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La insoportable levedad del ser

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Por lo que podemos ver, la mayor parte de los políticos hace tiempo que han adoptado la máxima de San Ignacio de Loyola: ‘en tiempos de desolación, no hacer mudanza’, y así nos va, como intento explicar en el presente escrito.

La popularización del citado pensamiento de Íñigo López de Oñaz i Loiola (1491 – 1556), es incorrecta, pues habitualmente se sustituye ‘desolación’ por tribulación, tormenta, etc., siendo la expresión más generalizada la siguiente: ‘en tiempos de crisis, nunca tomes decisiones importantes’.

Y, habitualmente, por comodidad, ignorancia o intencionadamente, no se expresa el mensaje de forma completa, ya que la quinta regla de la primera semana de los ejercicios espirituales (1548), (EE318), dicho santo dice:

‘En tiempos de desolación nunca hacer mudanzas, más estar firme y constante en los propósitos y determinación en que estaba el día antecedente a la tal desolación, o en la determinación en que estaba en la antecedente consolación. Porque, así como en la consolación nos guía y aconseja más el buen espíritu, así en la desolación el malo, con cuyos consejos no podemos tomar camino para acertar’.

Es decir, en ese mensaje religioso, el autor no considera sinónimos tribulación y desolación, pues considera que existe desolación cuando existe oscuridad y turbación; opone la desolación a la consolación, y considera que en ese momento no hay que hacer mudanza (tomar decisiones drásticas y extremas, es decir, romper la baraja, o tirarlo todo por la borda), sino al contrario, perseverar con constancia.

Y, está claro que la necesidad o no de hacer mudanzas, depende de las circunstancias, pues, a veces, es preciso y obligado hacerlas, pero nunca guiados, exclusivamente, por los sentimientos y las emociones, si no, también, racionalmente.

Dejando de lado la vida espiritual, para aterrizar en nuestra supervivencia terrenal, me parece que los políticos, en general, cuando consiguen el poder buscado, siempre tienen ‘argumentos’ para no hacer cambios, cualquier detalle les sirve de excusa para no modificar las circunstancias que les han llevado a su poltrona, no fuera que la perdiesen o peligrase; y esto lo vemos de forma especial en Pedro Sánchez (PSOE) y Pere Aragonès (ERC), por citar solo dos ejemplos.

Y, contrariamente, los que quedan en la oposición, en general, intentan promover los cambios, o, en el caso de Alberto Núñez Feijóo (PP), con interés de romper las reglas de juego, aplicando la crítica destructiva. 

Así es la mecánica política, la actual y la de siempre.

Por eso es tan desmotivadora una opción como la otra.

Los actuales gobernantes, si realmente merecieran el adjetivo de ‘políticos’, deberían dedicarse a los intereses públicos, generales, por encima de cualquier otro tipo de interés más o menos espurio (falso o ilegítimo); pero nuestra experiencia nos confirma que siempre priorizan sus propios intereses y los de sus partidos políticos.

Un claro ejemplo de ese interés ilegítimo, lo vemos hoy con la visita a Catalunya de una delegación de 12 eurodiputados de la comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, con el objetivo de analizar el modelo de inmersión lingüística; pero no nos engañemos, esa comisión, presidida por la ignominiosa Dolors Montserrat Montserrat (PP), una catalana visceralmente españolista, ha venido acompañada con correligionarios de la derecha y extrema derecha, y responde a una petición del 2017, efectuada por la ‘asamblea para una escuela bilingüe’, no es más que una muestra de mala leche, pues pretende acabar de desprestigiar y hundir a nuestra lengua, seguir minorizándola, hasta reducirla a un mero folclorismo regional, de uso privado; y, de ese modo, acabar la tarea iniciada por el nefasto Felipe V, con su decreto de Nueva Planta (1715)

La UE ha insistido, de forma repetida, que la política lingüística es un asunto interno de cada estado. Y así, nos deja a los catalanes, pies de los caballos de los todopoderosos estados.

Pero, aún así, el PP ‘aprovecha’ irregularmente sus recursos y posibilidades, para hacer daño. Y, la UE calla y deja hacer, de forma inconcebible. Ya sabemos que la derecha y extrema derecha (si es que hay alguna diferencia entre ellos) está dominando en muchos de los estados, y así nos va y nos irá peor, según presentan las tendencias.

Y que una catalana como Dolors Montserrat quiera mostrar como una vergüenza que en Catalunya se quiera promover el catalán y la enseñanza en esa lengua, nos muestra que aquí tenemos de todo, pero, claro, como vemos, también tenemos verdaderas analfabetas colonizadoras, agresivas y aguerridas contra todo lo que huela a su propio país, a sus raíces culturales e históricas.

