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Nolito fronti credere

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

El poeta romano (tarraconense) Marcus Valerius Martialis (Marcial, 43 – 104), expresó su pensamiento con el epigrama que he tomado como título de este escrito, que, en castellano, quiere decir: ‘no te fíes de la cara’. Y esa idea me parece muy adecuada para aplicarla a Pedro Sánchez (PSOE), pues, como ya comenté, recurrió al tribunal constitucional la ILP (iniciativa legislativa popular) impulsada en el Parlament de Catalunya, declarando las circunstancias para la futura independencia.

Como vemos, nada nuevo bajo el sol (nihil novum sub sole, según la Vulgata, la traducción latina oficial de la Biblia), ya que Pedro Sánchez ha recurrido, nuevamente, a la sistemática aplicada por Mariano Rajoy (PP) y continuada por el mismo Pedro Sánchez, de trasladar al poder judicial la ‘solución’ de los problemas políticos, confirmándose, nuevamente, que la aceptación de la amnistía fue un simple cambio cosmético para conseguir su investidura.

Así, por más que diga que en esta nueva fase, los problemas políticos deberán tratar de solucionarse en ese ámbito político, Sánchez ha preferido coartar y limitar el debate parlamentario (pues, al trasladarla al tribunal constitucional, queda paralizada de forma automática) y, claro, pensando en clave electoralista.

De ese modo, esta actuación de Pedro Sánchez no deja de ser más que la prueba del nueve de su oportunismo interesado, ratificado en su frase: ‘hacer de la necesidad virtud’; cuando, a mi modo de ver, si hubiese sido sincero, debería haber dicho: hacer todo lo que sea, por necesidad, pero, claro, eso no le dejaba tan bien, de cara a su marketing personal.

Según la citada ILP, impulsada por Solidaritat Catalana y avalada por Junts y la Cup (ERC se abstuvo, claro, para no ‘molestar’ al PSOE) la declaración de independencia será efectiva cuando se den tres circunstancias (artículo 10): que se apruebe la ley, cuando se negocie con la comunidad internacional, y cuando sea declarada por una mayoría absoluta de los diputados en una sesión solemne del Parlament. Es decir, en realidad, esa ILP no es, en absoluto rupturista ni unilateral, pues plantea que se declare la independencia esta legislatura, con los requerimientos mencionados (artículo 10 citado); pero, aún así, Pedro Sánchez ha preferido desentenderse.

Y su escudero, Félix Bolaños, ministro de presidencia y de justicia, encima tiene el desparpajo de decirnos que lo han hecho por absoluta coherencia, para proteger la constitución y el Estatut de Catalunya y, claro, añadiendo su mantra de que, también, para proteger y potenciar la convivencia entre los catalanes y el resto de los españoles, pues considera que esa ILP es divisiva, fractura la sociedad y genera tensión.

Y, en esa misma línea dura (y obtusa), la vicepresidenta primera y ministra de hacienda, María Jesús Montero, ha dicho hoy (27/3) que ‘los sucesos de esta última década deberían haber comportado enseñanzas, pero, al ver que no es así, se ven obligados a señalar los límites.

Según la ley orgánica 3/1984, de 26 de marzo, reguladora de la iniciativa legislativa popular, acota, en sus artículos:

Primero: ‘Los ciudadanos españoles mayores de edad que se encuentren inscritos en el Censo Electoral pueden ejercer la iniciativa legislativa prevista en el artículo 87.3 de la Constitución, de acuerdo con lo dispuesto en esta Ley Orgánica.

Segundo: ‘Materias excluidas de la iniciativa legislativa popular. Están excluidas de la ILP las siguientes materias:

  1. Las que, según la Constitución, son propias de Leyes Orgánicas.
  2. Las de naturaleza tributaria.
  3. Las de carácter internacional.
  4. Las referentes a la prerrogativa de gracia.
  5. Las mencionadas en los artículos 131 y 134.1 de la Constitución.

