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Ser mujer en México limita la movilidad social

* Hay 21.5 millones de mujeres excluidas del sistema laboral en  México 

* 4.4 millones están desempleadas y disponibles para trabajar y 17  millones realizan labores de cuidado y domésticas, sin  remuneración 

* La tasa real de desempleo femenil en México es de 15.7% * México ocupa el lugar 145 del mundo, de 179 países, en la tasa de  participación de mujeres en el sistema laboral 

Las raíces de la desigualdad están en la economía. Las mujeres son el sector más  excluido del sistema laboral, el más violentado en sus derechos a un trabajo digno  y sin ingresos suficientes que les permitan superar la pobreza. 

En el país hay 21.5 millones de mujeres en edad de trabajar excluidas del trabajo: 4.4 millones están desempleadas, buscando trabajo o disponibles y sin  impedimento para trabajar. Además, hay 17 millones que no están disponibles  debido a que realizan labores de cuidado y domésticas, sin remuneración. Estas  labores no remuneradas tienen un valor económico equivalente a 26 puntos del  Producto Interno Bruto (PIB) del país, y aún así se les cataloga como población “no  económicamente activa”. 

Tomando en cuenta estos indicadores de 2005 a 2022, en estos 18 años la  proporción de mujeres no disponibles por labores de cuidado y domésticas pasó de  98% a 93%; es decir, apenas bajó cinco puntos en casi dos décadas. A ese ritmo,  al país le tomaría otros 16 años bajar a 90% (en 2038) y hacia el inicio del Siglo  XXII, en el año 2100, podría llegar apenas al 70%. 

Las mujeres tienen una participación laboral de 40%, pero aportan el 60% del  desempleo. En realidad, la tasa de desempleo de las mujeres es de 15.7%,  considerando tanto a las desocupadas como a las disponibles, mientras que la tasa  general de desempleo es de 11%.

Con trabajo, pero precarios 

Los datos del INEGI refieren que además de las mujeres excluidas, hay 23.6  millones de mujeres con trabajo, pero 7 de cada 10 (16.3 millones) carecen de  ingreso suficiente para superar el umbral de pobreza y 6 de cada 10 (14.1 millones)  trabajan sin acceso a los servicios de salud y protecciones de seguridad social 

Más de la mitad de las mujeres ocupadas (13.2 millones) tienen trabajos informales  y más de la cuarta parte (6.1 millones) trabajan en condiciones críticas. 

Si solo nos enfocamos en quienes tienen trabajo formal, de 8.4 millones de mujeres  registradas en el IMSS, 4 millones, casi la mitad, carecen de ingreso suficiente, para superar el umbral de pobreza. Pese a lo que se cree, casi 6 de cada 10 de las  mujeres con trabajo formal y sin ingreso suficiente, trabajan en grandes y medianas  empresas (57%). 

En total hay 28.4 millones sin ingreso laboral propio, sumando a mujeres excluidas  y a las que tienen ingreso cero, lo cual las coloca en condiciones de mayor riesgo y  vulnerabilidad. 

Un dato muy preocupante es que México ocupa el lugar 145 en una lista de 179  países por su baja tasa de participación laboral de las mujeres. La exclusión de las  mujeres del trabajo remunerado es mayor a muchos países de América Latina y el  Caribe, así como de la OCDE y otros países de ingreso medio alto, como México. 

Es por ello que, ante este panorama, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza se  suma a las propuestas para construir un sistema de cuidados, público y de calidad,  progresivo e integral, que permita la incorporación de las mujeres al trabajo  remunerado, a la vez de que garantice el interés superior de la infancia y el derecho  al cuidado para todas las personas que lo requieran. 

“La desigualdad que violenta los derechos de millones de mujeres en México tiene  una raíz económica: carecen de ingreso propio por no tener trabajo o, peor aún, por  no poder salir a buscar trabajo y carecer del ingreso suficiente para cubrir las  necesidades básicas, lo cual les impide superar el umbral pobreza”, afirma Paulina  Gutiérrez, integrante de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza. 

Y agrega que, “en sí mismas, estas situaciones de exclusión y precariedad laborales  son una violación al derecho humano al trabajo de las mujeres y, además, son causa  de otras desigualdades como, por ejemplo, en el acceso a la salud, a vivienda digna,  al tiempo libre e, incluso, a la participación ciudadana y política”. 

Estos datos forman parte del Reporte especial titulado “Raíz económica de la  desigualdad: Exclusión y precariedad laborales para las mujeres en México” en  donde se pueden consultar más datos y las fuentes de lo aquí dicho. Se anexa para  los medios con este comunicado. 

[1] Acerca del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY): El CEEY es una asociación civil sin fines de lucro, apartidista, establecida por la Fundación Espinosa Rugarcía en 2005. Su misión es generar investigación especializada como referencia para conformar directrices de políticas públicas y acciones que impulsen la movilidad social en México.

[2] Estudios de referencia:

–   CEEY (2019) Informe de movilidad social en México. Hacia la igualdad regional de oportunidades. México: CEEY Editorial.

–   3er Boletín de movilidad social en el mercado de trabajo (estimación actualizada con datos para el 4to  trimestre de 2022).

–   Campos-Vázquez, Raymundo (2022) Desigualdades. Por qué nos beneficia un país más igualitario. México: CEEY Editorial y Grano de Sal.

–   Orozco, Mónica, Rocío Espinosa, Claudia Fonseca, Melanie Marchant y Roberto Vélez (2022) “Movilidad social, políticas de cuidados y protección social”. Documento de trabajo CEEY no 01/2022.