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Realismo político catalán

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Con el presente escrito vuelvo a hacer una nueva excepción en mi ‘desconexión’, pues las noticias se van acumulando, por eso este ‘rollo’ es más largo, por lo que pido perdón y paciencia al sufrido lector.

Según el diccionario de la RAE, por ‘realismo’ se entiende la forma de ver las cosas sin idealizarlas; modo de expresión que pretende representar fielmente la realidad.

Me parece preciso puntualizar que se puede expresar correcta y fielmente la excelencia de la realidad, sin idealizarla y sin perder un mínimo de objetividad.

Y encuentro afortunada la amplia expresión: ‘Con los pies en la tierra, la cabeza en las nubes y el corazón en las manos:

‘Con los pies en la tierra’ es una forma de decir que nos paramos en la realidad (…)

‘Con la cabeza en las nubes’ es una apuesta a la imaginación, a la fantasía y a la creatividad (…)

‘Con el corazón en las manos’ es la convicción que tenemos sobre la imprescindible e impostergable atención, a esta necesidad fundamental de la humanidad para alcanzar su desarrollo integral, la dimensión de la afectividad, la ternura y el afecto’

(https://ecodes.org)

Si bien, aplicando la misma puntualización que he hecho respecto a la definición de la RAE, ya que yo rebajaría un tanto la imaginación y la fantasía, en muchas de las expresiones que podemos efectuar tocando, a su vez, con los pies el suelo.

En el arte:

‘El realismo fue un movimiento cuyo propósito fue la representación objetiva de la realidad basada en la observación de los aspectos cotidianos que brindaba la vida de la época (…) Fue fruto de la agitada situación política francesa desde la proclamación de la República, en 1848, hasta el advenimiento de la Comuna de París (1789 – 1795). (…) basándose en la representación del pueblo sin idealismo. (…) En estos mismos años se elaboró la filosofía positivista de Auguste Compte (1798 – 1857) para afrontar la realidad con la razón, para someterla a sus leyes (…)

(https://masdearte.com)

‘El realismo propone una mirada centrada en el ser humano y en su existencia cotidiana, dándole la espalda a los temas mitológicos, religiosos, fantásticos y oníricos, prefiriendo en cambio la denuncia social y política. Y, a tal fin, las formas del realismo privilegian el estilo sencillo, directo y sobrio; como practicaron Gustave Courbet (1819 – 1877), Jean-Francois Millet (1814 – 1875); Auguste Rodin (1840 – 1917), Honoré de Balzac (1799 – 1850), Charles Dickens (1812 – 1880), Fiódor Dostoievski (1821 – 1881), León Tolstoi (1828 – 1910), etc.

Pero me parece más interesante y sugerente la corriente del ‘realismo mágico’, escuela literaria hispanoamericana del siglo XX, cuyo principal exponente es el autor colombiano Gabriel García Márquez (1927 – 2014), que apuesta por la representación realista de eventos extraños y maravillosos, es decir, abordando lo cotidiano y objetivo de eventos fantásticos.

(fuente: https://concepto.de/realismo/)

Pues bien, ese realismo / naturalismo, se opuso al idealismo y al romanticismo. Por su parte, el hiperrealismo fue un movimiento extremo, como lo fue el realismo mágico, ya citado y formulado, en primera instancia, por el cubano Alejo Carpentier (1904 – 1980) (‘lo real maravilloso’); en cuanto hace referencia a la política, ese realismo, tomado por el estalinismo y el nazismo se basó en la idea de que ‘quien controle la idea de lo ‘real’ controlará también la opinión pública’

Centrándome en el aspecto político español y catalán, ciertamente, hay personas más pragmáticas, otras más idealistas, etc.; pero, en general, predominan los primeros, los que tienen como objetivo principal su propio proyecto personal y, en segundo lugar, los de su partido político. Evidentemente, en los políticos unionistas (españoles y muy españoles, como lapidariamente dijo el nefasto Mariano Rajoy) su ADN vinculante es la unidad de su sacrosanta España y su ramplón rey Felipe VI.

En importantes aspectos de la vida te pueden decir que seas más realista, que toques con los pies la tierra, el suelo, que dejes de soñar imposibles. Y eso no es fácil, cada uno es como es, y difícilmente pensaremos de otro modo, salvo imposturas.

