*La experiencia histórica señala que entre las epidemias de viruela, tifus y gripe española y la de H1N1 se dio el gran avance de la medicina; hay que reflexionar y actuar: Raymundo Martínez García
La reclusión en los hogares como medida de protección da oportunidad de valorar el avance de la ciencia médica, trabajar la comunicación entre los miembros de las familias, discriminar en el gran volumen de información que se recibe por diferentes medios para quedarse solo con la que es confiable y que los gobiernes diseñen con premura las medidas económicas que protejan el empleo y la viabilidad de las medianas y pequeñas empresas, afirmó Raymundo Martínez García, coordinador de Investigación y profesor-investigador de El Colegio Mexiquense.
El historiador señaló que una de las enseñanzas que dejaron las epidemias de viruela (el cocolixtli) que diezmaron a la población indígena en el siglo XVI, los brotes de tifus del siglo XIX y la gripe española de 1918 es que la falta de medidas de higiene, entonces desconocidas, dejó indefensa a la población, hasta que la reclusión y el uso de algunos paliativos derivados de la herbolaria junto con el desarrollo de anticuerpos en los trs primeros casos, y las vacunas, en último, ayudaron a superar nuevos brotes de esas enfermedades.
Hoy, el avance la ciencia médica es muy notable, y México no está solo en la atención de la pandemia; además, se tiene la experiencia reciente del virus H1N1, lo que permite que en esta circunstancia se tenga la oportunidad de que la gente participe en la reflexión sobre los efectos del modelo de desarrollo que se ha seguido.
Para los individuos, las familias, los empresarios, los trabajadores, los gobiernos y los centros académicos hay aprendizajes que se pueden sacar de esta circunstancia extraordinaria, abundó.
Insistió en la necesidad de que los gobiernos definan apoyos inmediatos organizados de manera estratégica para proteger el empleo y el ingreso, mediante la atención de las empresas, sobre todo las medianas y pequeñas, que son las que más empleo dan a los mexicanos, así como de la población con ingresos irregulares.
A la escala de las familias se da la oportunidad de revisar la comunicación que la vorágine de la vida diaria ha modificado y revisar la información que se recibe, enseñando a los niños a seleccionar la que es fiable porque viene de una fuente reconocida, como las instituciones internacionales y nacionales de salud, así como las universidades y los centros de investigación, explicó.
Finalmente, se refirió a la necesidad de repensar las políticas públicas, ante la evidencia de que ni gobiernos ni sociedades están preparados para acontecimientos como la pandemia de Covid-19 que pone en riesgo a la población y la economía, y diseñar nuevos instrumentos que permitan la prevención de una eventualidad de las dimensiones que tiene la actual.