En la actualidad tan acelerada, con tanta ‘desinformación’, en realidad no dejamos de ser unos meros peleles acríticos, unas marionetas, unos polichinelas, teledirigidos y manipulados interesadamente por los que ostentan el pode del estado profundo español.
Así, no nos extraña lo más mínimo, cualquier noticia o cualquier tergiversación maliciosa.
Por eso, no nos diferenciamos casi en nada de la siguiente fábula:
‘El baño del criado negro
A un señor rico le llevaron un esclavo negro para que trabajara en sus propiedades. Como el propietario no había visto un hombre negro, decidió que lo bañasen y restregasen durante horas, hasta que quedase bien blanco. El resulta fue que el criado cogió una neumonía’
(https://www.elespectador.com)
Somos como el negro que los unionistas quieren despellejar.
Todos queremos reconducir y reinterpretar las opiniones contrarias, cueste lo que cueste, incluso si comporta manipular la realidad.
Así, vemos, por ejemplo, que los medios de comunicación unionistas intentan tapar las novedades sobre Corinna Larsen, la examante de Juan Carlos I, que ahora ha difundido que tiene 8 cajas con documentos de estado y fotos personales comprometidas, como se explica en la nueva serie efectuada por dicha señora (‘Juan Carlos: la caída del rey’, SkyShowrime); así, eludiendo esa noticia, evitan replantearse el papel del centro nacional de ‘inteligencia’ y de su nefasto y manipulador exdirector Félix Sanz-Roldan, y de los gobiernos pertinentes.
Y en eso tienen una función especial los serviles leguleyos del sistema judicial, en definitiva, los que usurpan el poder y, claro, no quieren perderlo.
Sobre el particular me parece muy didáctica la siguiente fábula:
‘Los canarios y los buitres
Los canarios vivían en la isla construyendo sus nidos en las montañas primero y luego en las costas. Desde muy antiguo convivían con distintas aves de diferentes territorios y países. Entre los lugares elegidos estaban unos parajes desérticos muy bonitos, todos llenos de arena dorada donde algunos vivían siempre y otros venían a descansar un tiempo y lograban un ecosistema social muy armonioso gracias a su trato y hospitalidad.
El problema llegó cuando el pequeño grupo de águilas reales que se enseñoreaban sobre amplios territorios, comenzaron a recibir y asociarse con los buitres. Los buitres pusieron enseguida sus ojos en la gran extensión de dunas, el azul del mar y el siempre resplandeciente sol que hacía brillar los granitos de jable como si de oro se tratara. En esta tarea contaron con el apoyo de los grajos, unos pájaros al principio poco conocidos en la isla, que sólo se ocupaban de las normas por las que se debía regir el mundo de las aves.
Elaboraron, así, complejas leyes, decretos y planes que parecían solo entendibles para loros y papagayos leguleyos que las repelían continuamente, sin recitar la letra pequeña, hasta que todas las aves las aceptaron como la única e incontestable verdad junto con sermones moralizantes.
Los buitres no producían nada, sino que iban apoderándose de los nidos ya construidos con gran amor y trabajo por los canarios y otras aves de variado canto y plumaje, pero igualmente laboriosas y de trato amable y exquisito. Se fueron apoderando de diferentes modos y maneras de los cálidos nidos, alegando que muchos de ellos estaban un poco abandonados y así construían otros más sofisticados y modernos hechos en series complejas a la manera de grandes colmenas y estarían disponibles para traer aves de todo el mundo por temporadas.
Estos buitres que pretendían manejar el mundo en su provecho, habían oído decir que los canarios eran unos pájaros muy bonitos que cantaban emitiendo armoniosos sonidos, pero también muy tranquilos, sosegados e indolentes, características que algunos atribuían al clima tan cálido y suave, hasta el punto que no representarían un estorbo para las pretensiones de los buitres de acumular nidos y ecosistemas ya establecidos para reconvertirlos luego, a su antojo, para sus pretensiones avariciosas y carnívoras.
