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53% de empresas e instituciones con brechas en el manejo de resiliencia: encuesta de SAS

Ciudad de México, a 10 de agosto de 2023. – Mucho se ha hablado de la importancia que tiene la capacidad de adaptación en las empresas y sus líderes. Se han desarrollado cursos, talleres e implementado diversas fórmulas, sin embargo, recientemente se ha ubicado que el análisis de datos contribuye mayormente a prever y contrarrestar riesgos. Así lo señalan el 96% de los altos ejecutivos globales que utilizan este recurso para la toma de decisiones, elementos clave para navegar el cambio y garantizar la continuidad del negocio, de acuerdo con SAS, compañía pionera y especializada en analítica avanzada, IA y gestión de datos. No obstante, luego de pasar por momentos de incertidumbre y retos en todos los aspectos para las empresas en México y a nivel global, como consecuencia de la pandemia por Covid 19 y sus efectos, una encuesta sobre resiliencia en las organizaciones, aplicada por SAS a casi 2 mil 500 altos ejecutivos en todo el mundo, destaca que el 53% de los consultados consideran que sus empresas no están donde deberían en la materia. Y es que, a pesar de los diversos aprendizajes que nos dejaron el confinamiento y las múltiples reestructuras empresariales, la encuesta “Resiliency Rules” explora dónde están paradas las empresas en cuanto el manejo situacional frente a coyunturas retadoras y cuáles son sus expectativas ante la problemática; misma que ubicó que el 81% de los ejecutivos creen que la resiliencia es alcanzable con la orientación y las herramientas adecuadas. Mientras que más del 90% ven en los datos y su análisis las herramientas críticas para una estrategia efectiva de resiliencia. “Si bien el 70% de los encuestados es optimista sobre el futuro de la economía de sus respectivos países, y entre el 86 y 92% consideran que la resiliencia ayuda a reducir el impacto inmediato de las crisis al permitir que las empresas se preparen para la disrupción; mientras que el 80% de las empresas ya está invirtiendo en planeación y estrategia de resiliencia, sólo el 47% percibe que su empresa como resistente a la disrupción”, señala Héctor Cobo, VP Regional, SAS México, Caribe, Centroamérica y Perú.

¿Qué pasa con el gobierno?

Los cambios y necesidad de adaptaciones se sintieron no sólo en las esferas de las empresas privadas y ante las múltiples problemáticas globales, la resiliencia se está convirtiendo en uno de los mayores enfoques para los gobiernos globales, pero en la realidad, ¿qué tan resilientes son? La encuesta realizada por SAS señala que, dentro de las instituciones gubernamentales encuestadas, casi dos tercios de los funcionarios, es decir el 64%, declararon que sus instituciones no están preparadas para momentos de disrupción, aunque el 97% están de acuerdo en que la resiliencia es importante para las instituciones públicas, brecha que se acentúa en el sector público frente a cualquier industria. En este sentido, la encuesta de SAS ubicó un reto mayúsculo para las dependencias del gobierno, pues el 87% de los funcionarios consideran que los datos y su análisis son clave para evitar la Brecha de Resiliencia, pero a menudo se ven frenados para implementar acciones al respecto debido a problemas para desarrollar la iteración de datos entre su fuerza laboral, la escasez de acceso a científicos de datos y la sobrecarga de estos. Por otra parte, “solo 67% de los funcionarios encuestados asegura estar invirtiendo actualmente en estrategias de resiliencia para cerrar esta brecha. Y únicamente el 38% de los funcionarios se sienten preparados para manejar la disrupción en los próximos 3 años, significativamente menos que en cualquier otro sector”, asegura el ejecutivo de la empresa de análisis de dat

Los cinco principios fundamentales de la resiliencia 

Con base en la encuesta “Resiliency Rules”, SAS identificó cinco principios fundamentales para mantener y fortalecer la resiliencia en las organizaciones:

1.    Velocidad y agilidad.

2.    Innovación.

3.    Equidad y responsabilidad.

4.    Cultura de datos y alfabetización.

5.    Curiosidad. 

Conocidas como las cinco Reglas de Resiliencia, la investigación de SAS examinó cómo los ejecutivos priorizan e implementan cada una. “Una cosa estaba clara: los ejecutivos de alta resiliencia otorgan un mayor valor e invierten más que los ejecutivos de baja resiliencia en cada área. Esto fue consistente en las respuestas a través de las segmentaciones de países e industrias, lo que indica que los ejecutivos las ven como componentes fundamentales para una estrategia de resiliencia” indica Cobo. Una conclusión clave de la investigación de SAS es el papel crítico de los datos y el análisis en la implementación de las Reglas de Resiliencia. Casi todos los ejecutivos de alta resiliencia (96%) utilizan datos y análisis internos y externos para informar la toma de decisiones, que es clave para navegar el cambio y garantizar la continuidad del negocio. Estos ejecutivos altamente resilientes afirmaron implementar herramientas de datos más que sus contrapartes menos resilientes, es decir el 93% vs. 22% de compañías con baja resiliencia. “El análisis de datos nos permite conocer y evaluar riesgos en las distintas industrias, ya sea para ayudarles a evitar fraudes o bien para determinar riesgos climáticos, entre muchos otros, en el caso de sucesos disruptivos es lo mismo, la ubicación de las preguntas clave ante sucesos potenciales determinados, permitirá la continuidad en sus negocios y mantener sus niveles de competitividad”, finaliza Cobo.   

Metodología:

Para el estudio, SAS creó una metodología de evaluación llamada Índice de Resiliencia para comprender dónde encaja la resiliencia en las prioridades e inversiones de los ejecutivos de 12 países del mundo. SAS clasificó a los encuestados en tres categorías:

·         Alta resiliencia: 26%

·         Resiliencia moderada: 54%

·         Baja resiliencia: 20% 

Desde el 16 de diciembre de 2022 hasta el 4 de enero de 2023, se realizó una encuesta en línea patentada con 2.414 altos ejecutivos que trabajan a tiempo completo en

·         553 empresas de servicios financieros.

·         809 compañías de comercio minorista y bienes de consumo.

·         715 organizaciones de manufactura.

·         274 empresas de salud y ciencias de la vida.

·         66 entidades de gobierno.