• Su veneno contiene sustancias químicas de interés como las fosfolipasas A2 y proteasas, cuya función es destruir ciertas células.
• Los toxinólogos observan el comportamiento de éstas para crear antídotos y desarrollar moléculas que puedan usarse en el ámbito farmacéutico.
Toluca, Méx; 07 de octubre de 2023. El consumo de serpiente de cascabel o de su veneno no es un tratamiento avalado contra el cáncer; sin embargo, se han realizado estudios que demuestran el potencial de sus moléculas, que, con mayor investigación, pueden ayudar a los avances médicos innovadores.
La serpiente de cascabel es una especie emblemática de nuestro país. Se le teme, respeta y venera. Ha sido utilizada por la medicina tradicional mexicana como un método alternativo que ayuda a curar enfermedades.
Su veneno contiene sustancias químicas de interés como las fosfolipasas A2 y proteasas, cuya función es destruir ciertas células. Por ello, los toxinólogos observan el comportamiento de éstas para crear antídotos y desarrollar moléculas que puedan usarse en el ámbito farmacéutico.
José Fernando Lazcano Pérez y Adrián Marcelo Franco Vásquez explican la función y los avances científicos en torno al veneno de cascabel en su artículo “Serpientes de cascabel, recurso químico invaluable” en la revista Universitaria. Inician contando la rutina de la abuela de Ana, quien consume cápsulas de serpiente de cascabel como complemento al tratamiento contra el cáncer de mama. Explican que esta especie apareció en México hace millones de años y ha sido, entre todas las serpientes, de especial interés para la población mexicana.
De morfología peculiar, las serpientes de cascabel son temidas por los riesgos que implica su mordedura. Los autores explican que se debe a las moléculas químicas que contiene su veneno, puesto que destruyen las células a su contacto, provocando dolor e inflamación. Estas proteínas funcionan para mejorar la digestión de la carne o ablandarla. Por esta razón, se investiga su uso en tratamientos contra ciertas enfermedades. Un estudio demostró que las fosfolipasas inhiben los crecimientos tumorales en ratas, pero aún falta investigar más a fondo para descubrir el proceso adecuado en su uso médico.
Esta especie se encuentra en peligro de extinción, debido a la caza y pérdida de hábitat. José Fernando Lazcano Pérez y Adrián Marcelo Franco Vásquez consideran importante conocer su impacto positivo en el ecosistema y en la vida de los humanos, por lo cual hacen el llamado a cuidarlas.
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