(https://desdeelasio.wordpress.com)
Y precisamente, el reino borbónico, como esos buitres y águilas, han conseguido, durante más de tres siglos, que nosotros, los canarios catalanes, aceptemos sus nuevas normas y leyes. Y, muchos consideramos que ya ha llegado el momento de poner fin a ese dominio despótico, extractivo y aniquilador.
Pero, esas águilas y buitres, ayudados por canarios botiflers, mediante sus leyes, constituciones, lawfare y su deep state, nos siguen imponiendo su versión ‘oficial’, (guerra civilista, cuando, como comentó Vicent Partal en su editorial reproducida parcialmente ayer, en realidad era una guerra de sublevación)
Así, actúan como en la siguiente fábula:
‘El zorro y el gallinero
Estábamos en el mercado, cuando un vecino, don Toti, llegó quejándose de que había sido víctima de un abuso. Siendo alguien conocido, todos pusimos atención a su alharaca, para ver si entendíamos de qué se quejaba.
Con poco aire para hablar, pero sin dejar de gesticular con manos y brazos, alcanzó a decir con lo que le quedaba en los pulmones, y con tono apesadumbrado:
¡Un zorro se ha metido en mi gallinero y se ha comido a todas mis gallinas!
¡Epa, don Toti, no se preocupe, que aquí, en ‘Tierras partidas’ todo se resuelve! ¿Tiene la foto del zorro comiéndose a sus gallinas?, dijo uno de los vecinos de mayor experiencia, ‘con esta prueba sumaria va preso el zorro’, concluyó.
‘Pero no tengo foto’, dijo Toti confundido. ‘No obstante, el zorro quedó atrapado dentro de mi gallinero. Entró flaco, y luego de comerse mis gallinas, estaba tan gordo, que no pudo salir. Aún está ahí’ – dijo con tono certero Toti. ¿qué más prueba necesitan?
‘Aguanta, Toti, las vainas no son así. Para eso tenemos leyes’, argumentó otro de los que se había acercado al grupo de la conmoción. ‘Yo soy abogado, Toti, y las leyes funcionan acá de otra manera. Tienes que presentar una querella formal, en la que acredites pruebas con tundentes que demuestren que el señor Zorro, a quién ahora represento, presuntamente cometió los delitos que le imputas ahora’.
‘¿Tienes que estar jodiéndome, Ballesteros? Te acabo de decir que anoche estaba todas mis gallinas allí, y ningún zorro. Y ahora no hay gallinas y hay un zorro, tan gordo, que no ha podido salir por dónde entró’
‘Esto no es personal!, Toti, lo siento. Pero es que las leyes son las leyes, y así son las vainas. Es más, te advierto que si no presentas pruebas del delito del cual acusas a mi cliente, te vamos a demandar por difamación, pues la imagen y el prestigio del Señor Zorro se han visto mancillados por tus declaraciones’
(https://www.laestrella.com.pa)
Los independentistas catalanes hemos visto casos ajustados a esa fábula, compañeros que han denunciado a policías, por haber sido agredidos el 1 de Octubre del 2017, y a mossos d’esquadra (policía autonómica), por actuaciones posteriores, y el resultado se giró, y acabaron imputados. Las leyes del dominador, interpretadas por su lawfare, permiten interpretaciones ‘sui generis’, a su gusto y medida; y así, como el propietario del gallinero, nos vemos indefensos, y con todos los puntos para perder cualquier querella.
Por todo eso, es incomprensible, amoral y falto de toda ética, que los partidos ‘antes llamados independentistas’, prefieran dividirse y pelearse entre ellos, olvidando que nuestro enemigo es el estado español, que nos quiere bien blanquitos, a su imagen y semejanza, y, a tal fin, no dejan de restregarnos su esponja de púas de hierro, para arrancarnos cualquier vestigio de nuestra piel, de nuestro ser.
Así, el triunfo del corrupto estado español está garantizado durante décadas.
Por eso, ‘nuestros‘ políticos, salvo honrosas y atípicas excepciones, no se merecen ni el menor respeto, ni nuestro voto.