El 30 de mayo se conmemora el Día Mundial Sin Tabaco, una fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para visibilizar los efectos devastadores del tabaco en la salud y fomentar políticas eficaces para reducir su consumo. Este año, el enfoque se centra en la prevención y la educación, destacando la urgente necesidad de informar y educar a la población sobre los peligros del tabaquismo.
El tabaco es responsable de la muerte de aproximadamente 8 millones de personas cada año. De estas, 7 millones son fumadores activos, mientras que más de un millón son no fumadores afectados por el humo de fuente ajena, conocido como humo de segunda mano. En la región de las Américas, el tabaco cobra la vida de un millón de personas anualmente, lo que representa un desafío crítico para la salud pública según la OMS.
En México, el panorama no es menos alarmante. Según datos de la Secretaría de Salud federal, hay 17.3 millones de fumadores en el país, de los cuales 12.1 millones son hombres y 5.2 millones son mujeres. Lo más preocupante es el incremento del consumo de tabaco entre los jóvenes de 12 a 17 años. Este aumento sugiere que las generaciones futuras continuarán sufriendo las consecuencias de esta adicción si no se toman medidas preventivas adecuadas.
Datos del área de neumología de Médica Sur, subrayan la importancia de dejar de fumar desde una perspectiva médica: “El consumo de tabaco daña prácticamente todos los órganos del cuerpo humano, no solo los pulmones. Los efectos incluyen enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, múltiples tipos de cáncer, problemas en la piel y huesos, así como el desarrollo de enfermedades respiratorias crónicas. Todas ellas incrementando el riesgo de discapacidad y muerte prematura”.
El impacto económico del tabaquismo también es considerable. México gasta más de 116,151 millones de pesos anualmente en la atención de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco. Este gasto podría reducirse significativamente con políticas efectivas de control del tabaco y programas de prevención y cesación.
El Día Mundial Sin Tabaco nos recuerda la urgencia de visibilizar el impacto del tabaquismo y sus consecuencias devastadoras desde una perspectiva médica. Dejar de fumar no solo mejora la salud y calidad de vida de los individuos, sino que también alivia la carga económica y sanitaria sobre los sistemas de salud pública. Es una tarea que requiere el compromiso de todos, desde los gobiernos hasta los ciudadanos, para asegurar un futuro más saludable para las próximas generaciones.