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‘Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí’

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Para ‘sintonizar’ con las fiestas, mis últimos escritos han sido más generalistas, pero ahora ya toca aterrizar de nuevo, por lo que en este escrito hago una primera aproximación a la dura realidad.

Para titular el presente escrito, he tomado el relato más corto en lengua castellana, ‘El dinosaurio’ (1959), del escritor guatemalteco Augusto Monterroso Bonilla (1921 – 2003), que he citado en diversas ocasiones; y que en esta ocasión me parece que sintetiza a la perfección la situación del actual momento.

Como hemos visto estos últimos días, en la prensa y tertulias ha proliferado todo tipo de mensajes ‘festivos’, deseando felicitaciones y buenos deseos a diestro y siniestro, para quedar bien. Pero podemos constatar que los problemas que teníamos a nivel global siguen bien vivos, como, por ejemplo: la violencia y discriminación de género, la desigualdad económica y social, la migración, el racismo, la inseguridad, la escasez alimentaria y nutricional, el paro, las guerras, la falta de democracia, la educación, la sanidad, la falta de agua, el cambio climático, la inteligencia artificial, etc.

Y vemos que al nivel político sigue habiendo una gran crispación que aprovechan los partidos de derechas y de extrema derecha, pues la ultraderecha ya forma parte de cinco países de la UE: Italia, Polonia, Hungría, Finlandia, Letonia, y en Suecia presta el apoyo parlamentario al actual ejecutivo.

Y en este año 2024, 70 países celebrarán elecciones, entre ellos: EUA, India, Rusia, El Salvador, México, Panamá, República Dominicana, Uruguay, Venezuela, Ucrania, Taiwán, Indonesia, Portugal, Bélgica, Austria, Reino Unido, etc., escogerán nuevo presidente. Asimismo, la UE (27 países, 400 millones de ciudadanos) elegirá a sus representantes al parlamento europeo.

Es decir, más de 2000 millones de personas podrán acudir a las urnas (de los 8000 millones de habitantes en el mundo -incluyendo los menores de edad-); siendo este 2024, el año con más convocatorias electorales de la historia.

Y, en este mundo globalizado, las elecciones más cruciales serán las de los EUA, previstas para el 5 de noviembre.

Al nivel europeo, las elecciones de la UE, previstas para los días 6 – 9 de junio, también serán importantes para verificar la consolidación de los bloques derecha / izquierda y la determinación del grupo que dirigirá la Comisión Europea en los próximos años.

En España, en principio se convocarán elecciones en el País Vasco y Galicia, en el próximo mes de julio, poco después de las elecciones europeas citadas.

Y todo ello, obviamente, comporta y comportará una convulsión en todos los ámbitos, ya que los ‘políticos profesionales’ mostrarán su mayor crispación e irritación, pues tendrán miedo, y se sentirán intranquilos y nerviosos, ante la posibilidad de perder sus actuales poltronas y prebendas. Y todo ello redundará en un estrés en la población, que aprovecharán los medios de comunicación, para potenciar la crispación, para asegurar sus propios beneficios.

Cuando, lo que precisaría la ciudadanía, es la distensión, ya que únicamente así se pueden llegar a acuerdos para abordar con éxito los mencionados retos.

Y esa crispación política no es debida únicamente a la contraposición de programas de actuación, sino que, en la mayoría de casos, los políticos y partidos, se dedican, fundamentalmente, a deslegitimar a los otros, sin considerar que, de ese modo, se deslegitiman las elecciones y se rompe la convivencia, pues la polarización comporta tensión social. Y esa situación se tensa, todavía más, cuando los partidos políticos perdedores, no reconocen la legitimidad de los vencedores, como hemos visto en diferentes casos, desde los EUA hasta, recientemente, en el reino español.

Por eso, no deja de ser paradójico que un año como este 2024, que debería ser una fiesta de la democracia, en realidad será una orgía de tensiones y frustraciones, que generará un aumento de la agresividad, de la violencia verbal, ya que la percepción de la realidad, por parte de la ciudadanía será totalmente equivocada, al ser inducida por los respectivos partidos políticos.

