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La experiencia ya no es un valor

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

El nombramiento de Gabriel Attal, de 34 años, como nuevo primer ministro francés, el más joven de la historia, me parece que merece una reflexión, que intento provocar con el presente escrito.

Al día siguiente de la dimisión forzada de la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, ayer, el presidente Emmanuel Macron nombró, como sustituto, a Gabriel Attal de 34 años.

Attal conocido como el ‘Macron boy’, tras estudiar en centros de élite, al acabar la licenciatura en ciencias políticas, empezó su carrera política, inicialmente en el partido socialista y, unos años después, a los 27 años, pasar al macronismo, ocupando diferentes cargos en los ministerios de hacienda, agricultura, asuntos exteriores y, desde hace medio año, ministro de educación.

Antes de proseguir, creo que es preciso puntualizar diferentes aspectos:

  • Yo, que este año cumpliré los 74, evidentemente, tengo una visión sesgada respecto a las generaciones más jóvenes, a pesar de que intento estar mínimamente actualizado y siempre he intentado ser empático.
  • También sé que no es correcto confundir la edad con la experiencia, ni la experiencia con la capacidad.
  • Me parece incorrecto sobrevalorar las novedades, los recién llegados (por su novedad); sobrevalorar a los tecnócratas; deslumbrarse por las novedades tecnológicas o por la mera verborrea (en mi vida laboral he visto infinidad de ejemplos de estos casos)

Partiendo de estas premisas, intento que el presente escrito sea objetivo, por lo que, en primer lugar, me parece preciso que deberíamos considerar:

  • ¿si en un momento como el actual, tan cambiante, en el que las cosas de ayer ya son viejas, obsoletas, realmente hay cabida para la valoración de la experiencia?,
  • ¿si la obsolescencia programada ya fue el primer paso para matar a la experiencia?,
  • ¿si esa rápida evolución, que incide de forma especial en determinados estudios científicos y trabajos de tecnología punta, deja la valoración de la experiencia a los ámbitos manuales, artesanales, humanísticos y sociales?

La respuesta a estas y otras preguntas en esa misma línea, debe quedar enmarcada en el verdadero rol de la experiencia, que, según el diccionario de la RAE, es: ‘la práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo; destreza, pericia, maestría, veteranía’.

Pero, como ya dijo el novelista español José María de Pereda (1833 – 1906): ‘La experiencia no consiste en el número de cosas que se han visto, sino en el número de cosas que se han reflexionado’; en línea con lo que ya he apuntado sobre el error de confundir la experiencia con la capacidad (en el caso del citado novelista, siendo el menor de 22 hermanos de una familia hidalga, seguramente, su vida familiar fue una gran experiencia vital)

Y si consideramos el término ‘experimentar’, según el citado diccionario de la RAE, viene del latín ‘experimentare’ y significa ensayar, hacer una prueba, probar y examinar prácticamente las propiedades, comprobar, etc. Y esa experimentación, considerada a nivel general y transversal, forzosamente incide y modula la experiencia vital y, evidentemente, en la personalidad (en nuestra identidad, nuestro presente, nuestro estilo de vida, nuestras rutinas)

Varios pensadores comentaron sobre la experiencia, entre los que destaco las siguientes frases:

‘No puedes adquirir experiencias haciendo experimentos. No puedes crear la experiencia. Debes experimentarla’ (Albert Camus, 1913 – 1960)

‘La persona inteligente busca la experiencia que desea realizar’ (Aldous Leonard Huxley, 1894 – 1963)

‘El conocimiento se adquiere leyendo la letra pequeña de un contrato; la experiencia, no leyéndola’ (Francis Bacon, 1561 – 1626)

‘La experiencia por sí misma no es ciencia’ (Edmund Husserl, 1859 – 1938)

‘Sólo la propia y personal experiencia hace al hombre sabio’ (Sigmund Freud, 1856 – 1939)

Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo’. ‘No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla’ (Thomas Alba Edison, 1847 – 1931)

Aprendemos de la experiencia que los hombres nunca aprenden nada de la experiencia’ (George Bernard Shaw, 1856 – 1950)

‘La única fuente de conocimiento es la experiencia’ (Albert Einstein, 1879 – 1955)

‘El pesimista es un optimista con experiencia’ (François Roland Truffaut, 1932 – 1984)

‘Convierte tus heridas en sabiduría’ (Oprah Winfrey, n. 1954)

‘El conocimiento de ningún hombre puede ir más allá de su experiencia’ (John Locke, 1632 – 1704)

