Apenas el 8 de marzo las calles fueron tomadas por las mujeres para exigir, entre otras cosas, un alto a la violencia. Luego llegó el Covid-19 a México, y a partir de entonces, el incremento del 60% en las denuncias por violencia de género reportado por la Red Nacional de Refugios dicen que estos reclamos no están siendo atendidos. Los más recientes datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) lo demuestran: con 163 delitos cometidos diariamente, marzo del 2020 es el mes que más casos de delitos sexuales ha registrado desde 2015.
La violencia sexual, que afecta principalmente a mujeres, va en ascenso respecto a marzo de 2019. El acoso aumentó un 92.2%, seguido del hostigamiento sexual 62.9%, abuso sexual 25.6% y finalmente, la violación, con un incremento de 14.6% al pasar de 1431 violaciones a 1640 denuncias.
De estos cuatro delitos sexuales, el abuso sexual es el que tiene mayor recurrencia con un promedio diario de 81.3 carpetas de investigacion, seguido del delito de violación con un promedio de 52.9.
En tanto al acoso sexual, vemos que el mes de marzo se posicionó como el de mayor cantidad de denuncias desde 2015.
En el delito de hostigamiento sexual vemos que marzo es el segundo mes con mayor promedio diario de denuncias (7.4), solo detrás de febrero de 2020 que acumuló un promedio diario de 7.9 denuncias.
Los feminicidios siguen a la alza
Por otro lado, la violencia contra las mujeres es cada vez más letal. En lo que va del año, el homicidio de mujeres (incluyendo el feminicidio) ha incrementado en un 6.8% con respecto al año anterior, al pasar de 311 a 332 homicidios, mientras que el homicidio de hombres ha incrementado en un 2.6%.
La respuesta insuficiente del gobierno
El panorama no es alentador y requiere acciones contundentes para revertir la crisis de violencia que afecta al país y, específicamente, a las mujeres. La política de Sana Distancia y de confinamiento en los hogares incrementará probablemente los casos de violencia familiar, delitos sexuales e incluso de feminicidios durante los siguientes meses. Por tanto, es indispensable reforzar la actual estrategia de prevención y erradicación de la violencia de género, hacer un uso eficiente de los recursos públicos y mejorar la coordinación con los gobiernos locales. A continuación, nuestras recomendaciones:
1.- Formular una política focalizada de reducción y prevención de los homicidios que atienda de manera diferenciada los factores y las dinámicas asociados a la violencia letal contra las mujeres y contra los hombres. La estrategia debe atender las características y los patrones espaciales de las zonas de mayor concentración de homicidios, mediante la coordinación entre los tres órdenes de gobierno, empresarios, académicos y sociedad civil.
2. Garantizar el cumplimiento de las órdenes de protección y las medidas precautorias para las mujeres que han ya han sido violentadas física y emocionalmente. Ejemplo de un programa exitoso es el denominado Pulso de Vida, que ya ha sido implementado en diversos municipios de Jalisco.
3.- Fortalecer económicamente y con personal capacitado los refugios para mujeres y los centros de justicia. Este tipo de instituciones recibió un fuerte recorte de su presupuesto en 2020. Si queremos revertir el incremento de los homicidios de mujeres, debemos generar espacios en donde las mujeres víctimas de violencia puedan refugiarse y evitar que se encuentren con sus agresores.
4.- Identificar factores de riesgo y conductas vinculadas con la violencia de género a través de los mecanismos de justicia cívica. La información que se genera sobre los infractores y las dinámicas de convivencia pueden servir para diseñar programas preventivos y acciones que eviten el escalamiento de violencia contra las mujeres.