Buscar

El represor reino español

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

En febrero de 1992, el gobierno de Felipe González (PSOE) aprobó una ley orgánica, modificando la existente sobre la protección de la seguridad ciudadana, modificación conocida, popularmente, como ‘ley de la patada a la puerta’; y en julio del 2015, el gobierno de Mariano Rajoy (PP) aprobó otra modificación a esa ley de protección de la seguridad ciudadana, modificación conocida popularmente como ‘ley mordaza’, en este caso, para limitar y reprimir los movimientos de izquierdas del 15 M, pero, fundamentalmente, para controlar el movimiento independentista catalán.

Como sabemos, eufemísticamente, hablar de la ‘seguridad ciudadana’ expresa e implica más represión. Y en esto no hay diferencia entre el PP y el PSOE, pues ambos representan una misma ideología: la defensa de la unidad de SU España y de SU monarquía; en definitiva, la defensa del sistema franquista reconvertido en neofranquista.

Es cierto que hay ligeros matices entre el PP y el PSOE, pero son difíciles de evidenciar, ya que incluso en el ámbito económico sus políticas son intercambiables. Y ambos nos engañan siempre, pues, como he dicho, argumentan que legislan para nuestra seguridad; pero, claro, eso es un mero eufemismo, pues nos hablan del ‘trasero’, para aparentar suavidad, evitando, así, no decir que se refieren a nuestro ‘culo’.

La periodista y antropóloga Núria Alabao, en su columna titulada ‘La ley mordaza ya no le importa a nadie’, señala que la propuesta de modificación de la ley mordaza, la próxima semana, difícilmente se aprobará, ya que las negociaciones con los partidos que apoyaron la investidura de Pedro Sánchez no están de acuerdo con ese simple maquillaje.

Pedro Sánchez había hecho campaña electoral diciendo que derogaría esa ley, y lo que ha hecho, es justo al revés, al suprimir el delito de sedición (forzado por la UE, no por la negociación con ERC), ha aprovechado para agravar los delitos de desórdenes.

Volviendo con Alabao, señala que:

‘(…) La promesa de derogación (…) hoy no parece una prioridad de un gobierno que, además, ha aprobado sus propias reglas represivas: la reforma de la sedición que penaliza los cortes de carretera o las ocupaciones de sedes bancarias -entre otros elementos-, además de convertir en delito tres robos en supermercados. Posiblemente sólo es un indicador del nivel de reacción y retroceso que vivimos y de la escasa capacidad de movilización de que disponemos pera hacerle frente.

A este gobierno no le pedíamos que lo cambiase todo, sólo que al menos nos dejase organizarnos y luchar por lo que es justo. Gane el que gane en las próximas elecciones, todo apunta que, por el lado represivo, todo seguirá igual o peor. Se cumplirá una vez más la ley de hierro de las legislaciones represivas: una vez aprobadas, son inamovibles. (La normativa cívica de Barcelona tampoco ha sido derogada por el gobierno de Ada Colau, que se había declarado contrario). Parece que ningún gobierno de ningún signo político no renuncia nunca a incrementar su poder de control policial sobre la población’.

(Ara, 12 de marzo del 2023)

Efectivamente es así, todos los gobiernos aplican esa ley de hierro mencionada y, una vez endurecida la legislación represiva, por ‘motivos’ puntuales o temporales, ya quedan fijados e inamovibles, así es la ‘democracia’ española; un sistema históricamente depredador.

Y claro, para asegurar los negocios de la monarquía y de las ‘grandes’ familias neofranquistas (o, pura y directamente franquistas) todo vale, y los máximos responsables y máximos ‘delincuentes’, siempre se salvan, como hemos visto en estas cuatro décadas de régimen pseudo democrático, pues nunca se quiso saber que Felipe González era la ‘X’ del Gal (el asesino grupo antiterrorista), después no se quiso saber quién era ‘M. Rajoy’, y, claro, nunca se han querido saber los negocios del clan familiar borbónico.

Y siempre, los medios de comunicación sistémicos del régimen han hecho la vista gorda y alimentado el propio sistema que les da de comer tan ricamente.

Y en estas estamos, pues estas últimas semanas vemos que se ha puesto el foco de las cloacas del estado en el ex ministro Jorge Fernández Diez (PP) y el ex comisario José Manuel Villarejo. Y así, todos los medios citados, no paran de filtrar informaciones incriminándoles.

Efectivamente, son responsables y deberían pagar, quedando en prisión el resto de sus vidas. Pero, claro, ellos no fueron más que ‘los tontos útiles’, ya que los máximos responsables fueron Felipe VI, Mariano Rajoy, su vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría, la ministra de defensa, Dolores de Cospedal, etc., y, sin olvidar a Pedro Sánchez, que apoyó animadamente a Rajoy, argumentando su deber de estado. Y, claro, todos los medios manipuladores siempre han evitado cualquier crítica a la monarquía, no sea que pierdan las subvenciones.

Y tampoco son críticos con los otros poderes (judicial, policial, etc.), a pesar de las claras evidencias incriminatorias de los documentos de Villarejo, con nombres y apellidos, ya que les garantizan su estatus quo.

Como señala la mencionada Alabao, siempre se cumple la ley de hierro represiva, toda legislación antidemocrática, se queda consolidada, como sabemos los catalanes, pues, aunque teóricamente se levantó la represión mediante el artículo 155, seguimos sufriendo todo tipo de limitaciones y cortapisas, censuras y castigos. Y mientras no se derogue la prevalencia de la palabra de la policía sobre la de la ciudadanía, seguiremos reprimidos.

Alabao, en su artículo citado, resalta que:

‘la falta de respeto a los agentes y la desobediencia’ son dos herramientas clave que aumentan desproporcionadamente el poder de la policía. Muchos ciudadanos han sido sancionados simplemente por interrogar a los agentes cuando éstos realizan identificaciones por perfil racial. No quieren que nadie controle a los controladores.

Todos estos puntos son importantes, pero según organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional o No Somos Delito, la reforma tal como está planteada ni tan solo pone fin a los aspectos más antidemocráticos de la mordaza. Por ejemplo, con la presunción de veracidad de los agentes, que posibilita la arbitrariedad en los procedimientos y impide la defensa efectiva de la ciudadanía. Esto no se tocará. Así que, incluso si se aprueba la reforma, los derechos a la libertad de expresión, de reunión o de información, continuarían estando socavados’.

Por todo esto, no entiendo que en Catalunya tengamos a tantos catalanes que sigan defendiendo un estado tan corrupto como el español. Es incomprensible. Pero aquí en Barcelona tuvimos el gorila albino ‘Copito de Nieve’, así que estamos acostumbrados a todo. Y, así constatamos que muchos conciudadanos catalanes que desde hace años sólo ven las televisiones españolas, ahora ya están mirando la pared de sus casas. Ya tiene el encefalograma plano. Y cuando les digan que tienen que ir a votar, lo harán, disciplinadamente, para seguir apuntalando el régimen del 78.