‘A menudo se restringe la experiencia a ciertos tipos de consciencia, como la percepción o la sensación, a través de las cuales, el sujeto consigue el conocimiento del mundo. Pero en un sentido más amplio, la experiencia incluye otros tipos de sucesos conscientes además de la percepción y la sensación; es el caso, por ejemplo, de la experiencia de pensar o de la experiencia de soñar’ (Wikipedia)

En base a todo lo expuesto, me parece que podemos volver con el mencionado nombramiento del primer ministro francés, de 34 años, y me surgen las siguientes cuestiones:

Los cargos de jefe de gobierno, ministros, diputados y senadores, etc., realizan, generalmente, funciones de gestión, no son funciones de tecnología punta. Por eso, me parece evidente que, para realizar adecuadamente sus cargos, las personas en cuestión deberían tener una trayectoria vital que contemplara una experiencia laboral en el sector privado (con excepciones, como pasa siempre, pues, por ejemplo, un ministro de sanidad que, ineludiblemente debería ser médico, puede haber tenido su experiencia en la sanidad pública). Y, desde mi perspectiva de viejo, me parece que incluso la experiencia de tener hijos, que, sin duda, enriquece la experiencia vital, debería ser un plus (con muchísimas excepciones, como es lógico)

Me parece que es interesante recordad que el término ‘senador’, etimológicamente viene del latín ‘senator’, miembro del senado. Sus componentes son ‘senex’ (viejo) más el sufijo ‘tor’ (‘ado’, agente)

Y no me parece que la ‘experiencia’ del mencionado y flamante nuevo primer ministro francés, Gabriel Attal, de 34 años, tenga un valor relevante; pues, ir cambiando de ministerio tan a menudo como lo ha ido haciendo, lo que demuestra, a mi modo de ver, es que es un ‘escalador’ profesional, un trepa, ya que estar unos meses en un puesto de trabajo, apenas da un baño en el currículum, nada más. Con unos meses, o con el medio año que llevaba como ministro de educación, no es posible vivenciar aciertos y errores; pues aceptar y aprender de las malas experiencias, para hacer cambios buenos después de aprender de ellas, es el mejor aprendizaje, el conocimiento más profundo y sólido, para asumir las responsabilidades.

Es verdad que el régimen político francés es presidencialista, y que la figura del primer ministro no tiene tantas responsabilidades como en otros estados; por lo que, quizás, Macron ha buscado a una persona que su ‘valor’ sea que siga siendo un fiel ‘Macron boy’; pero eso no es ser un estadista.

En todos los lugares hemos visto personas jóvenes, sin experiencia laboral alguna, que, tras hacer carrera en su partido político, han llegado a posiciones relevantes; aquí en Catalunya lo hemos visto en consellers, regidores, etc.; pues el valor buscado es la fidelidad, la sumisión acrítica.

En definitiva, que me parece que estamos desvalorizando muchas cosas, muchos elementos básicos, pensando que la ‘modernidad’ lo compensa todo; y eso, a mi modo de ver, es un gran error, otro más. Y así nos va.

Ya he comentado que soy mayor, pero estoy totalmente en contra de los estereotipos habituales, como los que reflejan los refranes españoles: ‘La experiencia es un grado’ o ‘Más sabe el diablo por viejo que por diablo’; ya que, si aplicásemos esa ‘filosofía’, todavía viviríamos en las cavernas (claro que muchos políticos españoles siguen en ellas, pero eso es otro debate)

Y me parece importante remarcar que otro gran error, similar al de nombrar a excesivamente jóvenes sin experiencia vital, es el de mantener a vejestorios, como Joe Biden (81 años), Vladimir Putin (71 años), etc., pues es inconcebible que intenten aplicar su visión del mundo (inevitablemente desfasada), a un mundo en el que ya no vivirán.

El dibujante Quino (Joaquín Salvador Lavado Tejón, 1932 – 2020), en una de sus viñetas, dibujó a Mafalda, con un peluche y un globo terráqueo. Y Mafalda le dice al peluche: ‘Mirá, esto es el mundo ¿ves?, ¿sabes por qué es lindo este mundo?’ Y Mafalda se responde: ‘porque es una maqueta, ¡el original es un desastre!’.

En otra viñeta, se ve a Mafalda con su globo terráqueo, en el que ha colgado el letrero: ‘¡Cuidado!, irresponsables trabajando’

Y ese es el panorama que tenemos.

Para finalizar con un pensamiento positivo, me parece un buen colofón el siguiente pensamiento:

‘La suerte es lo que ocurre cuando la preparación se encuentra con la oportunidad’ (Lucius Anneus Seneca, 4 a.C. – 65)

Y todos tenemos preparación y experiencia en determinados campos, y deberíamos ampliarlas y actualizarlas para que, cuando nos llegue la oportunidad, sepamos aprovecharla. Y en eso deberíamos estar los independentistas catalanes.