Buscar

Tempus fugit

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

‘Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra’ (el tiempo se escapa como las nubes, como las naves, como las sombras); en referencia al libro de Job, del Antiguo Testamento (‘como una nube’, Job, 7,9; ‘como las naves’, Job, 9,26; ‘como una sombra’, Job, 14,2).

‘Tempus fugit, carpe diem et memento mori’ (el tiempo vuela, aprovecha el día para recordar y vivir)

‘Tempus fugit’ es una locución latina que significa que el tiempo se escapa, y que invita a no perderlo. Es un tópico literario sobre la brevedad de la vida. La expresión aparece por primera vez en el libro III de las Geórgicas (Georgicae, III, 284), poema escrito por el poeta latino Virgilio (Publius Vergilius Maro, 70 a.C. – 19 a.C.). La frase exacta es: ‘Sed fugit interea fugiot irreparabile tempus’ (Pero huye entre tanto, huye irreparable el tiempo)

En la estética zen japonesa de la melancolía por la impermanencia se le llama ‘Mono no aware’ (la pena de aquellos)

‘Carpe diem’ (aprovecha el momento), del poeta latino Horacio (Quintus Horatius Flaccus, 65 a.C. – 8 a.C.); es decir, ‘si temps fugit, carpe diem’ (si el tiempo vuela, aprovecha el momento)

‘Mementum mori’ (recuerda que morirás), proviene del latín y la recitaban a los generales victoriosos cuando desfilaba por Roma, para que no cayera en la soberbia; recuerda que eres un hombre, no un Dios, y morirás.

(fuente: Wikipedia)

Esta serie de profundos latinajos viene a cuento en este momento político entre España y Catalunya, pues vemos que el plazo final para la posible investidura de Pedro Sánchez finalizará el próximo 27 de noviembre; en caso contrario, se convocarán automáticamente nuevas elecciones generales el próximo 14 de enero.

Es decir, a Pedro Sánchez le quedan 52 días para negociar su investidura.

Y vemos que Sánchez se lo toma con bastante calma, con una excesiva confianza y prepotencia, como es habitual en él; si bien estamos acostumbrados a ‘sus sorpresas’, a sus giros de guion insospechados, así que todo está en el aire.

De todos modos, el ‘tempus fugit’, y Pedro Sánchez parece que sigue disfrutando su ‘carpe diem’, sin pensar en el ‘mementum mori’ político, pues, entre sus asesores nadie se atreve a recordarle esa última expresión latina, como sí que hacían a los victoriosos generales romanos, como he comentado.

Es preciso señalar que Carles Puigdemont, en su planteamiento del pasado 5 de setiembre en Bruselas, la amnistía debe ser el punto de partida para empezar a negociar la investidura, negociación que ha de ser forzosamente entre iguales, no entre el perseguidor y los perseguidos.

Mientras que Pedro Sánchez y sus acólitos (como Sumar), consideran que la amnistía debe ser el punto final de la negociación de investidura, además de garantizar la estabilidad parlamentaria (aprobación de presupuestos incluidos)

Y este es un gran dilema, en el que Carles Puigdemont se juega su prestigio personal, obviamente.

Por eso es sumamente importante contemplar los plazos disponibles, por lo que me parece interesante reproducir, parcialmente, el siguiente artículo:

‘Sánchez puede aprobar la ley de amnistía en un mes, aunque el PP la bloquee en el senado

El reglamento permite tramitarla como proposición de ley por la vía rápida en el Congreso, pero el PP cuenta con mayoría en el Senado para retrasarla al menos 20 días. Fuentes parlamentarias analizan los escollos que encontrará a su paso.

(…) Jaume Asens, designado por Yolanda Díaz para negociar con Puigdemont, afirmó este martes que el tiempo aún juega a su favor. ‘Es posible’ aprobarla en ese plazo, aseguró. ‘Tenemos el precedente de la reforma penal de la sedición, que se hizo en un mes. Se puede hacer. En lectura única, es posible’, insistió.

(…) fuentes jurídicas del Parlamento reconocen que, estrictamente, es viable cumplir con estos tiempos. Otra cosa es que el camino estará plagado de obstáculos difíciles de superar. O que a Junts le baste finalmente con el único aval del Congreso para apoyar a Sánchez.

En cuanto a los plazos, una vez consensuen un texto, y a pesar de la complejidad de la norma, los grupos parlamentarios podrán tramitarla como proposición de ley, por la vía de urgencia y en lectura única, lo que permite acelerar sensiblemente el procedimiento. Si pisan a fondo, aseguran, pueden superar este trámite en una semana, para después remitirla al Senado.