En el pronaos del templo de Apolo, en Delfos, según el periegético Pausanias (110 d.C. – 180 d.C.), tenía la inscripción, datada a finales del siglo V a. C., ‘Conócete a ti mismo’ (en griego clásico transliterado: gnóthi seautón), frase atribuida a los Siete Sabios de Grecia (Heráclito, Quilón de Esparta, Tales de Mileto, Sócrates, Pitágoras y Solón de Atenas); Sócrates la citó en varios de sus diálogos con Platón, pero realmente era más antigua.

Efectivamente, ese precepto es muy fácil de aconsejar, pero muy difícil de conseguir, a pesar de los mínimos esfuerzos que podemos hacer, pues nuestro ego es mayúsculo. Por eso, Franz Kafka (1883 – 1924) en un aforismo, sentenció: ‘En la lucha entre uno y el mundo, hay que estar de parte del mundo’, pues el mundo es anterior a nosotros como individuos, y seguirá después de nuestra muerte.

Por eso, y siguiendo con Kafka: ‘el camino verdadero pasa por una cuerda, que no está extendida en alto, sino sobre el suelo, parece preparada más para hacer tropezar, que para que se siga su rumbo’.

Es decir, que lo terrestre puede hacernos caer.

El otro día vimos la obra de teatro ‘L’oreneta’ (la golondrina) de Guillem Clua, interpretada por Emma Vilarasau y Dafnis Balduz, que muestra una profesora de canto, que recibe en su casa a un hombre joven que quiere mejorar su técnica vocal para cantar en el memorial de su madre, muerta recientemente; pero la profesora pronto descubre que la canción elegida tiene un significado especial para los dos personajes, que van desgranando detalles de su pasado, marcado por un atentado terrorista de signo islamista que sufrió la ciudad de Orlando (Florida, EUA) el año anterior (12 de junio del 2016), contra el Bar Pulse,  frecuentado por clientes LGTBI.

En esta obra se muestra que apenas conocemos a los familiares más próximos, y tampoco nos conocemos a nosotros mismos, nuestras emociones, nuestros verdaderos intereses y móviles, pues nuestro ego ‘prefabricado’ nos sirve de coraza, de mecanismo de defensa.

Por eso no es fácil discernir, discriminar la ‘realidad’, ya que carecemos de la información completa que nos permita llegar a unas conclusiones objetivas y racionales; máxime, cuando nos movemos en un entorno plagado de falsas noticias (fake news) interesadas.

De este modo, nos es difícil poder valorar adecuadamente ciertas afirmaciones, que nos llegan segmentadas y descontextualizadas. Por ejemplo, en una entrevista, del pasado 10 de abril, a Dolors Feliu, presidenta de la ANC, el periodista Bernat Surroca (Naciódigital), le preguntó que ‘Clara Ponsatí dijo que no estaba dispuesta para ir a la prisión. ¿Cuál es su límite para conseguir la independencia?’.

Y Dolors Feliu contestó: ‘No tengo ganas de ir a la prisión, ni de ir al exilio, ni de morirme, evidentemente. Yo quiero hacer la independencia. Hay un punto de riesgo que se ha de pasar para hacer la independencia. Si te quedas a medias, que la haces, pero no la haces. Te quedas bajo la represión del estado, que todavía te domina. Es preciso romper este estadio y acceder a la independencia y mantenerla. No quedarte a medias e ir a la prisión. Hagamos la independencia parta así no estar sometidos a los tribunales españoles o al 155 (…) es preciso pensar que hay un momento que se ha de romper y mantenerlo’.

Pues bien, el titular de este artículo, que ha corrido por las redes sociales, es únicamente que: ‘Dolors Feliu: ¿Mi límite para hacer la independencia? No quiero ir a la prisión ni al exilio’.

(https://www.naciodigital.cat)

Objetivamente este titular es tendencioso, ya que lleva a un error y a desprestigiar a Dolors Feliu y a la ANC, pues Feliu dijo que tampoco quiere morirse, y eso sitúa las otras dos afirmaciones en el orden de las cosas indeseables, pero también ineludibles, pero reales. Además, critica el: ‘quedarte a medias e ir a la prisión’.

Sin embargo, las afirmaciones de Pere Aragonès, president de la Generalitat, arropado por su partido (ERC) sobre su propuesta de claridad, con una serie de fases, debidamente planificadas, me parece que son una huida hacia el más de lo mismo, el puro autonomismo.

