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18 de julio de nefasta actualidad

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Hoy hace 87 años del criminal golpe de estado militar, cuyas consecuencias no hemos superado, pues Catalunya sigue siendo considerada tierra conquistada, como recordó el político Jorge Verstrynge:

‘Recuerdo que hace años, cuando estaba en Alianza Popular, le propuse a Manuel Fraga Iribarne hacer el congreso del partido en Barcelona. Me estuvo dando largas y yo le seguí insistiendo. Al final me respondió que no. No olvidaré lo que me dijo: ‘Mire usted, Catalunya es tierra conquistada’’.

(Jordi Pausas, Segre.com, 12 de julio del 2017)

Y ese es el argumento real que siguen manteniendo los partidos unionistas: PSOE / PP / Vox, pues siguen anclados en la defensa del ilegal y criminal golpe de estado, que sustenta la metástasis de las actuales estructuras militar – política – judicial – económica – etc., y, claro, monárquica, en definitiva, de SU estado.

Y toda esta arquitectura institucional, si tuviera un mínimo de moralidad, únicamente tendría una salida, hacerse el haraquiri; para borrar esta casi centuria negra. Pero, como sabemos, carecen de ese mínimum minimorum, del mínimo de los mínimos, para ello; más bien, al revés, han intentado imponernos su burra coja y ciega, su pandemonio (lugar con mucho ruido y confusión, según el diccionario de la RAE), como si se tratara de la fórmula de fierabrás.

Notas:

Pandemónium: (‘pan’ = todo; y ‘daimonion’ = pequeño ángel o pequeño demonio); término utilizado por John Milton (1608 – 1674), en su poema épico ‘El paraíso perdido’ (1667) para la capital del Infierno, ‘la alta capital de Satán y sus acólitos’.

Fierabrás: (del francés ‘fier à bras’, brazo bravo, fanfarrón, bravucón), era un personaje de ficción de prolongada existencia que figura en varios cantares de gesta del ciclo carolingio.

Es interesante recordar que:

‘Estrictamente, el golpe lo inició el comandante Joaquín Ríos Capapé en la guarnición de Melilla la tarde del 17 de julio. Fue el único que siguió las indicaciones de Mola que había marcado ‘el 17 a las 17’ como el momento en el que romper con la legalidad vigente del régimen democrático nacido cinco años atrás.

(…) Al frente de ese levantamiento, el general Emilio Mola, que aparecía en los mensajes como ‘el Director’, y que destacaba del resto por su capacidad de liderazgo, y especialmente, por la fama de intelectual que había cosechado a través de varias publicaciones en las que reflejaba su pensamiento nacionalista, antipolítico, militarista y contrario al régimen, por entenderlo como antimilitarista, y por tanto, antiespañol’ (…) ‘En el porvenir, nunca debe volverse a fundamentar el estado ni sobre las bases del sufragio inorgánico, ni sobre el sistema de partidos’.

(Grego Casanova, Vozpopuli, 18 de julio del 2021)

(Nota:

Joaquín Ríos Capapé (Figueres, 2 de julio de 1898 – Madrid, 20 de junio de 1963), fue un militar catalán que intervino de forma destacada en la Guerra del Rif y posteriormente en la rebelión militar; y durante la dictadura, fue capitán general de Valencia.

Al ser trasladado a la península, participó en diferentes operaciones militares, tomando parte en el avance franquista hacia Madrid, a finales de 1936. En sustitución del teniente coronel Delgado Serrano, que había sido gravemente herido, Ríos Capapé quedó al mando del sector de la Ciudad Universitaria de Madrid, controlado por las fuerzas franquistas. A partir de la primavera de 1937 pasó a mandar la 18ª división del ejército del centro, que agrupaba parte de las tropas que asediaban Madrid. Por entonces, con el rango de coronel. Fue el primero de los oficiales franquistas que entraron en Madrid, por el puente de l Princesa en Usera, en 1939, y esto nunca se lo perdonó Franco. (…) si bien, fue ascendiendo hasta llegar a teniente general).

El mencionado general Emilio Mola Vidal (1887 – 1937), había elegido como líder del golpe militar al general José Sanjurjo Sacanell (1872 – 1936), exiliado en Portugal, pues poseía una autoridad indiscutida entre todos los militares rebeldes.

La avioneta Puss Moth, que pilotaba el falangista Juan Antonio Ansaldo, no pudo con todo el peso y la nave terminó estrellándose a los pocos minutos de despegar hacia España, el 20 de julio de 1936.

Emilio Mola, falleció el 3 de junio de 1937, en otro accidente aéreo, su avión un Airspeed Envoy, se estrelló en una colina de la localidad burgalesa de Alcocero, durante un fuerte temporal. (…) Desde el mismo día de su muerte surgieron rumores en torno a la misma, dado que su deceso favorecía claramente a Franco, al eliminar al antiguo Director como rival.