Aquí es donde entraría en juego el PP, que cuenta con mayoría absoluta en la Cámara, ostenta la presidencia y también controla la Mesa (cuatro de siete asientos)

El reglamento le da un plazo de dos meses para tramitarla, pero la Constitución lo rebaja a 20 días naturales si el Gobierno o el Congreso la consideran urgente. Hay precedentes en los que la Mesa, en manos también del PP, ha dado portazo a las prisas del Ejecutivo, pero el Tribunal Constitucional ya blindó la tramitación de urgencia reclamada por un Gobierno también del PSOE, aunque entonces no estaba en funciones.

Otra cosa es, plantean las fuentes jurídicas consultadas, que la Mesa en manos del PP rechace admitir esta iniciativa, generando un conflicto entre el Senado y el Congreso que dejaría la pelota en el tejado del Tribunal de Garantías.

(…) el PP sabe que cuenta con 20 días para congelar la norma en la Cámara Alta, hasta que vuelva al Congreso. La mayoría absoluta de la que Sánchez hizo gala para designar a los miembros de la Mesa del Congreso le permitiría superar el veto que, a todas luces, recibirá en el Senado, por lo que la ley podría entrar en el BOE en poco más de un mes, como ocurrió con la PL que suprimió el delito de sedición y modificó el de malversación, a finales del año pasado.

Sin embargo, una cosa es una modificación de tipos específicos y otra una ley de amnistía, que, a juicio de las fuentes en cuestión, necesariamente debería ir apoyada en una reforma del Código Penal.

Hasta le fecha, desde Sumar se han aferrado a que la norma tiene encaje constitucional porque la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) recoge la amnistía como causa de extinción de responsabilidad penal (art. 666.4). Entienden que el constituyente ‘preveía la amnistía’, entre otras cosas ‘porque en el 78 no estábamos para prohibirlas’, y niegan que sea imprescindible tocar el Código Penal.

Las fuentes jurídicas consultadas consideran ‘erróneo’ este planteamiento: ‘Una ley procesal es una ley de trámites procesales. No puede regular las causas de exclusión de responsabilidad penal y tiene que ser orgánica’, abundan. En su lugar, plantean que es necesario reformar el Código Penal, que en su artículo 130 no incluye la amnistía entre los supuestos en los que se extingue la responsabilidad criminal – de la muerte del reo al indulto, pasando por la prescripción de los delitos -. Sí estaba entre esas excepciones hasta la reforma de 1995, cuando quedó fuera. Aunque se apruebe una amnistía, abundan, los jueces no pueden obviar que no se considera causa de extinción penal. ‘La Constitución ya prohíbe los indultos generales’, recuerdan. Distintos juristas plantean incluso la necesidad de modificar tipo por tipo del Código Penal antes de que la amnistía puede entrar en vigor.

(…) Los precedentes de cómo han actuado PSOE y PP en el Parlamento, asientan la idea de que los reglamentos pueden estirarse sin romperse.

(…) Según la norma que regula la forma de proceder en el Congreso, la tramitación directa y de lectura única (art. 150) está pensada para iniciativas cuya ‘naturaleza’ o ‘simplicidad de formulación’ la aconsejen o permitan, algo que difícilmente puede considerarse cumplido ante una norma de esta envergadura

(…) con el procedimiento especial, se condensa todo en una sola semana, incluida una única votación de enmiendas. La Mesa, controlada por PSOE y Sumar, es quien decide sobre la lectura, y el pleno, en el que cuentan con mayoría, sobre la tramitación directa. ‘Cuando se maltrata el derecho, el derecho se venga’, advierten las fuentes jurídicas consultadas’

(Alejandro López de Miguel, 5 de setiembre del 2023, El Confidencial)

Como se ve, el procedimiento legislativo será complejo, si, finalmente Pedro Sánchez se decide a ir adelante con la ley de la amnistía, que, por cierto, citó por primera vez anteayer en la cumbre de jefes de estado de la UE, realizada en Granada. Está claro, como siempre, busca los mejores focos para presentarse como un estadista, busca la foto que le potencie su narcisismo, presentándose como dialogante y generoso.

Con toda seguridad, Pedro Sánchez piensa que la aprobación inicial en el congreso ya sea una prueba suficiente de cara a Carles Puigdemont, para que éste vea la ‘buena voluntad’ y le vote favorablemente la investidura (que espera que sea el 10 de noviembre, es decir, sin apurar los plazos el 27 de ese mes)

Eso sería un claro paralelismo con el antecedente de la aprobación de las lenguas cooficiales en el congreso, pero en trámite en el parlamento de la UE.