Sobre el particular, en su momento, ya expliqué mi disconformidad con ese proyecto y con la idea de adoptar los mínimos impuestos por la UE para el referéndum de independencia de Montenegro (55% de participación y 55% de voto afirmativo), por ser totalmente antidemocrático.

Por eso, ahora me limito a reproducir la respuesta de Carles Puigdemont (twitter, 11 de abril), al respecto:

‘La propuesta de acuerdo de claridad fue rechazada por el Parlament. Es indiscutible que no tiene el consenso necesario.

Las propuestas de referéndum acordado con España han sido rechazadas cada vez que se han planteado. Ni disponiendo del poder para investir el presidente de gobierno español ha habido ninguna posibilidad que se acordase.

Se continúa impulsando lo que se ha rechazado y se continúa ignorando lo que se ha aprobado.

ERC no cuenta con la legitimidad suficiente para deshacer el camino colectivo y arrastrar a todo el resto a una deriva que posiblemente lleva beneficios personales y de partido, pero ninguno parta Catalunya.

(…) Soy crítico con la opacidad del gobierno de Pere Aragonès, y por el bien de la claridad sería preciso conocer el contenido de las conversaciones y acuerdos con el ejecutivo español.

Se continúan desoyendo todas las propuestas para explorar cómo continuamos el camino que decidimos emprender de forma legal y legítima, y se impone el camino partidista que no tiene ningún consenso, ni siquiera entre los independentistas’.

A mi modo de ver, queda suficientemente claro que ERC no tiene la legitimidad para seguir este camino, por más vestido populista que quiera conseguir: académico, asociativo, etc. Y, claro, este ejemplo es uno más de desinformación, ya que lo que realmente quiere ERC, es ir pasando los años y las elecciones, sin hacer un mínimo paso de confrontación con el reino español. Ya le va bien la ‘conllevancia’ orteguiana.

En ese mismo sentido, José Antich, director de el nacional.cat, en su editorial del pasado 11 de abril señala que la propuesta de Aragonès ‘es una propuesta con pies de barro’, pues recuerda que la propuesta de Estatut de Catalunya del 2005, aprobada por una mayoría absoluta de 120 de los 135 diputados del Parlament, fue rechazada por el tribunal constitucional en el 2010; también fue aprobada por mayoría del Parlament la pregunta y la fecha del referéndum planteada por Carles Puigdemont. Y, ahora, Pere Aragonès sólo tiene el apoyo de los 33 diputados de ERC.

Por eso, Antich acaba su editorial diciendo:

‘Supongo que es más fácil -más barato, seguro que sí- cambiar la fracasada mesa de diálogo por el acuerdo de claridad, que anunciar un nuevo paquete de inversiones importantes para paliar la sequía, que era lo que se esperaba a la vuelta de los días de descanso de Semana Santa. También anuncios sobre el imprescindible y urgente camino de reutilización del agua, impulsando la regeneración. Pero, de esto, sabemos poca cosa’.

Así, con esos pies de barro, fijándonos únicamente en la ‘realidad interesada’, sin mencionar ni hacer alusión al ideal que votamos y defendimos el 1 de octubre del 2017, es vergonzoso, y ratifica que ERC únicamente piensa en sus actuales poltronas, y con seguir más prebendas a corto y medio plazo. Es vergonzoso que ERC olvide que ya hicimos el referéndum y que lo ganamos. En su momento ya critiqué ese posicionamiento defendido por la ‘conversa’ Marta Rovira, secretaria general de ERC.

Pero a pesar de todo, ERC sigue con su mantra, erre que erre, considerando ‘enemigos’ a los que no con fían en su ‘capacidad de diálogo’ con el estado. Penoso.

En esa línea de ‘mil hombres’ de ERC, me parece un excelente ejemplo el siguiente caso, expuesto por Gala Gai, por lo que seguidamente reproduzco su escrito, dirigido al conseller de Educación, Josep González i Cambray (1972):

‘Querido Sr. Cambray:

Dimito. Cuando acabe de escribir este email presentándole mi dimisión, lo programaré para que lo reciba el día 11 de abril, justo cuando abra el ordenador de su despacho de Vía Augusta después de haber jugado su habitual partidito de tenis de los martes.

Espero que el deporte, los huevos de Pascua y las vacaciones, le hayan servido para descansar de la ‘tournée de vedette’ con plumas que se ha marcado este mes de marzo.

