Desde la transición armada, la peor mentira que nos han infundido se refleja en las frases: ‘la constitución que nos dimos entre todos’, ‘la democracia que nos dimos entre todos’, etc.
Y así tenemos un sistema que no sirve a la mayoría, únicamente sirve a una élite, que usa a las personas y las tira; y nos tiene tan anestesiados que no podemos salir del sistema.
Pero no lo olvidemos, nuestro peor enemigo no son los otros, ni somos nosotros mismos, es el sujeto que los otros esperan que seamos, ese que no existe; así nos tienen alienados.
Este sistema que se basa en la ansiedad anticipatoria, es decir, al miedo por las cosas que puedan suceder en cualquier momento o lugar. Por eso, es común el refrán ‘para qué hacer las cosas fáciles si las puedes hacer difíciles’
En esa línea, vemos que las próximas elecciones municipales en Barcelona, presentan esa complejidad que nos conduce a la confusión buscada por el propio sistema, así, las élites de los respectivos partidos nos tratan infantilmente, ya que no nos consideran adultos; y lo aceptamos, pues pretendemos el confort de no pensar, y así se cierra el nefasto círculo, cumpliéndose la profecía, la profecía autocumplida por los dirigentes políticos.
Y eso es penoso, pero, desgraciadamente, real, como veremos en el extracto del siguiente artículo:
‘Santiago Carrillo en Barcelona
Si Oriol Junqueras hubiese querido conquistar el Ayuntamiento de Barcelona, ya hace tiempo que se habría quitado de encima a Ernest Maragall. Hace cuatro años, Barcelona era el epicentro de la lucha partidista por la hegemonía dentro del régimen de Vichy. Ahora es un lugar clave para la política del olvido y la pacificación. Igual que en su momento Jordi Pujol, Junqueras necesita ceder a Madrid el control simbólico de la capital. Además, no puede ganar por 6 a 0 a la vieja Convergència, le conviene que los partidos de CiU se rehagan un poco sin acabar de sacar demasiado la cabeza.
Hace el efecto, entonces, que Ada Colau volverá a gobernar Barcelona porque representa el único espacio que puede defender abiertamente sus intereses sin poner en crisis la España del 155.
La situación en Catalunya es tan poco democrática que no tan sólo ERC, que ha encarnado la rendición de la manera más cruda posible, se puede permitir el lujo de ganar demasiado. Un exceso de rendición acabaría de alienar el poste del pajar del país, de sus instituciones y situaría al PSC demasiado cerca de la ultraderecha.
Además, Barcelona ha de dar trabajo a los independentistas de los partidos de CiU para ligarlos a la agenda de Madrid.
Xavier Trias no tiene posibilidades de ser alcalde, es un instrumento de distensión que será eliminado una vez haya hecho el trabajo de salvar algunas apariencias y, sobre todo, unos cuantos contratos.
(…) España necesita catalanes con fuertes raíces en el país, que vivan bien de las instituciones y la bandera, y más ahora que la idea de la independencia está tan viva.
Por eso, la única manera que tiene el sistema de conectar Barcelona con Madrid sin que se note el 155, es aprovechar las afinidades entre Colau y Yolanda Díaz.
Las imposturas de Colau ya no creo que enreden a nadie, pero estoy seguro que ayudan a disimular a mucha gente. Con Colau para un poco lo mismo que pasa con Díaz en Madrid. Todos saben que es una farsante, pero la mayoría de la gente está demasiado cansada o tiene demasiado miedo para poder defender una alternativa seria a su farsa. Colau y Díaz vienen a ser el Santiago Carrillo de la nueva transición, la figura que sirve para legitimar el oprobio en nombre de la concordia.
Junqueras lo sabe, y Pablo Iglesias y los vascos también lo saben, y se mueven el en bajo bosque. En el fondo, todos esperan la ocasión de subir el precio de su silencio, porque no venimos de 40 años de dictadura.
(…) La victoria de Maragall, entonces, es peligrosa, porque dejaría todo el espacio convergente en manos de la abstención independentista, y pondría sobre ERC toda la presión de aguantar la autonomía.
La victoria de Trias también es peligrosa porque lidera una alianza de desesperados, y si los convergentes vuelven a paladear el poder, son capaces de todo para desbancar a ERC, incluso de volv er e arrancar el ‘procés’ con todas sus mentiras.
Por lo que a la posibilidad que Colboni sea alcalde, un gobierno del PSC no sería ninguna ganga ya que un exceso de socialismo encabritaría el PP y Vox en el resto de España.
(…) Colau es el último bastión del régimen del 78 y del resto de la democracia ‘que nos dimos entre todos’, y hasta no hace demasiado, era abiertamente antimonárquica.
España está al borde de una crisis existencial de primer orden, y Barcelona es la pastillita que necesita para no perder los nervios. Sólo hace falta ver el optimismo de Prozac que se respira en La Vanguardia o de seguir la creciente esquizofrenia literaria de Salvador Sostres: en su web catalana parece un. señor triste y en el ABC escribe como un milhombres’.
(Enric Vila, elnacional.cat, 25 de abril del 2023)
Este escrito me parece que refleja perfectamente el galimatías en el que estamos, en el que nos han metido los dirigentes políticos. Pues lo que quieren conseguir es la desmotivación, la desmovilización, en definitiva ‘la pacificación’ de la sociedad catalana, como le llama el pinocho y narcisista Pedro Sánchez.
Por eso, el citado artículo me parece una buena fotografía, de la que yo discrepo en algunos puntos y afirmaciones, pero, en general, me parece que es un análisis muy válido que debería hacernos reflexionar y actuar en consecuencia.
Esta reflexión nos debería llevar a aplicar el siguiente refrán: ‘No hagas el bien al malo, más le aprovechará un palo’. Sólo así seremos realmente adultos.
Pero nos movemos en un terreno de tierras movedizas, como en la siguiente fábula de Esopo (s. VII a.C.), en la que se muestra que todos buscamos nuestro beneficio a costa de los otros; y los políticos, son unos maestros en esas malas artes, ya que su principal aliciente es figurar, tener sus 5’ de gloria en los telediarios, y así nos va:
‘El asno y la zorra
Un asno y una zorra decidieron salir juntos de caza con la promesa de protegerse el uno al otro ante posibles enemigos. En su marcha, se encontraron con un león agotado y hambriento, que de inmediato se felicitó por su buena fortuna ante aquellas apetitosas presas que la providencia había puesto ante él.
La zorra, ante el temor de ser devorada, se acercó al león y le dijo al oído: si no me haces daño, te ayudaré a capturar al asno sin esfuerzo.
Cerrado el trato, la zorra se dirigió al asno y le propuso ocultarse en un foso, ya que de este modo permanecería oculto a los ojos del león y estaría seguro.
El asno, confiado en la palabra de su amiga, se escondió en el foso, quedando así atrapado a la merced del león.
Cuando el león se aseguró de que el asno ya no podía escapar, clavó sus garras en la zorra por ladina y traicionera.
¿Pero qué haces?, gritó la zorra, ¿no éramos amigos?
Pero el león gritó: traición bajo amistad es doble maldad. Ahora tienes lo que mereces.