Siguiendo en la línea argumental de mi escrito de ayer, vemos que, a veces, ‘pequeños’ conflictos acaban provocando grandes huracanes, como el aleteo de una mariposa, metáfora utilizada en el famoso ‘efecto mariposa’, de la teoría del caos, planteada por el matemático y meteorólogo Edward Norton Lorenz (1917 – 2008)
En este sentido, y siguiendo con el conflicto entre España y Catalunya, sabemos que importantes acciones acabaron mal y otras pasaron desapercibidas, sin el eco deseado; y así, teóricamente, se pueden estudiar y prever nuevas acciones y manifestaciones, que tienen muchos puntos para acabar igual que las anteriores.
Pero, un ‘pequeño’ conflicto, como es el ‘montado’ caso Negreira (por el contrato con José María Enrique Negreira, entre 2001 y 2018, ex árbitro de fútbol y en esa época, vicepresidente del comité técnico de árbitros), vemos que está convirtiéndose en todo un huracán político y mediático.
En ese sentido, y a modo de ejemplo, sólo hace falta ver lo rápido que se apuntó la fiscalía a personarse en la causa, mientras que el ministro de ‘cultura’, el ‘amorfo’ Miquel Iceta y el gobierno, dieron cobertura y respaldo a la investigación y, seguidamente, todos los partidos unionistas aprovechan la ocasión, que creen dorada, por estar en precampaña electoral.
Y, como ejemplo de intervención propia de un buitre carroñero, hoy hemos visto las manifestaciones de Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la comunidad de Madrid, comentando el infumable vídeo del F. C. Real Madrid, como respuesta a la expresión de Joan Laporta (presidente del F. C. Barcelona) afirmando que ‘el Madrid ha sido históricamente el equipo del régimen’ pues Ayuso, entre otras cosas, ha dicho:
‘Me parece no sólo un video fantástico, sino que creo que el equipo de comunicación y documentación del Real Madrid debería seguir trabajando ahora que está tan de moda la Memoria Histórica’ (…) ‘Esto es una metáfora de todo lo que ocurre con el nacionalismo, donde primero se monta un negociado, les pillan, se hacen las víctimas, les vuelven a pillar, entonces tiran del ‘Francomodín’ y cuando la hemeroteca les recuerda cómo son las cosas, salen algunos ciudadanos negando la mayor. El nacionalismo ha conseguido, como ocurre en muchas partes de España, que el odio fabricado sea más fuerte que la razón’.
Por todo eso, me parece muy afortunada la editorial de ayer del maestro Vicent Partal, director de Vilaweb, señalando que:
‘(…) no conciben España – y no sólo en el fútbol – sino como un espacio de obediencia a Madrid, y es por eso que reaccionan cuando alguien no les hace la pelota o les hace sombra (…) Ellos consideran que el Real Madrid es la corporación inmaculada de España, mientras que el F. C. Barcelona es la concreción de la anti-España (…) No es cuestión de qué hacemos, es una cuestión de qué somos.
En España la mentira respecto a Catalunya, la manipulación del pasado y el establecimiento de relatos inauditos como reacción a cualquier cosa, es norma. (…) Nunca habrá paz con ellos’.
(Vilaweb, 18 de abril del 2022)
En ese mismo sentido, el president legítimo en el exilio, Carles Puigdemont, en su twitter indicó ayer:
‘Lo que Madrid está haciendo con el Barça, tanto la persecución como el esfuerzo por imponer un relato oficial en el que los opresores son víctimas del oprimido, es lo mismo que llevan haciendo desde hace décadas con Catalunya.
(…) por eso no es casualidad que n u medio que tiene su sede en un edificio de la conferencia episcopal, la de los obispos que bendijeron la cruzada fascista, relaciones una cosa y otra’.
Nada nuevo, ya sabemos que el estado español, vía su judicial brazo-armado, tradicionalmente confunde las víctimas (los independentistas catalanes) con los verdugos, (los nacionalistas españoles y muy españoles, como dijo Mariano Rajoy).
Por eso, y siguiendo con el tema que nos ocupa, no escapa a nadie que el palco del Bernabeu (del Madrid) siempre ha estado concurrido por ministros, jefes de gobierno, el rey, así como por los presidentes de todas las empresas del Ibex 35. Ayer mismo, vimos cómo el ‘demérito’ (que no emérito) Juan Carlos I, se desplazó al Reino Unido para ver el partido entre el Chelsea y el Real Madrid. Mientras que, al palco del Barcelona, ni José Luis Rodríguez Zapatero (el ‘bambi’, como le denominó Alfonso Guerra), declarado barcelonista, nunca se atrevió a venir a ver un partido siendo presidente del gobierno, por temor a ser criticado y perder votos.