Es decir, a nivel general predominará la depresión, la tristeza, mientras que la ‘felicidad’ y la satisfacción, quedará reducida a una minoría; pues incluso entre los vencedores, la crispación no desaparecerá. Por lo tanto, predominará la angustia, la negatividad y la irritabilidad, en definitiva, más estrés y, en consecuencia, menos bienestar emocional. Salvo los que permanecen en su burbuja, ajenos a todo, claro.

En este momento, en el reino español tenemos, a modo de ejemplo de actuaciones irresponsables, las siguientes, de estos días:

1)

El PP (Alberto Núñez Feijóo) propuso ayer, (3 de enero) disolver a los partidos o entidades (como Òmnium Cultural y la Assemblea Nacional Catalana) que impulsen un referéndum de autodeterminación o consultas ilegales, pretenden endurecer el código penal para incorporar delitos de deslealtad constitucional.

Y todo ello, para ‘rearmar’ al estado, como argumentó Miguel Tellado, portavoz del PP. Como si el estado no estuviera ya excesivamente armado, para combatir y derrotar a movimientos pacíficos, como el nuestro (de los independentistas catalanes), Y, claro, este partido, presentó, asimismo, una enmienda a la totalidad de la ley de la amnistía, junto con Vox.

2)

Por su parte, el PSOE (Pedro Sánchez) ha mostrado, nuevamente, su falta de ética, al pretender introducir en el decreto ‘omnibús’ que regula labores funcionariales y fondos europeos, un verdadero torpedo a la línea de flotación de la ley de la amnistía acordada y pactada, al plantear la paralización de la misma, ante la demanda de prejudiciales al tribunal de justicia de la UE.

De este modo, hemos podido ratificar, de nuevo, la forma de hacer política por parte de Pedro Sánchez y su escudero Félix Bolaños; una forma más bien propia de los fariseos bíblicos. Pues pactar y celebrar un acuerdo para conseguir la investidura y, una vez en la poltrona, activar los resortes para neutralizar dicho acuerdo, y, claro, ‘rearmar’ al estado, como quiere el PP; pues, al fin y al cabo, ambos partidos son las dos caras de la misma moneda institucional: monárquica y con vestigios franquistas.

Y en ese blindaje institucional que ambos partidos protegen y potencian, encontramos ejemplos chuscos, entre los que resalto los más recientes, uno del PP y otro del PSOE:

3)

Que el tribunal superior de justicia de Madrid acepte las medidas urgentes solicitadas por la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (PP), para vetar, cautelarmente (y sin plazo final determinado), el acceso a su expediente académico; obviando la ley de transparencia. Así, sigue siendo un misterio dicho expediente, a pesar del interés que ha suscitado en diferentes medios.

En diciembre del 2022, el rectorado de la Universidad Complutense de Madrid decidió nombrar a dicha señora, ‘alumna ilustre’ de la facultad de ciencias de la información, lo que generó una fuerte oposición entre profesores, alumnos y trabajadores; el caso llegó al Consejo de Transparencia después de que una periodista de Newtral solicitase al Portal de Transparencia los datos académicos de la presidenta; pero el sistema sigue ocultando esa información que debería ser pública.

Y, claro, algo debe ser ilegal o alegal, para efectuar tantos esfuerzos y recursos para tapar este tema, ya que incluso, la presidenta Ayuso, el pasado diciembre, aprobó una ley para quitar funciones y atribuciones al consejo de transparencia de la comunidad de Madrid; pues nadie ha olvidado los títulos académicos de postgrado ‘regalados’ por la Universidad Juan Carlos I, a Cristina Cifuentes (anterior presidenta de la comunidad de Madrid) y a Pablo Casado (anterior líder del PP)

4)

La noche de final de año, un grupo de manifestantes del PP y Vox se concentraron ante la sede del PSOE en Madrid, en la calle Ferraz, llevando un muñeco representando a Pedro Sánchez, al que varios manifestantes golpearon con un palo.

Y eso, claramente, ofendió a Pedro Sánchez y al PSOE, por lo que su portavoz comentó que su partido estudiará todas las actuaciones legales para presentar una denuncia por un posible delito de odio.