No sé usted, pero yo estoy ‘burned out’ y más avergonzada que el Clinton obligado a dimitir por el ‘affaire Lewinsky’.

Me sabe mal reconocer que mis servicios como dircom – directora de comunicación- que en las series llamamos ‘spin doctor’ -le han durado bien poco.

¿Usted recuerda porqué me contrató? Pronto hará un año, y su Departamento lanzó una campaña publicitaria sobre el retorno de los niños a las aulas en setiembre, que intentaba ser seria, pero que todos confundieron con una parodia. Era tan ridícula la imagen de aquellos adolescentes reencontrándose después del verano y tirándose la caña, que le llovieron millones de escarnios de los sindicatos, profesorado e, incluso del ‘Polònia’ (programa de humor de TV3). Desesperado, después de despedir a sus ‘spin doctors’ jóvenes, autores de la campaña, decidió contratarme a mí ‘in extremis’ con el firme propósito de, por un lado, reflotar su maltrecha imagen en las redes como consejero más quemado que una falla valenciana y, por otro, rehacer su pobre, mecánico y poco convincente discurso político.

Cuando vio mi currículum, quiso alquilarme a mi, Gala Gai, que soy la mejor, ‘no doubt’.

Ya mientras cursaba Ciencias políticas en la UAB, me deslumbraba con los personajes de Kaspers Juul de la serie Borgen y con Eli Gold de The Good Wife. Yo quería ser tan astuta y persuasiva como ellos, pero en versión femenina. Por eso marché a USA para cursar el Master en Media & Strategic Communication en la George Washington University de Columbia. Allí aprendí cómo ser una moderna ‘Maquiavelo’, es decir, una ‘spin doctor’ de políticos ambiciosos como usted. Me instruí en el arte de ser asesora de campaña, estratega de redes sociales, secretaria de prensa y elaboradora de mensajes para vender la imagen de los candidatos. Estudié también las técnicas necesarias para controlar los medios, como las filtraciones estratégicas (leaks), la congelación de los medios no afines (freeze), el goteo de noticias a los medios comprados (drips), la repetición del mismo mensaje político (vomiting), la elución de los temas comprometidos (pivoting), la explicación de la verdad, pero no toda la verdad, solo un poquito de la verdad que nos conviene, o la sobradamente conocida por usted, la estrategia del ‘kite-flying’ que nosotros llamamos dejar ir globos sonda y después, ya veremos…

Pero usted no sólo necesitaba ayuda en términos de imagen, si no, también, en la difícil cuestión del contenido de su discurso político, ampliamente criticado no sólo por sus rivales si no, también, desde dentro de su propio partido. Quién mejor que yo que había hecho mi trabajo de final de máster en Columbia analizando la elocuencia de los ‘speeches’ de los grandes políticos de la historia: Roosevelt, Churchill, Gandhi, Martin Luther King, los Kennedy, Ángela Davis, Obama … Usted se procuró mis servicios con el deseo explícito que le ayudase a parecerse a estos modernos cicerones y le acompañase en la producción de discursos de impacto. ¡Pobre de mí!

Por lo que hace a los discursos, nada a hacer. Por mucho que me he esforzado en enseñarle las técnicas de la retórica, explicándole cómo funcionan las anáforas, las metáforas, las interrogaciones retóricas, las antítesis, las hipérboles, las paradojas y la ironía, no me he salido y me doy por vencida. Continúa usted con sus mantras que no convencen a nadie: ‘es bueno para el alumnado’, ‘vamos a los hechos’, ‘nos lo hemos de decir’, ‘hemos de hacer que las cosas pasen’, ‘hemos de hacer acompañamiento’, ‘hemos hecho lo que nos comprometimos hacer’, ‘lo hemos de hacer sí o sí’, y ‘lo tenemos que hacer todo al mismo tiempo’ … Mire, ni el mismo Macron se atrevería a enfrentarse con los ‘chalecos amarillos’ con tanta imposición y tan poca persuasión.