En este mundo al revés en el que nos encontramos, el de la victima de la violación es acusada de mentir, y el violador es declarado / considerado como víctima, me parece que queda muy bien reflejado en los siguientes microrrelatos:
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges (1899 – 1986) popularizó un texto de Chuang Tzu (300 a. C.), al incluirlo en su ’Libro de los sueños’ (1976). Ese texto de Chuang Tzu, es el siguiente:
‘Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu’
Volviendo a Augusto Monterroso (1921 – 2003), citado ayer, y haciendo una clara referencia al libro ‘La Transformación’ (1912) conocido como ‘La Metamórfosis’, de Franz Kafka (1883 – 1924), escribió el siguiente microrrelato, incluido en su obra ‘La Oveja Negra y demás fábulas’ (1985):
‘Érase una vez una Cucaracha llamada Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha llamada Franz Kafka que soñaba que era un escritor que escribía acerca de un empleado llamado Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha’.
Monterroso tomó el mismo personaje de la citada obra de Kafka, el comerciante de telas Gregor Samsa, para rizar el rizo en su microrrelato, como hemos visto; si bien, Kafka en ningún momento habló de cucaracha, lo llamó como un monstruo.
Y es penoso ver que los catalanes dependentistas (unionistas), más que usar la razón y el conocimiento, se mueven y se dejan llevar por sus vísceras, por sus instintos.
Pero más penoso es, todavía, ver que muchos independentistas catalanes, aún siendo conscientes de las malas artes del estado español, se acomodan con fines personales y partidistas. Y a estos ‘acomodaticios’ no se les caen los anillos al sacrificar a Carles Puigdemont, y a los que seguimos fieles al mandato del referéndum del 2017. Por eso, no les preocupa ir cargándose a quién les molesta, como pasa con las ovejas negras del siguiente microrrelato de Monterroso, en la citada obra ‘La Oveja Negra y demás fábulas’:
‘En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada. Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque. Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura’.
Ahora, a ERC y a la CUP, sólo les interesa ejercitarse en la escultura de sus actuales poltronas y en las futuras que puedan conseguir, está claro; y para tal fin, eliminarán y ridiculizarán a todo el que les moleste o critique.
Los independentistas de base, que seguimos movilizados, a pesar de todo, estamos convencidos que deberíamos seguir con el punto que quedó el 2017, implementando la República Catalana, aunque para ello es preciso, como he señalado en repetidas ocasiones, aparcar a toda la actual casta y caspa política que nos quiere anestesiados en el sofá de casa. Por eso confiamos que aparezcan nuevos personajes que no tengan miedo, que confíen, pues segundas partes nunca son iguales. Así lo explica Monterroso en la siguiente fábula:
‘El rayo que cayó dos veces en el mismo sitio
Hubo una vez un rayo que cayó dos veces en el mismo sitio; pero encontró que ya la primera había hecho suficiente daño, que ya no era necesario, y se deprimió mucho’.
Y eso es lo que le pasaría al corrupto estado español, pues ante un nuevo embate catalán, con nuevas élites y con las bases experimentadas, la aplicación del 155 les sería menos útil, pues no encontraría la sumisión que encontró en 2017.
Desde ese 2017, y hasta ahora, nos encontramos con políticos y funcionarios que actúan como la rana de la siguiente fábula de Monterroso (que ya será la última que reproduzco):
‘Había una vez una rana que quería ser una rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad.
Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía pollo’.
Y así funciona ERC, queriendo aparentar un espíritu dialogante, domesticado, ‘conllevante’ (orteguianamente) con el estado español, pero, al final, le pasará como a la citada rana, que, a pesar de sacrificarse por no quedar mal (montando, por ejemplo, comisiones de expertos mayoritariamente ni especialistas ni independentistas, para vestir su proceso circular sobre el proyecto de claridad), acabarán menospreciándolo, por no ser pollo.
El corrupto reino español nunca, y nunca es nunca, aceptará un diálogo entre iguales, y menos un referéndum de autodeterminación, pues saben perfectamente que Catalunya es un País, como lo es su actual España, pero, ésta, sin Catalunya, no sería nada, sería un estado en quiebra y de lo más irrelevante en la UE.
Para finalizar, me parece muy oportuno volver a la citada declaración de Isabel Díaz Ayuso, pues entre todas las sandeces que ha dicho, como siempre, hay una expresión que me parece digna para ser considerada, por sí sola, el mejor microrrelato de la galaxia; en concreto, me refiero a la expresión:
‘Francomodín’
Juntar el apellido de Franco con la palabra comodín, me parece genial, por venir del PP, con su ADN franquista. Así que Ernest Hemingway, que cité en mi escrito de ayer con su microrrelato: ‘Se venden: zapatos de bebé, sin usar’, seguramente rompería la servilleta de papel en la que lo escribió, y pagaría los 10 dólares a Isabel Díaz Ayuso.