El 21 de setiembre de 1936 se realizó una reunión en Salamanca, en la    que la Junta rebelde aprobó el mando único a favor de Francisco Franco Bahamonde (1892 – 1975), con la oposición del general Miguel Cabanellas Ferrer (1872 – 1938), que había tenido baso sus órdenes a Franco en África, por lo que dijo: ‘Ustedes no saben lo que han hecho, porque no le conocen como yo, que lo tuve a mis órdenes en el ejército de África, como jefe de una de las unidades de la columna a mi mando … Si ustedes le dan España, va a creerse que es suya y no dejará que nadie lo sustituye en la guerra o después de ella, hasta su muerte’. Cabanellas falleció el 12 de mayo de 1938, por una congestión cerebral.

(Fuente: Wikipedia)

Efectuada esa breve reseña, vemos que con ‘esos mimbres no se puede hacer más que el cesto que tenemos’, es decir, de un estado ultranacionalista, ultracatólico, anticomunista, militarista, autoritario, represivo, corporativo, etc., no podemos esperar nada bueno. Y, como sabemos, ‘quien sabe realizar un cesto, hará cientos’, y así nos va, pues siguen con su programa de 1936.

El refranero dice ‘que no hay mal que cien años dure’, y confiamos que sea así, pero el estado sigue aplicando el refrán ‘el muerto al hoyo y el vivo al bollo’, y los ‘muertos’, (ahora, afortunadamente, metafóricos) seguimos siendo los mismos, los vencidos y, en este momento, los independentistas catalanes; y los ‘vivos’ que disfrutan de los bollos, siguen siendo los represores, los vencedores, claro.

Con todo, los independentistas catalanes sabemos que ‘con estos bueyes tenemos que arar’, no hay otra.

Y la historia nos ha enseñado que las heridas duran mucho más que los decretos y las leyes que determinan el final de todo conflicto, especialmente los armados, y de forma aún más extrema, cuando el enfrentamiento ha comportado una rebelión con consecuencias INciviles, que es lo que pasó en 1936 en España, pues el bando rebelde, produjo un efecto mimético / asimilador entre ellos y las poblaciones dominadas. Eso es comprensible, pues el temor, los intereses, y, claro, también los ideales, explican múltiples posiciones y determinaciones.

Haciendo un gran salto en el tiempo y el espacio, y como ejemplo, podemos tomar la Guerra de Secesión de los EEUU o Guerra civil estadounidense, entre 1861 y 1865, es decir, entre los Estados Confederados y los Estados Unionistas Federados. Ese conflicto, tuvo como principal motivo, pero no único, la abolición de la esclavitud (la supremacía blanca), pero también otros motivos económicos.

El nuevo estado independiente, los Estados Confederados de América (1861 – 1865), con capital en Montgomery (Alabama) tenía una población, en 1860, de 9,1 millones de habitantes. Y su vicepresidente, Alexander Stephens, promulgó su ‘Discurso de la piedra angular’, declarando que ‘la piedra angular’ era ‘la gran verdad de que el negro no es igual al hombre blanco, esta esclavitud, subordinación a una raza superior, es su natural y normal condición. Nuestro nuevo gobierno es el primero, en la historia del mundo, basado sobre esta gran verdad física, filosófica y moral’

Y esa piedra angular, en el caso español, fueron ‘los principios fundamentales del régimen franquista (la ley de principios fundamentales del movimiento) de 1958, basados en la patria, familia y religión, junto con el máximo respeto a las leyes fundamentales del régimen; principios que persisten en el ADN de la constitución de 1978.

La ley de la selva, la del más fuerte, se aplica siempre, pues la constitución de los EEUU no incluyó de forma específica una disposición que permitiera a los estados separarse. Aunque el preámbulo dice que cada estado ‘actúa con su carácter soberano e independiente’, también habla de la formación de ‘un gobierno federal permanente’.

Aquí, la constitución habla de comunidades autónomas, pero claro, con una autonomía limitada, como sabemos, pues nos la quitan o limitan cuando les da la gana. Y, por lógica, se tiene autonomía o no, no se puede estar medio embarazada.

También es curioso destacar que, en ese conflicto americano, ‘la mayoría de las potencias europeas adoptaron una política de neutralidad, reuniéndose de modo informal con los diplomáticos confederados, pero negando cualquier reconocimiento formal. Si bien, manteniendo las importaciones de ambos lados (grano del norte y algodón de sur), pues el negocio es el negocio, igual que la provisión de armamento.

Si bien el sangrante conflicto duró 5 años, la ‘Reconstrucción’ fue un periodo de la historia estadounidense que duró de 1865 a 1877; la fractura era inmensa, pues la liberalización de los esclavos, posteriormente dio paso a la libertad de su voto, como muestra de reconocimiento de los derechos humanos. Y, claro, en el norte, predispuesto contra la esclavitud, aceptar que todos los hombres valían igual y, por lo tanto, que todos los votos eran igualmente válidos, costó más de ser aceptado.

