Ciudad de México, 16 de octubre de 2013.- La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) realizó una jornada informativa sobre el Día Mundial de la Alimentación (DMA), en el paseo ciclista de la Ciudad de México.
Bajo el lema «El agua es vida. El agua nutre. No dejemos a nadie atrás», el personal de FAO México se unió al Paseo Dominical, con el propósito de sensibilizar a la ciudadanía acerca de la importancia del agua en la alimentación y la necesidad de garantizar su acceso universal, así como su preservación y uso eficiente. Este evento, organizado por el gobierno de la Ciudad de México, atrae a millones de habitantes de la capital que disfrutan de correr, patinar y andar en bicicleta.
El Día Mundial de la Alimentación, celebrado cada 16 de octubre, brinda un momento de reflexión sobre uno de los recursos más cruciales para la vida en la Tierra: el agua. Este elemento cubre la mayor parte de la superficie del planeta, constituye más del 50% de nuestros cuerpos, sustenta nuestras necesidades alimenticias, apoya los medios de vida y desempeña un papel fundamental en la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El rápido crecimiento de la población, la urbanización, el desarrollo económico y el cambio climático ejercen una presión cada vez mayor sobre los recursos hídricos del planeta. Simultáneamente, la disponibilidad de agua dulce por persona ha disminuido un 20% en las últimas décadas, y la calidad del agua se está deteriorando rápidamente debido a décadas de uso y gestión deficientes, sobreexplotación de aguas subterráneas, contaminación y cambio climático. Nos encontramos en un punto crítico, donde existe el riesgo de agotar este recurso precioso más allá de un punto de retorno.
Lina Pohl, Representante de la FAO en México, enfatizó la importancia del agua como uno de los recursos más valiosos de la humanidad. Subrayó la necesidad de cuidar, aprovechar y tomar conciencia de este recurso preciado. Además, destacó que enfrentamos crecientes amenazas que exigen una acción inmediata para preservar la vida, transformar nuestros sistemas agroalimentarios y preparar nuestro planeta para el futuro. Todo esto es esencial para garantizar resultados sostenibles en un mundo con una población en constante crecimiento. Se prevé que para 2050, la demanda mundial de agua para la agricultura aumentará en un 35%.
La agricultura representa el 72% de las extracciones mundiales de agua dulce, mientras que los municipios utilizan el 16% para los hogares y los servicios, y las industrias utilizan el 12%. Actualmente, 2,400 millones de personas viven en países sometidos a estrés hídrico, y aproximadamente el 10% de la población mundial vive en países con estrés hídrico alto y crítico. Estas repercusiones afectan de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas, lo que convierte al agua en una cuestión de equidad.
El agua dulce no es un recurso infinito. Cada uno de nosotros puede contribuir a mejorar la forma en que utilizamos, consumimos y gestionamos el agua en nuestra vida diaria. Los alimentos que elegimos y la forma en que los producimos tienen un impacto en el agua. Todos podemos marcar la diferencia al optar por alimentos locales, de temporada y frescos, reducir el desperdicio de agua y alimentos, y encontrar maneras seguras de reutilizarlos, al tiempo que evitamos la contaminación del agua.»
