- Estudios de mercado del INEGI afirman que 41 % de las madres en el país estaban económicamente activas hace un par de años
- 40% de emprendedoras mexicanas son madres de familia, según datos del INEGI
Cada año se conmemora el 10 de mayo, cómo el “Día de las madres”, con motivo de reconocer la labor que toda madre de familia hace día con día, pues la crianza de los hijos es todo un reto. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al cuarto trimestre de 2022, en México residían 56 millones de mujeres de 12 años y más, 67% (38 millones) eran mamás; 11% de ellas, estaban solteras.
Ahora bien, ser mamá y trabajar es otro desafío que enfrentan las mujeres mexicanas, según datos del INEGI, cuatro de cada 10 mujeres de 25 a 49 años de edad que forman parte de hogares con hijos e hijas menores de 3 años de edad, desempeñan una actividad económica en el mercado laboral (40.9%). Además, estadísticas del censo de hace un par de años afirman que el 41% de las madres en el país estaban económicamente activas. Colima es la entidad con una mayor tasa de participación económica de las madres en México, con un 51%, seguida de Baja California Sur, con 50.7 y la Ciudad de México, que se ubica en 49.8%.
Ser madre trabajadora ya es complicado y sumarle ser jefa o líder de una organización lo vuelve aún más difícil. Ahora, las motivaciones que las llevan a desarrollar esos roles son diversas, pero según el INEGI, una de las causas principales por las que deciden emprender es porque son mamás y requieren de apoyar económicamente a su familia, lo cual marca desde el inicio la relación que existe para muchas mujeres entre trabajar y ser de servicio a otros.
Ana Estrada, directora y fundadora de Brújula Interior, consultora enfocada en la identificación de talentos para el Desarrollo Empresarial que ofrece entrenamientos y certificaciones a empresas y personas que desean un crecimiento laboral sustentable, destaca que es muy fácil ser mamá líder cuando se conocen y utilizan sus talentos para desarrollar a otros, lo cual las vuelve inspiracionales. Asimismo, comenta que el parte aguas se da cuando la mujer invierte en su propio liderazgo, ya que de otra forma puede acabar imitando modelos ajenos o que ya no son funcionales.
“Cuando mi hijo era chiquito, yo tenía un trabajo muy demandante; muchos viajes, muchas horas de trabajo, y ya sabes, las mamás nos preguntamos ¿lo estaré haciendo bien?, ¿estaré dejando huecos?, ¿qué tal que hice falta? Bueno, un día mi hijo regresa de un cumpleaños y me dice: Esa mamá estaba ahí, pero no estaba para nosotros. Cuando tú estás aquí, trabajas, estás con nosotros, pláticas con mis amigos, juegas… y ahí me di cuenta que mi hijo sentía que yo estaba disponible para él y sus necesidades. Eso es lo que una mamá líder hace dentro y fuera de casa, gestionar al otro”, puntualiza.
Actualmente, en México, la situación de las mujeres en los entornos laborales ha cambiado y mejorado con el paso de los años, hoy día ya existe una amplia cantidad de mujeres que ocupan puestos de Dirección (36% de mujeres en puestos de liderazgo de acuerdo con el estudio Mujeres en 2023). Incluso actualmente con las elecciones del país, hay candidatas que están compitiendo por ser la primera presidenta. No obstante, los obstáculos a resolver aún son muchos, tales como:
- Impacto en el desarrollo profesional: las que son parte de la Alta Dirección reconocen la importancia de desarrollar nuevas habilidades como respuesta ante un entorno cambiante, que demanda una actualización en los programas de capacitación, perfiles, y flexibilidad para asegurar el upskilling y reskilling que los mantendrá vigentes como organización y como profesionales.
- Discriminación de género: Aún presente en el lugar de trabajo, lo que afectas su capacidad para ascender en su carrera o ganar salarios justos.
- Falta de tiempo: Las madres trabajadoras pueden sentir que no tienen suficiente tiempo para pasar con sus hijos o para participar en actividades familiares debido a las largas horas de trabajo y las tareas del hogar, lo cual genera culpa afectando su productividad.
Ante esto, Estrada detalla dos consejos para aquellas mamás, que también trabajan y que ocupan puesto de liderazgo:
1.- Plantéate prioridades: Que se realice más de una actividad, no quiere decir que no quieran a sus hijos. Ya pasaron los tiempos en los que para evidenciar que la prioridad eran los hijos, la mujer tenía que quedarse únicamente haciendo el rol de madre, eso ya pasó, para quien quiera hacer más, sí se puede. Cuando digo prioridades me refiero a elegir esas tareas que determinan el punto de conexión y contención con tus hijos. ¿Para ti es que te vea en todas las meriendas, o que lo lleves al colegio, o que estés en todos los festivales, o que te conozcan las mamás de sus amigos? para cada niño es diferente, observa, elije y crea tradiciones alrededor de esas actividades.
2.– Invierte en entender tu tipo de liderazgo: Hay mamás que son líderes porque son las proveedoras de casa, hay quienes lo son porque cuando se pone complicado y la vida nos aplasta, son las que deciden cómo resolver. Otras lo son porque nutren la relación, construyen su salud emocional y mantienen al grupo unido, nutriendo autoestima y también están las que son líderes por contener a los hijos teniendo la casa corriendo como relojito, sus rutinas, comida, doctores, dentistas, vacunas y todo lo que les da seguridad.
El que tú seas especialmente buena con algunas de esas actividades no significa que no puedas hacer las demás, solo significa que, si te enfocas en evidenciar tu contribución de esa forma, para tus hijos será más fácil notarlas y agradecerlas. Lo mismo en el trabajo, si identificas las tareas que mejor haces y más disfrutas, se volverán sostenibles. Para las demás tareas, organiza un equipo que las pueda hacer como parte de su aprendizaje.
Eso te mantendrá sana y satisfecha. ¿Hay un mejor líder o mamá que alguien que vive así la vida? Una mamá que ha invertido en conocerse y desarrollarse es, sin duda, el mejor el mejor ejemplo de liderazgo que podemos ofrecer tanto en casa como en la empresa. Tratándote como una prioridad puedes realizar el doble rol sin morir en el intento