‘La mantícora es una criatura mitológica, un tipo de quimera con cabeza humana, el cuerpo de un león, y la cola de un dragón o escorpión, capaz de disparar espinas venenosas para incapacitar o matar a sus presas (…) presente en la mitología persa, india, griega, romana, etc. (…) En la Edad Media se convirtió en el símbolo de la tiranía, la opresión, la envidia y, finalmente, la encarnación del mal.’
(Wikipedia)
En la novela de Albert Sánchez Piñol ‘Pregària a Prosèrpina’ (edit. La Campana, Barcelona, marzo del 2023), Marc Tulio Cicerón (106 a.C. – asesinado 43 a.C.) envió a su hijo, del mismo nombre (65 a.C. – 27 a.C.), a la región romana de África, para comprobar los rumores, bastante fundados, de la aparición de una mantícora, pues:
‘la mantícora tiene una característica peculiar: sólo aparece cuando un gran imperio está a punto de caer. Homero menciona la mantícora pocos días antes de la destrucción de Troya. Los persas, por su parte, supieron que el final de su imperio era inevitable porque vieron una mantícora rondando la tienda de Darío la noche antes de la batalla de Gaugamela contra Alejandro. Incluso Cartago, el gran enemigo afirmaban haber visto aquel animal monstruoso paseándose delante de los muros de la ciudad pocos días antes del asalto final, una visión que desmoralizó profundamente a los defensores.’
(págs..27 y 28)
En una primera instancia, me parece apropiado asimilar la mantícora mitológica, con Vox, el partido de extrema derecha española, que, de forma paulatina, pero sin pausa, va ampliando su dominio en muchos municipios y comunidades autonómicas.
Y la aparición de esa mantícora actual en España, no es un caso insólito, pues vemos que, en muchos países europeos, así como en los EUA, la ultraderecha ha ido ganando terreno.
Y, como en la mitología, eso anuncia el final de la cultura occidental, pues sus principales valores (igualdad, libertad, respeto a las minorías, etc.) están en verdadero peligro, ya que esa extrema derecha comporta un fenómeno ambivalente. Por un lado, se la critica, pero, por otro, ejerce de polo de atracción (de agujero negro) y, de ese modo, los programas de los partidos de derechas y socialdemócratas, se van decantando hacia la extrema derecha, para ‘no perder votos’ (vaya insensatez, y vaya insulto a la inteligencia de la ciudadanía que sigue confiando en esos valores; si bien, de forma mayoritaria, como saben los citados partidos, se ha decantado, ya, hacia la mano dura y la intransigencia respecto a los otros, a los diferentes, en la raza, religión, creencias, ideales, de género, etc.)
Así, ayer (19) vimos que una estadística efectuada por El Español, mostraba que el 75% de los ciudadanos españoles, aprobaban los acuerdos entre los tres partidos para conseguir la alcaldía de Barcelona para Jaume Collboni (PSC/PSOE)
Realmente, la mantícora está produciendo sus efectos, como vemos, pues la moral y la ética están desapareciendo, quedando como vestigios anacrónicos. Ahora lo que vale es el poder por el poder, que:
‘no deja de ‘ser una forma degenerada del ejercicio de cualquier forma de poder, que puede tener por sujeto tanto a quien lo ejerce con mayúsculas, que es el poder político, como a quién lo hace en una microesfera, como puede ser el interior de una familia o en un ambiente laboral. Si el fin de la política (y no del hombre maquiavélico) fuera realmente el poder por el poder, la política no serviría para nada’
(Norberto Bobbio, 1909 – 2004)
Siempre hay notables excepciones, pero, por su excepcionalidad, no abundan, si bien, hay que recordar que:
‘Solón (630 a.C. -550 a.C.) se alejó durante diez años de Atenas para no asumir el puesto de tirano, como esperaban de él sus conciudadanos. A esta tradición irénica y antimperativa pertenecen apóstoles de la paz como Tolstoi, Gandhi o Simone Vell, que eligió el sufrimiento voluntario como norma de conducta. Éstos y otros muchos ejemplos parecen demostrar que el afán del poder es más un producto ideológico, sociológico e histórico que un rasgo innato de la naturaleza humana’
(Heleno Saña, ‘Tratado del hombre’, Almuzara, Córdoba, 2010; Ulrich Richter, eluniversal.com, 2020)
Y para desgracia de la ciudadanía, vemos que esa forma degenerada de política, basada en el poder por el poder, ha acabado por dominar todas las áreas, todos los ámbitos sociales, desde las macro esferas, como los gobiernos, hasta las micro esferas, como puede ser nuestro colectivo de la Meridiana, pues, el otro día, leyendo un libro de Jordi Magrià (Bicman), vi que el artículo dedicado a nuestro colectivo estaba redactado por una conocida en las redes sociales, que apenas ha venido unos días, y que muestra un conocimiento superficial, parcial, dando ciertos protagonismos de forma muy parcial e interesada, que la mayoría no compartimos.
