Buscar

Dies irae

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

El acuerdo sobre la ley de amnistía ha levantado todo tipo de respuestas, desde las más contrarias, hasta las más satisfactorias; pero, en línea con mi escrito de ayer, creo que es necesaria una gran prudencia (no ilusa), como explico a continuación.

Como era esperable, la respuesta de los medios unionistas (españolistas) está siendo excesivamente crítica con Pedro Sánchez (PSOE) y Carles Puigdemont (Junts), y, en lugar de hacer un periodismo objetivo, se limitan a vomitar sus propias diarreas mentales; por ejemplo: El Mundo abrió con el gran titular: ‘Puigdemont celebra su triunfo y anuncia un chantaje permanente’, La Razón: ‘Puigdemont irá ahora por las balanzas fiscales y los impuestos’, o el ABC: ‘Rescate total a Puigdemont’.

Por su parte, El País, pro-gobierno, abrió con el titular ‘Sánchez ve despejada la legislatura con el pacto de la amnistía’. Y, asimismo, hay medios, como La Vanguardia, monárquica y conservadora españolista que, siguiendo su línea de intentar conformar (adiestrar) el pensamiento del lector, en lugar de hacer periodismo, aprovecha el momento para enterrar el movimiento independentista, como reflejó en un gran titular de cabecera: ‘Pacto por la Ley de amnistía, que deja atrás el Procés’.

Asimismo, la Junta de Andalucía (PP) empezó la ofensiva presentando un recurso de inconstitucionalidad contra la proposición de ley de amnistía, es decir, recurriendo un acuerdo que todavía no es ley. En ese sentido, el consejero Ramón Fernández-Pacheco afirmó que ‘Sánchez amnistió a delincuentes y corruptos, políticos que malversaron fondos públicos sólo porque necesita sus votos, no porque esto contribuya a una mejor convivencia en Catalunya o en el resto de España, sólo por su interés particular  (…) una decisión con un calado desgraciadamente histórico(…) el objetivo del PP es que todos los territorios de España tengan igualdad de condiciones (…) por eso ayer fue un día muy triste para la democracia y haremos lo que tengamos que hacer para defender el interés general de Andalucía (…) probablemente, a lo largo de los próximos días Sánchez dirá que la autodeterminación no se hará nunca en España y que es una línea roja que él nunca pasaría; exactamente, lo que nos dijo con la amnistía antes de las elecciones, por lo que carece de la más mínima credibilidad, ya que ha institucionalizado la desigualdad entre territorios a través de una ley que nunca se debería ni tan solo planteado (…) el partido independentista ya ha amenazado que su reto el estado no acaba aquí, y plantea empezar a hablar de autodeterminación de cara a la negociación de los presupuestos’.

También es destacable la respuesta de Juan Espadas, secretario general del PSOE en Andalucía, que ‘ha hecho una llamada pidiendo a los partidos independentistas que se esfuercen y tengan generosidad para entender a la sociedad española que esta iniciativa del gobierno de Pedro Sánchez es positiva y necesaria (…) que se esfuercen para que la sociedad española comprenda que esto se hace por el interés de España, por eso, Junts y ERC deberían ser copartícipes también a la hora de explicar esta ley’.

(Ketty Calatayud, elnacional.cat, 8 de marzo 2024)

Todas esas elucubraciones, a mi modo de ver, son inmorales, faltas de toda ética y decencia, y al margen de la realidad, pues:

Nadie se acuerda de que el País Vasco y Navarra, tienen regímenes financieros diferentes al resto de las comunidades autonómicas, que, como Catalunya, estamos en el régimen común.

Que históricamente, Catalunya es de las comunidades autonómicas que más contribuyen al estado, y tras el reparto, siempre queda a la cola. Y que, también históricamente, en la ejecución de los presupuestos, Catalunya siempre queda muy por debajo de la media española (del régimen común) e, incluso, muchos años, con porcentajes notablemente ridículos.

Y tampoco olvidaremos el odio, si odio, de muchos españolistas, que, días antes del referéndum del 2017, entre vítores, despedían a sus policías y guardias civiles, al grito de ‘a por ellos’; y, a su regreso los recibieron, alabando su valentía y heroicidad, como si hubieran ganado la Segunda Guerra Mundial ellos solitos.

Con estas premisas, el colmo de los colmos es que encima nos digan que ‘tenemos que esforzarnos para hacer pedagogía diciendo que la amnistía es en beneficio de España’.