Evidentemente, ese tipo de acciones, me parece un claro ejercicio de libertad de expresión; a las que no se puede aplicar el delito de odio, ya que no se trata de ningún grupo objetivo minoritario o desprotegido. Otra cosa es el mal gusto de esas acciones (a mi modo de ver), pero sobre esto hay opiniones de todos los gustos.

Pero, el problema está cuando, en el 2019, en la fiesta de la Quema del Judas de Coripe (Sevilla), que se realiza en la fiesta de Resurrección, se efectuó el fusilamiento y quema con gasolina, de un muñeco de paja, representando al president Carles Puigdemont; y, claro, la fiscalía no vio delito, y archivó la denuncia presentada por la Generalitat de Catalunya, al considerar que: ‘No puede compartirse la afirmación contenida en la denuncia de que el contenido de la fiesta suponga una discriminación o rechazo a una ideología política ni ampara, en modo alguno, actos de incitación a la violencia contra personas o colectivos identificables por la misma’

Y en ese caso, ningún político, ni partido (PP / PSOE), salieron en defensa de Puigdemont. Y ese diferente posicionamiento comparativo, cuanto menos es escandaloso y amoral.

Como sabemos, el problema del descrédito de la mayoría de los políticos e instituciones es generalizado, como muy bien explica Alfons Durán-Pich, en su artículo titulado ‘Feliz año nuevo’, en su blog alfdurancorner.com, de fecha de hoy (4 de enero), refiriéndose, entre otros casos, a la imputación ilegítima de Laura Borrás, expresidenta del Parlament de Catalunya.

Ese mismo autor, el pasado 17 de marzo del 2023, publicó un escrito titulado ‘La banda de los cuatro’, en el que describía los negocios multimillonarios de Bush jr., Blair, Aznar y Berlusconi; centrándose, de forma especial en los tres primeros, patrocinadores de la guerra contra Irak. Y recomiendo su lectura, ya que confirma, claramente, el tema de la corrupción intelectual y material que nos ocupa.

Así que, en este inicio de año, nos encontramos ante una verdadera tormenta perfecta, expresión de origen meteorológico, aplicada a situaciones en las que diferentes factores de riesgo, cada uno de los cuales por separado no generarían un impacto definitivo, se combinan entre sí para dar lugar a una catástrofe inevitable; y esa expresión se ha venido utilizando, como un tópico, aplicado a situaciones diversas, pero turbulentas.

Pero en el reino español, esa tormenta es imperfecta, ya que su final es impredecible.

Y los independentistas catalanes deberíamos ser capaces de reaccionar de forma perfecta frente a la tormenta imperfecta; es decir, debemos actuar inteligentemente, con paciencia, pues tenemos información suficiente, experimentada de forma especial durante esta última década, para autoprotegernos y coordinarnos de forma eficaz, para sobrevivir a las lluvias y vientos tormentosos, gotas frías y danas.

Y para evitar los daños, lo primero es evitar los riesgos. Y así como es desaconsejable construir en barrancos, faldas y laderas, nosotros sabemos que no podemos esperar que el estado español nos facilite la realización de un próximo referéndum. Debemos prevenir acciones desde la base, para protegernos y contrarrestar la desmovilización que han conseguido los diferentes partidos independentistas.

Para finalizar, me parece ilustrativo el siguiente mensaje:

‘La muerte le pregunta a la vida: ¿Porqué a mi todos me odian y a ti todos te aman?

La vida le responde: Porque yo soy una bella mentira y tu una triste realidad’

Pues bien, no dejemos deslumbrarnos por las bellas mentiras que nos puedan llegar del estado español, en especial del trilero Pedro Sánchez, pues la triste realidad que nos han demostrado estos últimos 310 años (desde 1714) es que sólo nos quieren como una mera colonia a la que explotar, en todos los sentidos.

Debemos prepararnos mejor, para actuar de forma más operativa, coordinada y eficiente (y aparcando a los que nos han defraudado), no hay otra, si queremos seguir nuestro camino.

Ese debería ser nuestro objetivo político para este año 2024. Sólo así evitaremos que se repita la pesadilla: que al despertar, veamos que el dinosaurio español sigue explotándonos.