Es evidente, también que, en esas circunstancias, se planteasen conflictos entre los ‘carpetbaggers’, los miles de norteños que llegaron al sur como misioneros, maestros, hombres de negocios, políticos, etc.; es decir, los ‘nuevos colonizadores’ enviados desde la ‘metrópolis’ para controlar a los sureños, entre los que habían los llamados  ‘scalawags’, aquellos hombres blancos favorables a la reconstrucción; si bien, los disidentes mantenían su bandera confederada (aspada, ‘Dixie’).

Esa bandera sureña, incluso en el año 2000, ondeaba en el capitolio de Carolina del Sur (una bandera que no podía tocarse, podía estar izada o arriada, pero no a media asta). En el año 2015 el Tribunal Supremo de los EEUU prohibió el uso de esa bandera en la matrícula de los coches. Y en el 2020, el Pentágono prohibió el uso de la bandera confederada en todas sus bases militares.

Está claro que las simbologías no son fácilmente eliminables. Aunque aquí, en España, ver una estelada (bandera independentista catalana) sea como ver la ‘bestia’, y da patente de corso a los unionistas, para perseguirla y despreciarla.

La principal medida integradora y forzosa americana, fue el servicio militar, con el objetivo cohesionador y asimilador, educador, de todos, especialmente de los sureños, y los indígenas; pero confiar que los cuarteles sustituyan a las escuelas y universidades, es un error repetido en la mayor parte de los países de todas las culturas y condición.

Y todos sabemos que la pretendida reconstrucción americana, tras 158 años, todavía no se ha conseguido en su totalidad; ya que las diferentes situaciones sociales, históricas, económicas y culturales, son muy complejas.

Y aquí, en Catalunya, tras 309 años desde 1714, seguimos dominados por ‘carpetbaggers’, por los ‘oportunistas’ españolistas, los llamados ‘botiflers’ (*) (felipistas, borbónicos).

(*) El término botifler tiene su origen en ‘beauté fleur’ (la bella flor), en referencia la flor de Lis del linaje borbónico.

Desconozco si en los EEUU realmente hubo un interés efectivo e integrador en su Reconstrucción, o si se trató de la imposición de unas leyes, a modo de ‘trágala’, sustentada con la defensa de los derechos humanos, pero con otros objetivos colaterales, pues todos sabemos que en la actualidad norteamericana sigue imperando la segregación por motivos raciales.

Pero el reino español nunca tuvo ni ese mínimo interés de disimular, como dijo el infame Fraga Iribarne, uno de los ‘padres’ de la actual constitución; como dicen actualmente la derecha extrema (PP) y la extrema derecha (Vox), pues ambas maquinarias políticas reflejan las dos caras de una misma moneda. Y, por eso, Santiago Abascal (líder de Vox) no se cansa de repetir que a Catalunya nos aplicaron un 155 de mínimos y durante pocos meses, pero él nos aplicará uno más profundo y permanente, pues a los rebeldes hay que castigarlos e impedirles que en el futuro puedan repetir un nuevo alzamiento.

Según diferentes encuestas y sondeos, en las elecciones del próximo 23, vencerá la derecha, y las actuales prohibiciones de revistas y obras teatrales, serán un mero aperitivo de lo que nos vendrá. Pero, ni aún así, la UE seguirá en su limbo mercantil y amoral, ya que no hará nada de nada, como siempre, pues seguirá considerando que se trata de asuntos internos.

Volviendo con los estados confederados, el historiador Frank Lawrence Owsley, argumentó que ‘la Confederación murió por la ambición de poderes políticos de autonomía de los diferentes estados, pues los diferentes poderes legislativos de los estados del Sur, y sus gobernadores, rechazaron ceder el gobierno nacional’.

Y, en el período de Reconstrucción americana, en el sur, los citados ‘scalawags’ apoyaron dicha reconstrucción, pero, en el norte también proliferó esa idea, así que hubieron ‘redentores’ (conservadores) tanto en el norte como en el sur, aunque con sensibles diferencias en los intereses de ambos.

Aquí, en Catalunya, como pequeña muestra cultural, somos representativos de las virtudes y defectos ajenos, pues, en realidad, no existe ese interior / exterior, todo está condicionado por la herencia de supervivencia humana, no hay nada nuevo ni novedoso.

Por eso, observamos y participamos de luchas cainitas dentro del independentismo, seguimos manteniendo y consistiendo que la casta de los vencedores, botiflers en 1714, y franquistas desde 1939, sigan beneficiándose y actuando de forma extractiva; seguimos teniendo una invasión de carpetbaggers españolistas y de scalawags españolizados.

Y así nos va. Sólo la unión sincera de los independentistas, sin ánimo de beneficio partidista, nos podrá dar un mínimo de posibilidades de victoria, ante el muro españolista, no hay otra.