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Hacer Pascua antes de Ramos

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Hoy, día de Pascua, me parece muy oportuno recordar el refrán popular que he tomado como título del presente escrito, para comentar la actuación del ‘mil hombres’ Pere Aragonès; tema que desarrollo a continuación.

El refrán en cuestión refiere el hecho de no alterar el orden natural de las cosas, que, en concreto, se solía aplicar a la norma moral de no tener hijos antes del matrimonio.

Y, en el caso concreto que me interesa resaltar, y que no me sorprende, pues ya estoy curado de espantos, veo que el president de la Generalitat, Pere Aragonès, también quiere hacer Pascua antes de Ramos, pues, en una entrevista realizada a Esther Vera, directora del Ara, publicada hoy en ese periódico, nos dice sandeces como:

‘¿quiero saber la opinión de Puigdemont sobre el Ebro o el casino’, ‘Junts se rindió saliendo del gobierno’, ‘con Puigdemont tendremos la oportunidad de hablar y confrontar propuestas. Más allá del nombre de una persona, que respeto mucho, me interesa saber qué se propone para Catalunya’, ‘Estoy dispuesto a hacer un debate a tres, con Salvador Illa y Carles Puigdemont, porque somos los tres candidatos que ahora representamos los grupos más importantes del Parlament’, etc.

Estos mensajes serían adecuados en una campaña electoral tradicional, pero es evidente que Pere Aragonès carece de la visión y de la perspectiva histórica en la que estamos.

Carles Puigdemont es el president legítimo, destituido de forma amoral por las fuerzas unionistas, españolistas, mediante la aplicación abusiva del artículo 155 de la constitución, ya que ese artículo especifica:

  1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
  2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.

Es decir, ese artículo no facultaba al ejecutivo de Mariano Rajoy (PP), respaldado por Pedro Sánchez (PSOE), para destituir a los presidentes de la Generalitat y del Parlament; y, menos todavía, facultaba al poder judicial para poner sus negras manazas llenas de puñetas, sobre nuestras instituciones, como hicieron y siguen haciendo ilegalmente.

Tras el referéndum, en las elecciones de diciembre del 2017, convocadas por el infame Rajoy, Carles Puigdemont consiguió los votos precisos para ser investido nuevamente president de la Generalitat, pero esa restitución fue abortada el 30 de enero del 2018, por el president del Parlament, Roger Torrent (ERC) por temor a las amenazas del tribunal constitucional. Torrent no se atrevió a investir a Puigdemont a distancia, doblegándose, así, al poder judicial español, a pesar de que el vasallo republicano Sergi Sebrià, diputado de ERC, dijese que ‘no podemos ceder a las presiones que nos llegan de fuera. Sólo podemos ser fuertes’.

Pero, claro, desde entonces han pasado muchas cosas, y ha llovido poco, pero, a mi modo de ver, ha quedado manifiesto que Aragonès y todo ERC, han mostrado su falta de bemoles para enfrentarse al poder del estado; han preferido mostrar su faceta más servil y dócil, para no perjudicar la situación judicial de Oriol Junqueras y Marta Rovira, que sufren el síndrome de Estocolmo, como ya he comentado en diferentes ocasiones.

Y, asimismo, desde que el 24 de mayo del 2021, Pere Aragonès consiguió la presidencia de la Generalitat, ese partido ya cerró su cuadratura del círculo, pues consiguieron el máximo poder que venían deseando y que ansiaban desde la presidencia de Lluís Companys i Jover (1882 – fusilado el 15 de octubre de 1940), finalizada el 7 octubre de 1934.

Ante esta situación, Pere Aragonès, crecido como nunca hubiera podido soñar en una situación normal, ya que, de estar habilitado Oriol Junqueras, Aragonès no hubiera pasado de ser un gris segundón; ahora, se considera un ‘mil hombres’ que, según el diccionario de la RAE, expresa al ‘hombre pequeño y bullicioso y que no sirve para nada’, ‘hombre pequeño que alardea de fuerte y activo’.

Y esas características me parecen muy apropiadas, leyendo sus comentarios mencionados, sabiendo que Carles Puigdemont, no podrá hacer una campaña electoral presencial en Catalunya; por eso me parece vergonzoso que le ‘rete’ a una confrontación directa, como si Carles Puigdemont tuviera plena libertad de acción y actuación.

