Buscar

Defensa del catalán: rebobinar, soñar y ACTUAR

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Siempre es terapéutico rebobinar y soñar, pero es más positivo si se cierra el círculo, y se actúa en consecuencia, obviamente; en caso contrario nos encontraríamos en un limbo infructuoso.

Esta premisa puede aplicarse en todos los órdenes de nuestra vida, pero, en este artículo, me centro en la necesaria defensa del catalán, perseguido por el reino español y la república francesa, ambos con un ADN jacobino – borbónico.

Estos días vemos que diferentes gobiernos recién estrenados del PP / Vox, en las comunidades de Valencia y de las Baleares, han iniciado sus actividades, persiguiendo el catalán, para ‘proteger’ el castellano, la única lengua que consideran válida.

Es sabido que la fortaleza de una lengua se basa en el uso que haga la propia población, pero, evidentemente, las lenguas minorizadas precisan una atención, un esfuerzo y un esmero especial por parte de los distintos poderes, para su protección, como requiere el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU que exige que no se vulnere la dignidad, la libertad, la igualdad, la no discriminación y la identidad de las personas con lenguas y culturas históricas minoritarias.

En ese sentido, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en su ‘Informe sobre el estado de los derechos de las minorías lingüísticas’ del pasado mes de marzo, señaló que:

‘(…) En todas las regiones del mundo existen obstáculos para el disfrute de los derechos de las minorías lingüísticas, por ejemplo, restricciones para el aprendizaje de los idiomas minoritarios y para que los menores reciban educación en esos idiomas, así como limitaciones del uso de idiomas minoritarios en la vida pública y los medios de difusión.

Los idiomas minorizados están amenazados de declive sustancial o desaparición a causa de factores tales como el predominio de los idiomas nacionales e internacionales, los procesos de asimilación y la disminución de los usuarios de esos idiomas’.

(www.ararteko.eus; Vitoria-Gasteiz, 18 de marzo del 2023)

Pero todos sabemos que el papel lo aguanta todo, incluso las especificaciones más tramposas, como la que figura en la constitución española, que en su artículo 3, dice que: ‘el castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección’.

Es decir, todos tenemos el deber de conocer el castellano, pero no el catalán, el euskera o el gallego, que, según dicha constitución, son consideradas como ‘modalidades lingüísticas’; y si eso no es una discriminación negativa …

Y esa discriminación, la vemos diariamente, ahora:

  • con la persecución de revistas catalanas en Valencia;
  • la no exigencia del conocimiento del catalán a los funcionarios de Baleares;
  • la macropresencia avasalladora en todos los medios de comunicación del castellano (que los unionistas llaman ‘español’, para profundizar la discriminación, considerando, por tanto, que las otras no son ‘españolas’; siendo, por lo tanto, una muestra más de que son ellos, los separadores), en este sentido, un reciente ejemplo, lo vemos en la película estrenada ayer en nuestra ciudad, ‘Bird Box Barcelona’, de los hermanos barceloneses Àlex y David Pastor, que reflejan una situación post apocalíptica ambientada en Barcelona, y en la que se habla en inglés, alemán y castellano, pero ni una palabra en catalán.
  • etc.

Realmente los catalanes, vascos, gallegos, como todas las poblaciones con lenguas minorizadas, lo tenemos realmente difícil, máxime viendo que buena parte de nuestra población, integrada por altas tasas de inmigración, especialmente del centro y sur americano, que, al dominar el castellano, en general, no hacen el mínimo esfuerzo (salvo honrosas excepciones) para aprender y respetar el catalán.

En esa línea discriminatoria, por ejemplo, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 2, especifica que ‘el español es el idioma oficial en los Estados Unidos Mexicanos’, pero ‘reconoce y garantiza el derecho de los pueblos y las comunidades indígenas a la libre determinación y, en consecuencia, a la autonomía, para, entre otros aspectos, preservar y enriquecer sus lenguas, conocimientos y todos los elementos que constituyen su cultura e identidad’ (art. 2-A,v)   

Es decir, además de repetir el error de la denominación de ‘español’, en lugar del ‘castellano’, las lenguas minorizadas también quedan en segundo plano. Y, claro, con esta cultura, ¿cómo podemos pretender que los inmigrantes, al llegar a Catalunya, reconozcan y valoren el catalán?

También es cierto que los vencedores de la rebelión militar franquista (que no guerra civil, ni incivil), potenciaron en Catalunya toda una casta burguesa de unionistas españoles, que se aplicaron con todos sus esfuerzos, para ‘españolizar’ (ahora si que procede este término) a toda la población, y no sólo con la lengua, si no, también, aprovechándose ilegalmente de todas las prebendas del régimen, de las que siguen beneficiándose, ya que los diferentes gobiernos del PSOE no han tenido interés en retrotraer los pisos incautados, obviamente, los mejores, en las zonas altas de la avenida Diagonal 

El pasado día 11 de este mes, falleció el escritor checo, Milan Kundera (1929 – 2023), autor, entre otras, de la obra magistral ‘La insoportable levedad del ser’ (1984), en la que refleja la levedad, como la inconstancia de ánimo y ligereza (…) y describe una serie de situaciones que llevan a efectos y causas sin premeditar, pues, según el autor, el ser humano suele vivir de impulsos, pocas veces es premeditado. Kundera se pregunta, ‘Entonces, ¿qué hemos de elegir? ¿el peso o la levedad?

Me parece interesante intentar clarificar que el peso o la levedad a la que se refiere Kundera, no tiene nada que ver con el nivel cognitivo; ni con el pensamiento débil o fuerte, pues esta clasificación diferencia entre el pensamiento débil de la clase dominada frente al pensamiento fuerte de la clase dominante, la libre interpretación transversal, frente a la lógica férrea y monolítica, frente a una Europa etnocéntrica, una visión mundial de las culturas, etc., como señaló el filósofo Gianni Vattimo (n. 1936).

