Muchos nos damos cuenta de que los sueños e ilusiones que teníamos hasta el 2017, de cada vez son más irrealizables, a corto o medio plazo. Y, para colmo, los dos años de reclusión por la pandemia del Covid, acabaron remachando el clavo del ataúd en el que fueron encerrados. Y esos sueños e ilusiones, con muchas posibilidades, no se limitan únicamente al ámbito político, pero todos estos han acabado como daños colaterales que, aparentemente, también hemos encerrado en el baúl de los recuerdos.
Los políticos actuales, todos, salvo contadas y honrosas excepciones, han ejercido de enterradores en ese lúgubre funeral. Esta es nuestra mayor desgracia.
Por eso, los independentistas de base que seguimos manifestándonos, procuramos retroalimentarnos mutuamente, y cuando uno está bajo de moral, los otros compañeros le insuflamos confianza. Y claro, días como el de ayer, en el que un notable grupo de compañeros de la comarca del Baix Camp (Tarragona) vinieron a la manifestación de la avenida Meridiana de Barcelona, todos tuvimos un ‘subidón’ de moral.
Todavía no estamos reducidos a las cenizas que los enterradores pretenden.
Pero sabemos que esto es puntual, y que nuestras manifestaciones son minúsculas, apenas trascendentes. No nos engañamos, no somos ilusos. No necesitamos recurrir a otros recursos. No nos hacen falta falsas ayudas, ni las seguridades que se tomaban los persas, como explicó Herodoto de Alicarnasos (484 a. C. – 425 a. C.), que, en sus ‘Historias’, libro 1, sección 133, anotó que si los persas decidían alguna cosa mientras estaban bebidos, tenían la regla de reconsiderarla cuando estaban sobrios. Otros autores posteriores añadieron que los persas tenían otra regla, es decir, que, si tomaban una decisión estando sobrios, la reconsideraban después, mientras estaban borrachos.
Nosotros, los independentistas de base, somos conscientes de que no podemos ser exigentes, y que toda ayuda, que todo mensaje de apoyo, que toda visita, siempre la tomamos como muy positiva; a pesar de que sepamos que siempre son mínimas luces, meras luciérnagas, en el gran túnel oscuro en el que nos mantiene es estado español.
Por eso necesitamos que de las bases salgan nuevos liderazgos, que nos ofrezcan verdaderos ‘boccato di cardinale’, ‘boccone da prete’, no meros sucedáneos.
Sabemos que la frase ‘in vino veritas’ se encuentra en Alceo de Mitilene (630 a. C. – 560 a. C.), en Plinio el Viejo (24 d. C. – 79 d. C.) y, muy posteriormente, en Erasmo de Rotterdam (1466 – 1536), y no queremos limitarnos ni contentarnos con el agua, por más saludable que sea.
Cualquier cosa que nos sirva para liberarnos del corrupto reino español, que, metafóricamente, nos sigue aplicando el medieval derecho de pernada (‘ius primae noctis’, derecho de pierna, es decir, el supuesto derecho que se otorgaban los señores feudales sobre la potestad de mantener relaciones sexuales con cualquier doncella sierva de su feudo que fuera a contraer matrimonio)
Y los actuales ‘señores feudales’ siguen jugando y mareando la perdiz, para despistarnos y entretenernos, por ejemplo:
- Ayer vimos que Pedro Sánchez frenó la dimisión en bloque de los vocales progresistas del consejo general del poder judicial, que intentaba forzar el recambio de la cúpula judicial, congelado por el PP. Otra demostración más de la ‘independencia’ del poder judicial. Vergonzoso.
- Otra muestra de ayer es ver que el gobierno español, tras ver el ridículo efectuado al no recibir a la comisión de europarlamentarios que intentaban investigar sobre el espionaje a los líderes independentistas (Catalangate), mediante el Pegasus. Ahora, han decidido acceder a una entrevista telemática el próximo martes. Pero no habrá ninguna sorpresa, los subalternos de Pedro Sánchez no se saldrán de su mantra de que ‘todo es legal y secreto, por la unidad del reino)
- Vimos también, que Charles Michel, presidente del consejo europeo, es criticado por gran cantidad de diplomáticos y políticos, por considerar que se dedica más a potenciar su propia carrera personal, buscando un protagonismo internacional: cumbres, fotos, etc. (no sé porqué me recuerda a Pedro Sánchez) que a su verdadero cometido. Por eso, si consideramos que de esas instancias nos ha de venir alguna ayuda, mejor dedicarnos al vino.
- Y, como último ejemplo, vimos que Alicia Homs, una eurodiputada socialista, intentó impedir que el rapero Valtònyc (Josep Miquel Arenas Beltrán) accediera al Parlamento Europeo, para visitar una exposición de Laura Marte que lleva por título ‘Invisible though exposed’ sobre las ‘kellys’ (las trabajadoras de limpieza de los hoteles). Homs incluso intentó vetar la entrada de Valtònyc retirándole su acreditación; evidentemente, por tratarse de un exiliado independentista. Finalmente, intervino el president Carles Puigdemont para invitarle personalmente, y efectuar la visita de forma conjunta.
Es decir, diferentes temas, incluso menores, que denotan una forma de proceder indisimulada. Pero todo eso, como la lluvia fina, va calando sin parar, y no tenemos paraguas.
Y si nos dejamos despistar, quedaremos bien calados.
Por eso debemos ser conscientes y no desviarnos de nuestro cometido, para conseguir el objetivo deseado, la República Catalana.