Es comprensible que el PP tenga un modelo de gobernanza diferente, adaptado a su ideología liberal; pero eso no tiene nada que ver con la persecución de todo lo referente a Catalunya, salvo, claro, que consideran que el único estado válido, creado por su dios en el momento del big bang, es, exclusivamente su reino español, una unidad de destino en lo universal, como estableció y sigue estableciendo la falange española.

Vemos que la estrategia del PP es apoderarse de todo lo que les interesa y conviene, un ejemplo de esta semana lo hemos visto con las declaraciones de otra nefasta gobernante (antipolítica) como Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la comunidad de Madrid, que, al visitar el puerto de Valencia, dijo que ‘Valencia es el puerto de Madrid’, expresión celebrada, de forma acrítica, por los gobernantes valencianos del PP.

En esa línea, está claro que consideran que Catalunya es una extensión del cortijo madrileño, en el que no podemos tener diferente lengua ni costumbres.

El periodista Andreu Barnils, en un artículo titulado ‘Cuando te matan los tuyos’  se refiere a la matanza de 3 ciudadanos judíos cautivos en Gaza, que, el ejército israelí mató, por error, y explica los bulos y mentiras que habitualmente utilizan los gobiernos para vender sus acciones. Y nos pone un ejemplo, como la muerte de Buenaventura Durruti (1896 – 1936), un icónico revolucionario, que, por lo que ahora se sabe, murió en un tonto accidente, al golpear la culata de su propio fusil contra su propio vehículo, como muestra de gran cabreo; y el fusil se disparó e hirió mortalmente a Buenaventura; y, esa muerte fue ‘utilizada’ atribuyéndola a los fascistas.

(Vilaweb, 16 de diciembre)

Tomando ese artículo como eje vertebrador, y salvando las distancias, pues no hay excusa posible para tapar un asesinato, en ese caso el de los 3 judíos, que iban con el pecho descubierto, llevando un pañuelo blanco y gritando en hebreo. Es verdad que todos los soldados, en situaciones extremas, de máximo estrés, realizan acciones guiadas por el más simple sentido de supervivencia. Pero, ni así, pueden ser excusados. Cualquier vida debería ser sagrada, pero, claro, inmersos en un baño de sangre y de desprecio del enemigo, discernir, ponderar, valorar, etc., no cabe en su instrucción. Y, más execrable, si cabe, es que después los respectivos gobernantes manipulen la verdad.

Pues bien, Barnils dice: ‘puestos a morir, gusta que sea el enemigo el que mate al héroe’; pero, en nuestro caso, y, repito, salvando las distancias, que los ‘asesinos’ de nuestra cultura, sean las huestes (PP, Vox y Ciudadanos) dirigidas por esa catalana Dolors Montserrat Montserrat (vaya deshonor llevar ese apellido y repetido), no es morir por ‘fuego amigo’, pues es una muestra de que esa persona es enemiga de Catalunya, del país catalán, de su país de origen.

Pero nuestro problema no se limita a la derecha y extrema derecha, ya que el PSOE no se queda a la zaga, cuando se trata de devaluar, perseguir, expoliar y reprimir a los catalanes.

Un buen ejemplo de la mala praxis de Pedro Sánchez (PSOE) la vemos, nuevamente, con la reciente información conocida sobre el espionaje de muchos ciudadanos catalanes.

La periodista Àngels Martínez Castells, en su genial artículo titulado ‘De Euclides a Lewis Carrol pasando por Pegasus, Octuvre y Marlaska’, comenta:

‘Me refiero, por ejemplo, a cuando parece que el nombre no hace la cosa (o sí), Euclides y sus postulados básicos (…) y no sé bien cuántos de estos rechazó implícitamente el ministro de interior del reino, cuando negó que la policía nacional o la guardia civil -que dependen del ministerio- pudiesen disponer del programa pegasus (…) por lo que les invito a hacer una prueba a partir de algunas nociones comunes heredadas de Euclides, como son:

  1. Dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí.
  2. Si a cosas iguales añadimos cosas iguales, todos son iguales.
  3. Si a cosas iguales sacamos cosas iguales, los restos son iguales.
  4. Las cosas que se superponen son iguales.
  5. El todo es más grande que la parte.

(…) En una acción de espionaje ilegítima, si eres el amo, no solo puedes darle el nombre que quieras, sino que puedes darle un sentido legítimo porque los amos de las palabras suelen ser también los amos de las leyes. (…) Por si Grande-Marlaska no lo recuerda o no lo quiere recordar, desde la guardia civil (¡angelitos!) nos dicen que (…) quieren acceder las comunicaciones de independentistas, a sus agendas, mensajes, video-llamadas, historial de navegación, redes sociales, árboles de archivos, fotos, audios, etc. (…) mediante el pegasus o bien, siguiendo la propiedad transitiva de una relación euclidiana, que dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí. O que DARS, o SITEL, o la plataforma SILC, que contiene diversos programas espía, cumplen los otros puntos de los principios euclidianos, entre ellos que un TODO es más grande que las partes que contiene.