Si Pere Aragonès tuviera la ética precisa, lo que debería hacer, a mi modo de ver, es ofrecerse para apoyar la restauración del president legítimo. No hay otra. Todo lo demás, no dejan de ser meras instrumentaciones para mantenerse en el poder de forma amoral, y, claro, para preservar los intereses de su partido (ERC), pues, como todos sabemos, los partidos políticos, en realidad, son empresas, maquinarias de colocación y de explotación de contactos y contratos.

Por eso, Pere Aragonès (y Oriol Junqueras, desde la presidencia del partido) se consideran los multiplicadores de los panes y de los peces que, conducirán a una consolidación autonómica pacificada con el estado español. Ese es, a mi modo de ver, su deseo inconfesable, a pesar de los fuegos artificiales que hagan para desmentirlo y distraernos.

ERC, desde la mencionada presidencia de Lluís Companys, finalizada en 1934, ha ido pasando por diferentes fases, como en la siguiente fábula:

‘Las etapas del hombre

Dios creó al asno y le dijo: Serás asno, trabajarás incansablemente de sol a sol, cargarás bultos, comerás hierbas y no tendrás inteligencia alguna. Vivirás 30 años y serás asno toda tu vida.

Y el asno le respondió: Seré asno, trabajaré sin descanso de sol a sol, cargaré bultos y comeré hierbas. Pero, vivir 30 años, Señor, es demasiado. Dame 10 años. Así que Dios le dio 10 años.

Dios creó al perro y le dijo: Serás perro. Cuidarás la casa de tus amos, a los hombres de los que serás el mejor amigo y comerás lo que te den. Vivirás 20 años y serás perro toda tu vida.

Y el perro le contestó: Seré perro, cuidaré la casa de mis amos. Seré su mejor amigo y comeré lo que me den. Pero, vivir 20 años, Señor, es demasiado. Dame solamente 1º años. Así que Dios le dio 10 años.

Dios creó al mono y le dijo: Serás mono, saltarás de rama en rama, serás divertido y algo payaso. Vivirás 20 años.

Y el mono respondió: Seré mono, pero vivir 20 años es demasiado. Dame apenas 10 años. Así que Dios le dio 10 años.

Y Dios creó al hombre, único ser racional sobre la tierra y le dijo: Vivirás 30 años.

Y el hombre respondió: Es muy poco. Dame los 20 rechazados por el asno, los 10 que el perro no aceptó y los 19 que el mono no quiso.

Por eso, el hombre vive 30 años como hombre; 20 como asno trabajando y cargando bultos, se jubila y vive 10 años de perro, cuidando la casa y comiendo lo que le dan; y cuando llega a viejo, vive 10 años de mono, saltando de casa de un hijo a otro haciendo payasadas para divertir a sus nietos’.

(https://angelmaria.com)

Y, a mi modo de ver, ERC, en la actualidad, está en la fase de mono, haciendo todas las payasadas posibles, para hacer ver que mantiene el poder de las instituciones, que, ostenta amoralmente, ya que ha mostrado que no tiene la visión que un verdadero estadista debería reflejar.

Pero, como vemos, Pere Aragonès, y su partido ERC, quieren ‘hacer Pascua antes de Ramos’, quieren atacar a Carles Puigemont, pues lo ven mejor posicionado electoralmente, y por eso, se rebajan a los niveles que expresan sus comentarios mencionados.

Por eso, debemos abrir los ojos y dejar de seguir el juego que nos propone ese partido, y votar para restituir al president legítimo, Carles Puigdemont.

Y después, ya será el momento de criticar a Puigdemont si no cumple, si se limita al mero autonomismo; pero, ahora, debemos ir todos unidos para demostrar al estado español, que con su 155 no ha conseguido descabezar la independencia, como, inmoralmente alardeaba otra ‘mil mujeres’, como era Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta de Mariano Rajoy.

En definitiva, debemos hacer lo imposible para que la mencionada ‘mil mujeres’ Sáenz de Santamaría, ni el ‘mil hombres’ Aragonès, acaben venciendo; la primera, descabezando las instituciones, y el segundo, consolidando ese descabezamiento, iniciado ya, por su correligionario Torrent, al impedir la investidura de Puigdemont en el 2018 .