Por Daniel Sánchez Dorame |
Hermosillo (México) (EFE).- El mayor desastre minero en la historia de México, el derrame de 40 millones de litros de tóxicos en el río Sonora, cumplió este martes 10 años con impunidad y nuevas denuncias de pobladores originarios contra la minera responsable, Grupo México, a la que acusan ahora de sobreexplotar el agua.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) del actual Gobierno denunció a Grupo México por negligencias al construir el depósito de sus desechos, mientras los pueblos de Sonora, estado de la frontera norte, aseguran que la minera continúa despojándolos de agua en el río Bacoachi.
Exigen a la empresa a que se haga cargo de los daños
“Nosotros hemos reabierto el caso, ya se tiene un dictamen que se presentó (hace cuatro meses), está en las redes sociales y se está pidiendo que la empresa se haga cargo de los daños, y que se resuelva el problema de la contaminación del agua”, dijo este martes el presidente, Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia diaria.
En tanto, el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, ha revelado a los medios que existen denuncias de los habitantes porque “los vecinos de Bacoachi han expresado su inconformidad por la extracción del agua en los mantos acuíferos de la región, para el aprovechamiento de la mina”.
El mandatario estatal, del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena), reconoció que Grupo México “cuenta con la autorización para la extracción del agua”, pero pidió nuevos estudios de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ante el temor de los habitantes a que se termine el líquido en la región.
Un desastre histórico de México aún vigente
El peor desastre ambiental de la historia minera de México, según el reporte de la Semarnat, ocurrió el 6 de agosto de 2014, cuando 40 millones de litros de sulfato de cobre acidulado cayeron al río Sonora por “una negligencia en el diseño hidrológico del sistema de presas”, lo que afectó a 22.000 habitantes de ocho municipios.
El Gobierno actual exigió en junio a la compañía un “nuevo programa de remediación” al considerar que no ha hecho los esfuerzos necesarios.
Entre quienes aún padecen los estragos está Martha Patricia Velarde, residente del municipio de Baviacora, quien padece enfermedades por tener metales pesados en la sangre por consumir el agua contaminada.
Velarde, integrante de los Comités de Cuenca del río Sonora, pidió al Gobierno actual no ser cómplice de la minera y no hacer “un estudio a modo para justificar esta sobreexplotación” del afluente.
“Perjudica desde allá, desde Cananea (municipio minero) hasta Hermosillo (capital de Sonora), porque todos somos el río Sonora que atraviesa al estado, todos abrazamos el movimiento”, advirtió a EFE la afectada.
Contaminación de los ríos Sonora y Bacanuchi
Humberto de Hoyos Félix, habitante de Cananea y miembro del Movimiento en Defensa del Agua, explicó que en esta región nunca habían batallado con los pozos hasta que Grupo México comenzó la extracción del agua en la zona con la permisividad oficial.
“Un mes después de que empezó a bombear la minera se acabó el agua, no se necesita ser un genio para saber que el agua se la acabaron, la mayoría de los ganaderos hacemos pozos de 70 a 90 metros, viene la minera y hace pozos más grandes, de 200 a 300 metros de profundidad”, expuso a EFE.
El derrame ocurrió en la mina de Buenavista del Cobre en Cananea, que dejó atestado de metales pesados los ríos Sonora y Bacanuchi que pasan por los municipios de Cananea, Ures, Huepac, Banámichi, Aconchi, San Felipe de Jesús, Baviacora y Arizpe.
Los habitantes denunciaron que todavía hay problemas en sus siembras y sus animales, por lo que siguen en riesgo, pues las autoridades reconocen la contaminación con arsénico, aluminio, mercurio, hierro y manganeso en el agua y el ambiente.
A un año de que la Semarnat presentó una denuncia penal contra Grupo México por el derrame tóxico, no reportan avances en la investigación, mientras que Buenavista del Cobre continúa aprovechando el agua pese a la sequía.