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Presentan trabajos sobre el periodo más antiguo y menos estudiado de la iglesia en México

*El clero secular que sustituyó a las órdenes ayudó a darle forma a la sociedad, se dijo en el coloquio «El clero novohispano: entre la transgresión y la disciplina», organizado por El Colegio Mexiquense

La sociedad mexicana se conformó en sus inicios bajo la influencia de la Iglesia, que fue determinante durante los tres siglos de la Colonia, y en especial del clero secular, que sustituyó gradualmente a las órdenes y participó en dar forma a la sociedad, colaboró en la impartición de justicia, ayudó en el cobro de impuestos y colaboró en la organización colectiva, en especial de los pueblos de indios.

            En la primera mesa, titulada «Clero secular novohispano», del coloquio «El clero novohispano: entre la transgresión y la disciplina», organizado por El Colegio Mexiquense con el trabajo de la historiadora Karen Ivett Mejía Torres, especialistas en un periodo lejano y poco conocido de la historia de México compartieron los resultados de sus investigaciones respecto de la manera en que los curas se relacionaron con la población, así como sus vicisitudes, trabajo, y las acusaciones de que eran objeto, a raíz de la exigencia inicial de saber lenguas indígenas para administrar parroquias que eran las más difíciles por la lejanía.

            En la conferencia magistral «Los curas beneficiados del arzobispado de México y la administración parroquial en el inicio de la era postridentina», Rodolfo Aguirre Salvador, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, expuso información sobre el periodo que siguió al Concilio de Trento, a partir de 1563, el de la reforma de la Iglesia católica, cuando se pusieron las bases de esa institución.

Después de la evangelización se dio una institucionalización muy fuerte para cristianizar con directrices dogmáticas y disciplinarias, acciones y medidas que empezaron a instrumentar el arzobispo y los obispos de Nueva España, en busca de la uniformidad doctrinal en la sociedad y el disciplinamiento eclesiástico, a la par de la obediencia a la Corona; es decir, una sociedad fiel a la Iglesia y a la corona española.

El historiador habló de la sustitución del clero regular y de los curas mercenarios, sin formación, que fueron nombrados por obispos, encomenderos y mineros, por el clero secular, con los cursas beneficiados, y detalló la labor de estos, sus problemas, las dificultades para que fueran aceptados por las comunidades indígenas y sus resistencias a ir a las comunidades periféricas por el deseo de estar en la Ciudad de México, para aprovechar el reconocimiento que les daba su situación para ascender en el alto clero.

            La historiadora Carolina Yeveth Aguilar García, profesora-investigadora de El Colegio Mexiquense, presentó la ponencia «Entre incorregibles y benditos: apreciaciones sobre los primeros jueces provisores del Arzobispado de México», en la que compartió que los provisores tenían la encomienda de hacer justicia, pero enfrentaron problemas como el enriquecimiento ilícito y las acusaciones de tener gustos caros y extravagantes, pese a que para fray Juan de Zumárraga eran los abogados de la iglesia y debían poner el ejemplo, de tal manera que muchos de los clérigos seculares lo siguieran.

Lucero Raya Guillén, de la Universidad Contemporánea de las Américas, presentó su trabajo «El clero secular en Michoacán durante el siglo XVIII. Los problemas disciplinares de una diócesis novohispana», y en su exposición dijo que los obispos de Michoacán se quejaron constantemente de los indígenas y de los españoles, pero sobre todo del clero, en un contexto en el que la Corona buscaba el control del obispado.

En su ponencia «Golpes, guantadas y calabazadas. La travesía de unos colegiales del seminario de Guadalajara hacia la Real Universidad en 1708», Rafael Castañeda García, del IIUE de la UNAM, compartió datos de la travesía de unos seminaristas colegiales que iban a la Ciudad de México a presentar sus exámenes para adquirir el grado de bachilleres y de la riña de uno de ellos don Manuel Garrido de Rivera, quien iba a cargo de sus compañeros, en representación del rector del Seminario de Guadalajara y a quien se comprobaron abusos y se castigó con la cancelación de la beca que tenía.

Luis Fernando Vivero, estudiante del Doctorado de Historia de la UNAM, presentó «La reforma del clero secular en el arzobispado de México, 1764-1810. Críticas a la clerecía, expectativas de cambio y realidades», en la que dijo que cuando los obispos notaron que existía una gran cantidad de clero, pero que no todos tenían una responsabilidad, intentaron controlar el alto número de sacerdotes y los problemas disciplinares que se presentaban.

El coloquio continuará por redes sociales el jueves, a las 12:00, y el viernes, a las 16:00, con mesas de trabajo dedicadas a «Clero regular novohispano» y «Hacia problemáticas comunes en torno al clero novohispano», con la participación de especialistas de la Universidad Iberoamericana-Puebla, la UNAM, El Colegio de México, el CIESAS, la Universidad de Zacatecas, la Universidad de Guadalajara y la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.