogo y traductor, Joseba Sarrionandia (n. 1958), condenado a 22 años de prisión por pertenencia a ETA, después de cinco años, el 7 de julio de 1985, logró escapar de la cárcel, junto a otro preso, Iñaki Pikabea, escondidos dentro de unos altavoces, tras un concierto del cantante Imanol. Fuga popularizada por Kortatu (grupo fundado en 1984 por los hermanos Fermín e Iñigo Muguruza), en su canción ‘Sarri, sarri’ (a menudo, a menudo).
En el año 2010 publicó una obra capital, en euskera: ‘Moroak gara behelaino artean? (¿Somos como moros en la niebla?)
‘(…) Este ensayo plural se basa en el franciscano Pedro Hilario de Sarrionandia, natural de la misma comarca que el autor, y familiar lejano suyo.
El franciscano publicó, en 1905, en Tánger, ‘Gramática de la lengua rifeña’. El franciscano vasco mostró interés en la lengua amazig, sometida por los colonizadores franceses y españoles, para mostrar la gramática del poder, de un poder que ha construido una gramática de la dominación y de una dominación que es, también, lingüística.
Y así, resigue la construcción y el uso de la palabra ‘moro’ como seña de la actitud del colonizador delante del colonizado, el rechazo al que es distinto, el ahogo de la diversidad, la ocultación de la realidad. La voluntad de la esclavitud llevada al lenguaje cotidiano como herramienta de la dominación perpetua y perpetuada.
(…) El escritor, al servicio de una especie de cosmovisión de la actualidad a partir de los ojos de los esclavos del poder, los moros de una y otra ribera del Mediterráneo, de todo el mundo. La construcción de una España imperial, la historia de los amazirgas colonizados una y otra vez – bereberes a los ojos de los árabes, moros genéricos a los ojos occidentales.
(…) En Tetuán, Pedro H. Sarrionandia se dio cuenta que en Marruecos no había moros. Al acercarse suficientemente y querer definirlos, se dio cuenta que aquellos que al principio tenía por moros, en realidad no lo eran, sino que cada uno de ellos se definía a si mismo, como judío, árabe, amazig’.
(Josep Bargallo, Torredembarra sur mer, 2013; https://josepbargallo.wordpress.com)
‘Los bereberes o amaziges son las personas pertenecientes a un conjunto de etnias autóctonas de África del Norte, denominado Tamazgha. A menudo se prefiere utilizar la denominación amazig, pues bereber viene de la adaptación al árabe del vocablo griego BápBapoc, que quiere decir bárbaro)
(Wikipedia)
El desprecio histórico de las lenguas amacigas (mazig, amazigh o amacirgas, m. pl.) ‘nombre propio del idioma de los berberiscos y que algunos lo han aplicado a quienes lo hablan (Enciclopedia Espasa), los manifestantes de Meridiana Resisteix lo conocemos, gracias a la labor de difusión del compañero Carles Castellanos que, en diferentes jornadas literarias, nos ha explicado la problemática en cuestión.
La lengua amacig la hablan 37 millones de personas, de diferentes etnias: cabilios, rifeños, tuaregs, mozabíes, etc.; en diferentes países: Argelia, Marruecos, Túnez, Libia, Egipto, etc.
Pues bien, toda esta larga introducción me ha parecido interesante, en este escrito, como ejemplo de la normalización de la anormalidad, a la que me referí ayer.
Normalizamos el término ‘moro’, como normalizamos la explotación económica que el estado español efectúa a Catalunya, como también el mantenimiento de una casa real corrupta, y también la represión del independentismo catalán, que todas las instituciones del estado (política, judicial, policial, financiera, económica, mediática, etc.) vienen aplicando ; y un buen ejemplo lo tuvimos ayer, en la gala de entrega de los premios Goya de cine, que la película Alcarràs, de Carla Simón, estrenada el pasado abril del 2022, pese a estar nominada para 11 premios, fue castigada sin ninguno. Un ejemplo insólito, ya que la propia academia de cine español la había seleccionado para los Óscar a la mejor película extranjera, tras recibir el Oso de Berlín.
Evidentemente, las otras películas que fueron premiadas, como ‘As Bestas’, etc., también son excelentes películas; pero no otorgar ni un Goya a Alcarràs, no hay ‘dios’ que lo entienda, salvo recurriendo a las manos oscuras del estado. Y, claro, dio pena ver al ministro de cultura, el infame Miquel Iceta, riendo y aplaudiendo como una vedette.
Me parece claro: a los catalanes nos consideran ‘moros’ en la niebla independentista. Y como hemos visto en la introducción anterior, el imperio español con su bota intenta aplastar cualquier éxito ‘moro’.
Posiblemente, ni este ejemplo hará caer ninguna venda de los ojos, ya que muchos la tienen clavada a su máscara. Y, claro, estos han normalizado la anormalidad y, por lo tanto, lo anormal ha pasado a ser normal.
Y así nos va.
Y si los independentistas no nos unimos, y los partidos olvidan sus intereses egoístas y egocentristas, no tendremos nada que hacer.
Pero, a pesar de ello, y como dice la citada canción ‘Sarri, sarri’:
‘No sé que es lo que pasa últimamente
Que la gente ha empezado a bailar a menudo
Tendrá que ver
Con que faltan dos
En el ‘recuento general’
Y, a tal fin, seguimos y seguiremos manifestándonos en la avenida Meridiana de Barcelona, pues confiamos que un día, el menos esperado, suene el despertador y, masivamente, los independentistas salgamos todos a las calles, para hacerlas nuestras y podamos bailar todos juntos y veamos la ‘estelada’ (la bandera independentista catalana) tapando el cielo (en la canción, Kortatu hace referencia al pañuelo rojo)
Pero mientras ERC siga comprando la ‘agenda del reencuentro’ del oportunista y mentiroso Pedro Sánchez, lo tendremos muy difícil.