Por lo que hace a la imagen pública, nada a hacer tampoco, por que sólo me pide que sature constantemente los medios con la sobreexposición de su trajeada figura, al estilo Harvey Specter en Suits. Para ponerle un ejemplo, en los 24 días laborables de este mes de marzo, he tenido que correr detrás suyo en una verdadera carrera al estilo de ‘ironman’ que sólo se explica si usted es hiperactivo o bien está en perpetua campaña electoral. Trabajar, lo que es estrictamente trabajar en educación, usted no es que lo practique mucho, pero, en el momento de pasear su estampa, haciendo anuncios y mítines de campaña a los municipios, instituciones o al mismo Parlament, es usted el rey del mambo. He visto, por ejemplo, que le gusta más poner las primeras piedras en los institutos que a Jordi Pujol inaugurando pabellones y teatros en los años del ‘peix al cove’ (pescado al cesto) convergentes. Y si no hay piedra, también, como en el caso de la presentación del nuevo Instituto de técnicas audiovisuales y del espectáculo de Barcelona. Es feliz con las promociones de las campañas impulsadas a mansalva por su Departamento: el Impulso digital a la educación, la USAV (Unidad de soporte de atención a las violencias, teléfono 900923098, el programa Faig (hago) para abordar retos climáticos, energéticos o de género, el instituto de tecnología de la información y la comunicación, el plan de investigación educativa, de pareja con su inseparable Quim Nadal, el plan de choque contra el abandono escolar prematuro, el acuerdo histórico de país entre el gobierno, patronales y sindicatos para la planificación de la formación profesional, el plan activémonos por el catalán, el programa de residencia inicial docente Sensei y un largo etc. Las comparecencias al Parlament de este mes de marzo le han hecho salivar de lo suyo, ya sea en forma de interpelación sobre el acoso, hecho sobre el cual sólo postula la necesidad de un ‘cambio de mirada’ (ecs), o aquella ocurrencia de promover la alfabetización artística y el bienestar emocional a través del arte.

Mientras tanto, le ha quedado tiempo para moverse por el territorio y remover la cola acompañado de niños, profesorado y autoridades (en Vic, Montcada i Reixac, Caldes de Montbui, l’Ametlla del Vallès…); y para inaugurar jornadas como la del @MschoolsMWC, el salón de la enseñanza o la 4ª edición del ’24 horas, 24 retos y 24 empresas’, sin olvidarse de hacerse cool selfies en la manifestación feminista del 8M.

Mire, conseller, yo sé perfectamente que el trabajo de una dircom es vender humo y hacer ver que quién más se mueve es quién más trabaja, que quien más presencia tiene en las redes y más habla es quien más incidencia tiene, ¿pero es preciso hacerlo con tanta frivolidad? Este último mes de marzo usted me ha dado demasiado trabajo absurdo, no solo a la hora de acompañarlo y organizar sus ‘public events’, si no también en la hora de dotar de contenido sus vacuos discursos y de inventarme ‘slogans’ para seducir a la audiencia: ‘Sembramos la semilla del futuro’, ‘súmate a la educación que suma’, ‘hacemos que las cosas pasen’, ‘activémonos por el catalán’ … Por no hablar de los ‘hashtags’ generados sobre la marcha:#NextGeneration, #SempreEndavant, #EtsFeminista (pero posiblemente no lo sabías), #8M, #24hinnovaciobcn, #PlaRecercaEducativa, #Mestresdelcatalà, y para colmo el #Sensei este, que todo el mundo me pregunta que si es japo o que coño es. Entiéndame Sr. Cambray, la que se ha quedado sin (sense i) respiración es una servidora, porque es muy difícil crear permanentemente toda esta cortina de humo para esconder la realidad de un sistema educativo que naufraga más que el Titanic y de un Departamento que navega sin rumbo y que no tiene voluntad real de invertir dinero para resolver los verdaderos problemas que tiene.

Como si esto no fuera un trabajo ingente, también me he de encargar de gestionarle las redes y soy la que me trago la animadversión que despierta su figura en el mundo virtual educativo. Cada vez que publico un nuevo tuit, que usted ni se mira, me llueven a mi un alud de críticas contundentes, parodias feroces e insultos pidiendo su cese inmediato. Hasta tiene un doble en la red, un tal @realcambray, que, por cierto, es más ocurrente que usted; y hay también unas que le dirigen cartas demoledoras que firman como ‘Les Tietes’ (las tiitas), aunque a mi me hace la sensación que son un influyente ‘lobby’ de presión muy bien informado, porque siempre le adivinan todos sus puntos débiles.