(…) Avabo con un giro final a una argumentación tan triste, de amenazas funestas, que sólo se puede hablar desde el humor, si se quiere preservar la poca salud que, como sociedad, nos queda…

‘Cuando hago servir una palabra -dijo Humpty Dumpty en un todo despectivo- esta palabra significa exactamente lo que yo quiero que signifique, ni más ni menos.

La cuestión -dijo Alicia- es si usted puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.

La cuestión -dijo Humpty Dumpty- es quién es el amo, eso es todo’

Con esta cita de ‘Alicia a través del espejo’ se explica que una acción de espionaje ilegítima, si eres el amo, no solo puedes darle el nombre que quieras, sino que puedes darle un sentido legítimo porque los amos de las palabras suelen ser también los amos de las leyes (…)’

(Elnacional.cat, 18 de diciembre del 2023)

Efectivamente, Pedro Sánchez se considera el amo de las palabras y de las leyes, y con sus argucias supera al mencionado Humpty Dumpty, pues, Sánchez, también con la misma cara de huevo de ese personaje, miente sin pestañear, sin pudor, sin ética ni moral.

Y ante esta situación generalizada del españolismo contra Catalunya, me parece inconcebible ver que nuestros partidos independentistas se limiten a interpretar de forma errónea y sesgada el citado pensamiento de Ignacio de Loyola, tomando su máxima: ‘en tiempos de desolación, no hacer mudanza’, entendida como ‘en tiempos de crisis, nunca tomes decisiones importantes’.

Pero, claro, lo que no quieren ver esos partidos ni sus líderes, es que el problema, la ‘crisis’ son ellos, la comportan ellos; por eso no quieren tomar las decisiones necesarias para el país.

Y si eso es grave, todavía lo es mucho más que, nosotros, la ciudadanía de base, aceptemos la situación actual, la del reino español y la actual en Catalunya. Que hayamos asumido nuestra impotencia, que hayamos aceptado que el reino español tiene un estatus superior, por lo que no vale la pena seguir con la confrontación, y, por lo tanto, incluso banalicemos el mal que nos hacen.

Como vemos, la tónica casi generalizada entre los independentistas de base, es la de haber congelado las ilusiones, para un futuro lejano; y, ahora, presentar un voluntario déficit de atención a todos los problemas que nos implican, como los mencionados, tolerar los espionajes, las persecuciones, etc., y preferir surfear ante las noticias, sin profundizar.

Y claro, ante el resultado del informe Pisa, ahora todos los políticos y ciudadanía en general, todos convertidos, milagrosamente, en verdaderos expertos en pedagogía, dictaminamos que el problema está en las pantallas, en el uso exagerado de los teléfonos móviles que tienen nuestros hijos, incluso en el colegio. Y no vemos que los adultos, como ‘supuestos modelos’ somos unos adictos empedernidos.

Uno de los peores ejemplos lo tuvimos con Celia Villalobos (PP), la presidenta del congreso de los diputados, que, en febrero del 2015, ejerciendo la presidencia de la cámara en pleno discurso del jefe de gobierno, los periodistas gráficos la pillaron jugando al Candy Crush. Y ella lo justificó, posteriormente, que era por aburrimiento.

En teoría, el congreso de los diputados ha de ser la catedral de la palabra, en la que se trata de solucionar los problemas de la ciudadanía. Pero, claro, de la teoría a la práctica hay un abismo.

Si en aquel momento hubiese imperado la ética, en todos los partidos, la hubiesen expulsado, depurado e inhabilitado para cualquier futuro cargo político.

Pero, no fue así, como sabemos, y todo quedó en meras críticas de café. 

Y así va pasando todo, problema tras problema, todos los gobernantes siguen aferrados en sus poltronas y, nosotros, la ciudadanía, seguimos mostrando la insoportable levedad de nuestro ser (rememorando la novela de Milan Kundera (1929 – 2023), publicada en 1984), pues, tal como estamos, sólo nos queda intentar mejorar, superar las dudas existenciales que no hacen más que deprimirnos, si es que realmente seguimos queriendo la independencia de un reino tan corrupto como el español.

El escritor y cineasta Éric Vuillard (n. 1968), en su obra ‘El orden del día’ (editorial Tusquets, 2018) narra la pacífica anexión de Austria por los nazis, y, tras revisar los pequeños detalles, las torpezas y miserias de unos personajes mezquinos y ridículos, que se doblegaron a la primera sin advertir el drama feroz que se avecinaba, y menospreciando la banalización del mal (Hannah Arendt),  Vuillard concluye que ‘nunca se cae dos veces en el mismo abismo; pero siempre caemos de la misma manera, con una mezcla de miedo y de ridículo’.

Y me parece que, si seguimos así, con esa mezcla de miedo y de ridículo, los independentistas acabaremos diluyéndonos, como las lágrimas en la lluvia (recordando a Blade Runner).