Más bien, se refiere, a mi modo de ver, de pensar o no pensar, pues es evidente que cuanto más pesada sea la carga, más a ras de tierra estará nuestra vida; y, por eso, es preciso elevar nuestra perspectiva, nuestro punto de mira.

Y, claro, los poderes del estado quieren que no pensemos, que nuestra carga, multiplicada por la represión y persecución, sea tan pesada, que no nos atrevamos ni podamos levantar la cabeza. Y, en esa línea, buena parte de nuestra población unionista, así como la inmigrante, está ‘gustosamente’ ‘atada y bien atada’.

Y esa sumisión, es ‘comprensible’ por parte de las clases dominantes y beneficiadas, pero me parece incomprensible por parte de las clases menos favorecidas (indígenas catalanes e inmigrantes), salvo que nos atengamos a la definición de debilidad que muestra el diccionario de la RAE: ‘persona que tiene poco vigor o poca fuerza o resistencia, flojedad de ánimo que cede fácilmente ante la insistencia o el afecto y deficiente moral’.

Y eso depende de nuestra personalidad, que está compuesta por tres factores: los constitucionales, es decir, las características físicas heredadas; el temperamento, la capacidad de aprender a controlar los estados emocionales de acuerdo con nuestra forma de vida, y el carácter, que se forja cada día, en función de las decisiones personales para alcanzar los resultados deseados.

Por todo lo expuesto, creo que es preciso replantear el conflicto catalán con el corrupto reino español, pues éste, en su ADN, tiene anclado su unionismo español, como muy bien expresó Juan Carlos I, en Alcalá de Henares, el discurso del premio de literatura Miguel de Cervantes, el 23 de abril del 2001, (Diada de Sant Jordi), dijo ‘Nunca fue la nuestra, lengua de imposición, sino de encuentro; a nadie se le obliga nunca a hablar en castellano: fueron los pueblos más diversos los que hicieron suya, por voluntad libre, la lengua de Cervantes’.

Su desmemoria interesada que nos quiere imponer el estado, busca que olvidemos el ‘habla cristiano’, que los franquistas gritaban a nuestros padres, represión que sigue en la actualidad, sólo hace falta hacer una visita a los juzgados.

Los independentistas catalanes tenemos claro lo que somos, cómo queremos ser y cómo queremos que nos vean, independientemente de cómo nos vean, finalmente.

Hoy, 14 de julio, se conmemora en Francia la toma de la Bastilla, efectuada en París en 1789, acto que supuso el final del Antiguo Régimen y el punto inicial de la Revolución Francesa; y bien podríamos inspirarnos, pues está claro que ‘para hacer una tortilla se han de romper los huevos’. Pero nuestra ruptura ha de ser democrática y pacífica, ya que sabemos que la violencia la pondrá el estado español, y los millones de unionistas (catalanes y del resto de su España) que gritaban ‘a por ellos’ (nosotros), en octubre del 2017.

El citado Milan Kundera dijo: ‘Para liquidar las naciones … lo primero que se hace es quitarles la memoria, se destruyen sus libros, su cultura, su historia. Y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra historia. Entonces, la nación comienza lentamente a olvidar lo que es y lo que ha sido. Y el mundo circundante lo olvida aún mucho antes’.

Y en estas estamos, desde hace más de 300 años, exactamente 309, dominados por un estado extractivo, expoliador, ‘madrileañista’ y ‘castellanizante’, que sigue aplicando la lógica ejercida por Anatoli Vassílievitx Lunacharski (1875 – 1933).

Este comisario de instrucción (educación) popular, tras la victoria de la Revolución Rusa (1917) organizó un juicio contra Dios, por sus crímenes contra la humanidad, con una Biblia en el banquillo … a pesar de que todos eran ateos y negaban su existencia; tras cinco horas de juicio, el acusado fue condenado, pues los fiscales presentaron numerosas pruebas de culpabilidad basadas en testimonios históricos; los abogados defensores argumentaron la defensa por la grave demencia y trastornos psíquicos. El tribunal dejó claro, desde el principio del juicio, que no aceptaría la absolución, a causa de la extrema gravedad de los delitos juzgados. Al final, Dios fue declarado culpable, y el 17 de enero de 1918, a las 06.30 h, un piquete de ejecución disparó cinco ráfagas de ametralladora contra el cielo de Moscou. La sentencia de muerte contra Dios se había cumplido.

(fuente Wikipedia)

Ya sé que los independentistas catalanes no podemos compararnos, en absoluto, con el caso juzgado mencionado, pero, sí que es comparable el ejercicio del poder del sistema, contra nosotros, contra nuestra lengua, contra lo que somos y lo que queremos ser.

Por eso necesitamos, como he dicho, una Toma de la Bastilla metafórica, pero efectiva y contundente, volviendo a las calles de forma masiva, no ínfimamente testimonial, como hacemos algunos grupúsculos, entre ellos el de Meridiana Resisteix.

En caso contrario, nuestra carga de cada vez será más pesada, de cada vez seremos más aniquilados, y nuestra cultura, nuestra historia, olvidadas, como dijo Kundera. Así que todo, y todo es todo, depende únicamente de nosotros.

Por eso, volviendo al título del presente escrito, debemos rebobinar (recordar) el 1 de Octubre del 2017 y soñar, pero, después, ACTUAR, pues, como dicen unos refranes de pensamiento zen:

Es curioso que la vida, cuanto más vacía, más pesa’.

‘Las cosas que cargo son mis pensamientos. Son mi único peso. Mis pensamientos determinan si soy libre y ligero o pesado y agobiado’