Y ver al ‘opusdeísta’ Félix Bolaños, ministro del PSOE, haciendo un gran tour por todos los medios españoles, para repetir que ‘con este acuerdo se pone punto final a una década perdida, que ha perjudicado a Catalunya y a España; y que, con esta ley, se recuperará la convivencia entre catalanes y entre catalanes y españoles’, ya es para ‘mear y no echar gota’.

La única nota positiva de todas esas diarreas mentales es que todos, incluyendo el PSOE, tienen asumido, aunque sea inconscientemente, que Catalunya y España son dos entidades diferentes, por más que nunca lo expresarán de forma explícita y racional.

El PSOE se olvida, como hace siempre de forma interesada, que la aceptación del catalán en las instituciones europeas tuvo como contrapartida, el voto de Junts para que Francina Armengol (PSOE) obtuviera la presidencia del congreso, y que la amnistía era la condición para que Junts votara la investidura de Pedro Sánchez como jefe de gobierno. En ambos casos, el voto afirmativo de ERC ya estaba más que descontado, dado su historial de seguidismo acrítico que ha tenido con el PSOE desde los indultos.

Y, como sabemos, en ambos casos, Junts ha cumplido su compromiso, y ha sido Pedro Sánchez que siempre se ha hecho el remolón y ha intentado rentabilizar la materialización de los acuerdos, para, estirándolos como un chicle, aprovecharlos para obtener otros beneficios adicionales, que no marginales.

En este escrito no quiero entrar en la posición del poder judicial y policial, ya que en mis escritos anteriores ya me extendí bastante, y me ratifico en que nunca aceptarán la ley de la amnistía, y harán todo lo posible para torpedearla. Y, nunca aceptarán que las normas europeas prevalezcan sobre las españolas, así que defenderán a capa y espada la aplicación del actual código penal, que el PSOE no tiene previsto modificar para adaptarlo a la filosofía legal de la UE.

Por eso, estamos en el ‘dies irae’, el día de la ira’ propio de los momentos de maldición y castigo, y así, siguen y seguirán imponiéndonos sus detritus, pues ese es su ‘modus operandi’, su ‘modus vivendi’. Y, claro, Pedro Sánchez, piensa como el estado profundo, lo que pasa es que ahora ‘ha tenido que hacer de la necesidad virtud’, como dijo él mismo, así que ‘mutatis mutandis’, es decir, cambiando lo que haya que cambiar para conseguir su objetivo, es decir, la poltrona presidencial.

Y con estos mimbres, la ciudadanía unionista (española y catalana) nunca se plantea la idea de ‘in dubio pro reo’, es decir, nunca se pone del lado del débil, de los independentistas catalanes. Y, cualquier cosa que les huela a catalán, lo consideran un ‘casus belli’, por lo que siguen y seguirán con su ‘delirium tremens’ carpetovetónico, y aplican la estrategia del ‘dente lupus, cornu Taurus petit’ (el lobo ataca con el diente y el toro con el cuerno), pues tienen asumido que ‘Carthago delenda est’, en nuestro caso, ‘Catalunya debe ser destruida’, como expresó en el senado romano Marcus Porcius Catón el Viejo (234 a.C. – 149 a.C.); ese orador acababa todos sus discursos con esa frase, se tratase del tema que se tratase, era su idea fija, hasta que Carthago fue destruida por Publius Cornelius Scipio Aemilianus Africanus Minor (Escipion Emiliano, 185 a.C. – 129 a.C.), en 146 a.C.

Como es sabido, Carthago fue derrotada, tras un largo asedio en el que la población cartaginesa pasó hambre y todo tipo de enfermedades, y aún así, se defendieron hasta el final. Los supervivientes fueron convertidos en esclavos, y una vez destruida la ciudad, sembraron con sal las tierras para arruinarlas por los siglos de los siglos.

Siguiendo con mi pesimismo, vuelvo con la expresión ‘alea iacta est’, nuestra suerte (o desgracia) está echada, los dados han sido lanzados, pero sabemos que los dados están trucados; ‘consumatum est’; pero confío que los españolistas acaben purgando sus malas artes, ya que ‘qui totum vult totum perdit’ (quien lo quiere todo, todo lo pierde’.

Por eso, los independentistas catalanes debemos seguir planteándonos la mejor y más inteligente manera de confrontarnos con el estado, pues ‘audere est facere’ (atreverse es hacer) y ‘ama et quod vis fac’ (ama y haz lo que quieras)