Àngels Martínez Castells, en un artículo titulado ‘putinear, manosear y ensuciar la política en el Saló de Cent’ (elnacional.cat, 19 de junio) tras explicar las malas artes ejercidas el sábado, en la sesión de investidura del nuevo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, contrapuso la imagen de Lluc Salellas, el nuevo alcalde de Girona, que ‘es bastante listo para entender el valor de los símbolos: y cogió la vara de alcalde antes que se la diera el representante de Vox como regidor de más edad’.
Pero esos pequeños símbolos, si acaban en ellos mismos, de forma puntual, son improductivos, pues nos enfrentamos a un estado, el español, que está en perpetua guerra contra Catalunya, desde 1714; pero, desgraciadamente, como dicen algunos analistas, este sábado el reino español volvió a jugar fuerte, pues ellos creen más en nuestras posibilidades, que nosotros mismos.
Así, el discurso imperante del estado, sigue siendo rancio y casposo, como hemos visto hoy, que el indigno e impresentable Pedro Sánchez, ha vilipendiado y acusado a su ‘todavía ministra de igualdad’, Irene Montero, por ‘incomodar a los hombres de más de 40 años, por hacer un discurso feminista de confrontación y no de integración’, así, Pedro Sánchez se ha distanciado de la ley ‘sólo sí es si’, diciendo: ‘hay una impresión, sobre todo entre los ciudadanos hombres entre 40 y 50 años, que ha visto que en algunas ocasiones algunos discursos han sido incómodos hacia ellos, y creo que eso es un error. Concibo el feminismo como un movimiento social integrador que interpela no sólo al 51% de la población, femenina, si no a buena parte de la masculina. La apelación al feminismo integrador es la tarea pendiente de la España progresista de los próximos años. Hemos retrocedido en esto. Tengo amigos que se han sentido incómodos con algunos discursos que se han planteado más de confrontación que no de integración’.
Así, Pedro Sánchez se ha alineado con sus ministras Nadia Calviño y Teresa Ribera que, en una entrevista en El Español, criticaban a Montero por ‘haber abierto debates que han polarizado sobre cuestiones en los que ya había consenso social’
Y, en este debate, es impresentable y vergonzante la incomparecencia de Yolanda Díaz (Sumar), que antepone no molestar ni indisponerse con su jefe Pedro Sánchez, y por eso, prefiere ponerse de perfil, pero todos sabemos que ‘el que calla otorga’.
Todo es vergonzoso, y que Pedro Sánchez se mueva por la incomodidad que le han mostrado algunos amigotes suyos de 40 a 50 años (muy machos), que se sienten incómodos, y prefiera corregir a su ‘todavía ministra’; pero se haga el loco respecto al conflicto catalán, y se hace el ciego, pues nos ve a todos ya pacificados, domesticados, asimilados.
Siguiendo con la mencionada novela de Sánchez Piñol, el hijo de Cicerón no vio a la Mantícora, pero sí que vio una cosa peor, a más de centenares de monstruos tectónicos, que querían salir del subsuelo para conquistar el mundo; el autor muestra que ‘la gente no cambia si no está obligada a hacerlo’, así, ‘cuando la sociedad de la época (siglo I a.C.) se encuentran ante el dilema, por que ven que la invasión es real y que cuando estos Tectones empiezan a devorar ciudades y a avanzar hacia Italia, alguna cosa tienen que hacer (…) las mentes más lucidas saben que tienen que cambiar, pero eso va en contra de la esencia de la civilización romana. Además, no es posible el diálogo con ellos, porque vienen a lo que vienen, con una moral totalmente diferente, sin ataduras de ningún tipo’
Sánchez Piñol presenta, de ese modo, un ‘dilema perfecto’ la capacidad de resistencia al cambio, pese a las consecuencias que puede tener, o se resiste a avanzar, sabiendo que evolucionar es ineludible’.