En conclusión, dada su absoluta falta de competencias como un buen político, le reitero que yo dimito, pues ni el Kasper Juul ni Eli Gold se habrían visto con ánimos de rehacer tanta mediocridad y tanta vacuidad. Y como que el panorama político catalán no parece encaminado a mejorar, ni con la ayuda de reputadas asesoras ‘like me’, yo, como buena ‘spin doctor’ que no se casa con nadie, he decidido picar más alto y dejarme contratar por quien corta el bacalao. En Madrid, donde se rueda el ‘House of cards’ de verdad, hay un partido que dicen que sí que suma con su ‘Sumar’ y que posiblemente pronto mandará con ‘glamour de izquierda caviar’. Usted sabe, conseller, que políticos y directores de campaña siempre hemos trabajado por dinero, pero como que le tengo un cierto cariño, prometo irlo siguiendo en Instagram y el Twitter para ver si su futura dircom se sale mejor que yo. ‘Don’t give up’, conseller, ¡#you can!

‘Best wishes,

Gala Gai.

(https://www.elnacional.cat/ca/opinio/sr-cambray-dircom-dimissionaria-les-tietes_1004565_102.html)

Efectivamente, la prepotencia de este conseller, Cambray, es una muestra del conjunto del gobierno de Pere Aragonès, y, todo este fuego de artificios que despliega este conseller, es propio, asimismo, de su presidente, que no hace más que plantear ocurrencias: mesa de diálogo, acuerdo de claridad, etc., ‘mucho ruido y pocas nueces’, recordando la obra de ese mismo título, escrita en 1600 por William Shakespeare (1564 – 1616) 

Siguiendo con Kafka: ‘En un tiempo no podía comprender por qué no recibía respuesta a mi pregunta, hoy no puedo comprender como pude estar engañado hasta el extremo de preguntar. Pero no es que me engañase, preguntaba solamente’.

Como dijo Sócrates (470 a. C. – 399 a. C.) ‘Sólo sé que no sé nada’, pero, como apostilla el filósofo Joan-Carles Mèlich (1961), el mundo existe por que hay claroscuros, sombras; en el mundo de las ideas no hay mundo, pues no hay sombras.

Volviendo al realismo y tocar con los pies la tierra, es verdad que ambos, las sombras y las ideas son necesarias …

Pero, desgraciadamente, nos movemos en las sombras de la incompetencia, de la mediocridad, de la burocracia, de la distancia, y todo ello tapado con la cortina de la prepotencia, y así nos va.

Por todo esto, necesitamos regenerar la capa política, desprendernos de la actual casta y caspa. Buscar jóvenes con ideas nuevas, democráticas, sinceras, que realmente escuchen a la población, y nos lleven a la independencia, pues, obviamente, ya han aparecido todos los corifeos del ‘dialogante’ Pedro Sánchez negando cualquier opción que pueda plantear Pere Aragonès.

Tanto Pedro Sánchez como Pere Aragonès siguen un mismo guion para perpetuarse apoyándose mutuamente. Pero, claro, el prepotente Sánchez abusa, ya que, al final, no cede ni un milímetro en nada, más bien al revés, nos quita lo que quiere, centralizando funciones, cuando le place. Y Aragonès, para no quedar mal ante su clientela menguante, nos vende la burra a su manera, insultando la inteligencia de todos los catalanes.

Esta forma de actuar de Aragonès / ERC, propia del complejo de inferioridad, la vimos ayer cuando Pere Aragonès, para finalizar su discurso patatero y vacuo sobre su propuesta de acuerdo de claridad, dijo: ‘si alguien cree que ésta no es la solución, que me proponga otra’.

Desoír el Parlament, y a los otros partidos independentistas, olvidarse del referéndum que realizamos ya en el 2017, ningunear olímpicamente la actividad de los exiliados, con Carles Puigdemont como principal activista, despreciar el Consell de la República, etc., y encima, salir con esa chuleada, salvando las distancias, es como las actuaciones de las personas que se ven atrapadas en un incendio, y deciden tirarse por la ventana, antes de morir quemadas. Eso lo vimos también en las torres del World Trade Center, el 11 de setiembre del 2001. Pero esa no es una solución. Instintivamente es comprensible, pero a los políticos actuales les pagamos para que sus escasas neuronas funcionen adecuadamente.

Pero no es así, Aragonès / ERC, una vez se han tirado del rascacielos, y antes de chocar contra el suelo, nos siguen diciendo: ‘de momento, todo va bien’.