(los citados artículos 131 y 134.1, se refieren a la planificación de la actividad económica y la elaboración de los presupuestos generales del estado)

Que la constitución es pétrea, y que está bunquerizada, ya lo sabemos, pero la voluntad política debería primar, y debería respetarse la separación de poderes, entre los parlamentos y el poder judicial. Y aunque el tribunal constitucional no forma parte del poder judicial, y teóricamente debería ser independiente y sometido, exclusivamente a la constitución y a su propia ley orgánica que le regula, su mera aceptación a trámite, ya paraliza la ILP.

Pero, a mi modo de ver, el quid de la cuestión del actual asunto, es que se debería ceñir al necesario, exclusivo y conveniente debate de los temas políticos en el ámbito estrictamente parlamentario, sin limitaciones, máxime cuando la actual ILP se limita a detallar un marco de actuación futurible, si se diesen determinadas condiciones para la declaración de la independencia.

Pero la citada María Jesús Montero, con sus declaraciones como la mencionada, y con otras efectuadas entre ayer y hoy, indicando que:

  • ‘el PSOE no permitirá que se traspase ningún límite’
  • ‘no se puede embarcar a la gente en un proceso que lleva a ningún sitio y que crea falsas expectativas sobre la cual no se tiene los instrumentos ni los medios para poder conseguirse’,
  • ‘son los otros los que tienen que aprender que hay caminos que no conducen a ningún sitio’,
  • ‘el gobierno no permitirá que haya ningún alejamiento de la orden constitucional y lo saben’,
  • ‘la actual ILP se debe a una híper activación de los partidos independentistas vinculada a la proximidad de las elecciones en Catalunya’.
  • etc.

nos confirma que el PSOE es una pieza clave del incorregible estado español, como lo es el PP.

Por eso, y en contra de lo que dice la citada ministra Montero, sí que hemos aprendido, y mucho, pues la letra, con sangre entra, y el 1 de octubre del 2017, el estado español nos provocó mucha sangre, y nos sigue castigando con su continuada represión. Por eso hemos aprendido e interiorizado que del estado español NO PODEMOS ESPERAR NADA, salvo más represión y explotación, y ya no queremos más aprendizajes con métodos sangrientos.

Núria Cadenes, en la primera página de su actual novela ‘Tiberi Cèsar’ (Proa, 2023), incluye la siguiente cita del emperador Publius o Caius Cornelius Tacitus (Tácito, 56 – 120), en su libro ‘Agrícola’ escrito en el año 98:

‘Con falsos nombres, del robar, del asesinato, de expoliar, le llaman dominio; y de la desolación, una vez hecha, le llaman paz’

Y en estas estamos, tras los negros 40 años de paz del nacionalcatolicismo impuestos por el dictador y asesino Francisco Franco, llevamos casi otros 50 años, de una pseudo ‘paz’ impuesta por los poderes del estado, una ‘paz’ a marcha martillo, es decir un modelo impuesto con fuerza y esmero. Y en ese marco de ‘paz’ es lo que Pedro Sánchez entiende la convivencia entre los catalanes.

Es decir, si somos dóciles, pagamos sus impuestos y nos dejamos oprimir, ningún problema; pero en el momento de querer reivindicar un mejor financiamiento, la potestad de decidir, etc., a Felipe VI le faltó tiempo para abrir la caja de Pandora y lanzarnos a todas las furias, a todos los males contra los independentistas catalanes y, como vimos, muchísimos españoles (incluidos catalanes) se envalentonaron al grito del ‘a por ellos’, pues desde siempre nos han tenido ganas.

Y los independentistas catalanes, como he dicho, hemos aprendido muchas cosas desde ese momento, pero todavía nos falta aprender, concienciarnos, de que es preciso que vayamos todos unidos, si queremos tener éxito en futuros embates democráticos y pacíficos.