Es evidente que, además de la compleja tramitación de un a posible ley de amnistía, tenemos la no menos compleja conformación de esa misma ley, pues, la propuesta que Sumar presentará el próximo martes en Barcelona, pero que han filtrado a la prensa (para anticipar las medallas, claro), presenta varias lagunas, como señala el siguiente artículo, en el que el autor señala la inclusión de los policías represores, así como la exclusión de algunos reprimidos, pero me centraré en el tema de la posible reversibilidad:

‘Aparte de la polémica sobre la amnistía de policías, hay otros puntos oscuros (o poco claros) en la propuesta de Sumar. Como el hecho que en el articulado no hay ninguna prevención de una posible reversibilidad de la amnistía. Es decir, la propuesta del 2021 (de ERC y Junts, que el PSOE, PP y Vox tiraron a la papelera del congreso) decía que ‘las personas beneficiarias de esta ley no podrán, en el futuro, ser interrogadas, investigadas, citadas a comparecer, detenidas, retenidas, procesadas o interpeladas de ninguna manera por los hechos incluidos en esta amnistía’.

Es un aspecto importante en una amnistía, según advirtió el senador de ERC y catedrático Joan Queralt: que los beneficiarios no tan solo dejen de ser perseguidos nunca más por los mismos hechos’

Y de esto, la propuesta de Sumar no dice nada’

(Josep Casulleras Nualart, 6 de octubre del 2023, ‘Cinco puntos oscuros de la propuesta de amnistía de Sumar’, Vilaweb)

Me parece evidente que con ‘estos amigos’ no podemos confiar, por muchos discursos que nos hagan Yolanda Díaz y Jaume Asens. Estos quieren potenciar la imagen de Sumar, cuando, en realidad, saben que son insignificantes. Que Pedro Sánchez los utiliza a su conveniencia, sabiendo que tiene su voto asegurado, secuestrado, como el de ERC.

Para finalizar, pues ya estoy abusando de la amabilidad de los pacientes lectores, me parece interesante reproducir el siguiente párrafo:

‘Hay menos diálogo del que se piensa. Sánchez y el PSOE juegan con la idea que ‘no tendrán más remedio que votarnos’. Y van tirando de la rifa. Y posiblemente, si esto dependiese de la dirección de Junts de aquí Catalunya y del sector que se considera pragmático, quizás hablaríamos de otra cosa. Pero es que la negociación recae directamente en Puigdemont. Y Puigdemont, te aseguro que … ¿Tu crees que Pujol habría puesto la foto de Felipe VI boca abajo, como ha hecho Puigdemont? Los gestos también demuestran actitudes. Y la actitud es de decir ‘no nos rendiremos, no os preocupéis, que no nos rendiremos’.

Por eso no puede renunciar a la DUI (declaración unilateral de independencia), dice él, y yo lo comparto. Porque es patrimonio del pueblo de Catalunya. Es el pueblo de Catalunya el que acabará decidiendo si hacemos una DUI o hacemos lo que sea.

Que los unionistas no compartan una premisa tan básica se entiende, porque les cuesta salir de su marco mental. Los independentistas lo deberíamos tener claro y no dudar tanto’.

(Andreu Barnils entrevista a Agustí Colomines, 6 de octubre del 2023, Vilaweb)

Como afirma el doctor en historia Agustí Colomines, los independentistas deberíamos tener claro que Carles Puigdemont es el único baluarte que tenemos, y que, hasta ahora, nunca nos ha fallado, y estoy seguro de que no lo hará.

Así que, o se cumplirán las condiciones que señaló el pasado 5 de setiembre, o iremos a nuevas elecciones. Y que la ciudadanía decida, y espero que esa próxima vez no se repita el mal interpretado voto de castigo a los partidos independentistas, votando al PSC/PSOE, con el argumento de frenar a la derecha.

Como he explicado en varias ocasiones, también coincido totalmente con Colomines, en su presente respuesta sobre el voto de esos ciudadanos, pues, dice: ‘No compro la moto que castigar a los partidos independentistas actuales sea un beneficio para la causa independentista. Yo creo, sencillamente, que es una traición’.

Por todo lo expuesto, los independentistas no pensamos en nuestro ‘mementum mori’, sabemos y confiamos, en nuestro Kairós, que en griego clásico expresa un tiempo del placer, el momento en el que algo importante sucede; muy diferente al Cronos, que es el tiempo lineal, secuencial.

Así que, si Pedro Sánchez sigue jugando con el Cronos, viendo que su ’tempus fugit’, nosotros esperaremos nuestro Kairós, y, en ese momento, disfrutaremos nuestro ‘carpe diem’.

Y si lo que realmente quiere Sánchez es ir a nuevas elecciones, confiando que esta vez sí que ganará; que se lo quite de la cabeza, pues no se volverá a repetir, espero, el mencionado paso de votos de independentistas al PSC/PSOE.