Un ejemplo claro lo tenemos con el cambio climático, pues todos sabemos los problemas que comporta, pero, aún así, por nuestro individualismo y egocentrismo, preferimos no actuar. Otro ejemplo lo tenemos con el ‘proceso’ catalán, pues si bien muchos siguen deseando la independencia, ‘ahora’ se han desmotivado y bajado los brazos, confiando que ya llegará otro momento propicio, otro ‘idus de marzo’, o de cualquier otro mes, de cualquier otro siglo.
Una compañera de la manifestación de la Meridiana, esta mañana me ha pasado la referencia al escrito de Gaziel, (Agustí Calvet i Pascual, 1887-1964) ‘Meditaciones en el desierto’, unas notas escritas en plena República, redactadas a petición del president Lluís Companys i Jover (1882 – ejecutado en 1940), poco antes de la catástrofe.
Seguidamente reproduzco algunos de sus pensamientos:
‘España castellana y República democrática son cosas radicalmente incompatibles’
‘Lo son exactamente igual que Monarquía absoluta y Catalunya libre’
‘Y, así como Catalunya fue oprimida mientras hubo monarquía, también la España castellana no parará hasta hacer caer la República democrática’.
‘La República es la ‘enredada’ más grande que los catalanes hemos hecho, en una especie de venganza no voluntaria, a la España castellana’.
‘Mientras dure la República, Castilla y la España castellanizada no harán nada de bueno. La discordia interna y la ansiedad mes insoportable, se los comerán.
‘Y aquí viene el problema: la España castellana tiene, por lo tanto, un interés vital que esto se acabe cuanto antes, pero el interés de Catalunya es que no se acabe nunca’.
‘Catalunya es pequeña y débil delante de la España castellanizada. Por eso hemos tardado siglos para poder cambiar las cosas y alzarnos de nuestro abatimiento. Castilla y la España castellanizada, enfrente de Catalunya, son muy fuertes y grandes. En poco tiempo tendrán suficiente para deshacerse del actual régimen catastrófico para ellos, que nosotros les hemos colado’.
‘Los dos factores esenciales para Catalunya son, entonces, estos: fortalecerse como pueda y fortalecerse rápido.
Si Catalunya no se hace fuerte, está perdida: cuando se fortalezca Castilla -y ya lo va haciendo cada día’, Catalunya será pisada, fatalmente.
Si Catalunya se fortalece, pero va demasiado poco a poco, hará tarde: el régimen actual, favorable a su restablecimiento, se desmoronará antes que ella esté bien rehecha -suficientemente rehecha para inspirar temor a quién quiera tocarla’.
‘En todo el mundo, la unión hace la fuerza. En Catalunya la unión sagrada es la única fuerza posible.
Sólo con la unión de todos los catalanes, el fortalecimiento de Catalunya será suficientemente robusto y rápido para poder plantar cara a las contingencias adversas que vendrán fatalmente.
Va tan justa la cosa que, incluso con la unión sagrada de los catalanes, en bloque, no es nada seguro que Catalunya triunfe.
¿Qué pasará, si se divide?’
‘Ja lo está de dividida. Nos peleamos como simples y estamos enemistados como perfectos imbéciles.
Algunos de nosotros ya han empezado a ir a buscar ayuda a Castilla, contra sus enemigos de dentro de Catalunya.
Si continuamos así, todo acabará. En la España castellana y castellanizada, todo trabaja contra nuestra. Y si nosotros también nos ponemos a trabajar contra de Catalunya, el juego será cuestión de pocas mesas’.
‘Resumen: si yo gobernase en Catalunya, lo sacrificaría todo, absolutamente todo, por la unión de los catalanes. No es que ésta sea una labor indispensable: es LA ÚNICA.’
Me parece que todos estos pensamientos siguen siendo perfectamente válidos en la actualidad, es como si Gaziel los hubiese escrito ahora. Y por eso, me ha parecido que su reproducción es muy apropiada, pues nos da una buena lección y consejos.
Sólo es cuestión de quererlos seguir, claro. En caso contrario, la mantícora acabará devorándonos.
He señalado que, en primera instancia, la mantícora me parecía un símil de Vox; pero, segunda instancia, me parece que también es un perfecto símil de otra de las caras con las que se encarna el mal: la desilusión, la rendición, el abatimiento, la depresión, etc.
Así que, TODO depende de nosotros, de nuestra voluntad.