La historia nos muestra que el gladiador Espartacus (120 a.C. – 70 a.C.), sometido a la esclavitud, lideró un movimiento, un alzamiento contra la república de Roma, hecho conocido como la Tercera Guerra Servil, que se extendió a toda la península itálica durante casi tres años, con importantes efectos en la política romana.

El plan ideado por Espartaco en el año 73 a.C., y organizado con sus compañeros celtas Casto y Cánico, y los galos Crixo y Enomao, consiguió la unidad, inicialmente de 200 esclavos, pero, a los pocos meses fueron miles, cientos de miles de esclavos que tomaron conciencia de su realidad y de sus posibilidades de romper el statu quo.

El trabajo de Espartaco y de sus compañeros mencionados, fue la de organizar un ejército regular; pero, que, con el paso de los años, y los diferentes enfrentamientos con los romanos, se fueron produciendo separaciones, en primer lugar, Crixo y sus galos y germanos, unos 20.000 hombres en total, que se desvincularon del líder Espartaco, y decidieron dirigirse a Roma, pero fueron vencidos y derrotados. Posteriormente se produjeron otras divisiones entre los seguidores de Espartaco.

En la batalla final (batalla del Río Silario, año 71 a.C.), la República Romana fue con todas las legiones disponibles, matando a más de 60.000 esclavos, otros 20.000 huyeron y se dispersaron, y unos 6.000 fueron hechos prisioneros y crucificados a lo largo de la Vía Apia entre Capua y Roma.

El cadáver de Espartaco no fue encontrado, por lo que, desde ese momento surgieron diferentes leyendas.

Pero Espartaco quedó como el símbolo de la libertad ante el mayor sistema esclavista de la historia occidental, ya que de los 50 – 60 millones de individuos, había entre 6 – 10 millones de esclavos.

Haciendo un salto metafórico, me parece interesante resaltar que estas cifras, se aproximan a las del conjunto de España y los catalanes.

Todos los independentistas somos pacíficos y pacifistas, esto está más que demostrado.

Y también está demostrado que ni Roma en su momento, ni Madrid ahora, fueron y son capaces de reconocer sus errores.

Nosotros también tenemos a nuestro líder Puigdemont, y también tenemos divisiones que nos debilitan. Y esas divisiones las potencia el estado español, está claro.

Un estado que se aprovecha de nuestro pacifismo y sentido democrático, al que confronta con todo su poderío represivo, como hemos visto.

Roma aplicaba diferentes penas, según los casos:

  • la pena máxima de la ‘decimatio’ a las legiones que quería castigar (que ya expliqué en un escrito de hace unas semanas, ejecutando, al azar, a un miembro, indistintamente del rango, de cada grupo de diez), o
  • el encierro en un cubículo sepultado (campo perverso), para las vestales que infringían su deber de permanecer 30 años célibes; a esas, se las enterraba vivas con víveres y agua, para que su desgracia fuera más dura y su muerte más tardana.
  • crucifixiones, destierros, etc.   

El estado español ya sabemos cómo responde ante los que pretendemos independizarnos, ya que no consienten ni consentirán, que su cortijo, su negocio, se disminuya.

Por eso, debemos esforzarnos en utilizar todas las vías, y todas son todas (desde la ILP mencionada, hasta los tribunales internacionales), y, tras las próximas elecciones, ir avanzando UNIDOS de forma progresiva y pacífica, para ir superando las trabas que nos irán poniendo, trabas legales, ilegales, alegales, inmorales, etc.

Sólo así lograremos ser independientes, pues no podemos confiar en la UE ni en la ONU, ya lo sabemos.

Pero tenemos la determinación de ser libres, como lo fueron los esclavos que acompañaron a Espartaco, y, como ellos, queremos olvidar las ‘mores maiorum’, las reglas y preceptos tradicionales y sustituirlas por las ‘boni mores’, nuevas normas totalmente morales.