Demandan una visión política para crear sociedades sustentables, igualitarias y diversas
Amsterdam, 3 May (Notimex).- La Organización Mundial de la Salud ya ha estimado que 4.2 millones de personas mueren cada año por la contaminación, y que los impactos del cambio climático causarán 250 mil muertes adicionales por año entre 2030 y 2050, por lo que los expertos advierten que, con la severa degradación adicional de los ecosistemas, los brotes virales posteriores, incluso más fuertes que la COVID-19, son muy realistas.
Todo esto requiere de una acción integrada y drástica y vuelve crítico comenzar a planear un mundo posterior al COVID-19 tan pronto como sea posible, por lo que en un manifiesto, 174 académicos holandeses intentan resumir lo que consideran serán políticas críticas y exitosas para avanzar durante y después de la crisis.
Señalan que mientras algunos impactos medioambientales y sociales, positivos a corto plazo, han surgido, como apoyo comunitario, organización y solidaridad local, menos contaminación y emisiones de efecto invernadero, estos cambios serán temporales y marginados sin esfuerzos concentrados para un cambio político y económico general.
Es necesario prever cómo esta situación actual podría conducir a una forma de desarrollo económico sustentable, justo, equitativo, saludable y resistente que vaya hacia adelante.
Proponen cinco políticas clave para el Modelo de Desarrollo Post COVID-19, todas las cuales pueden ser implementadas inmediatamente y sostenerse después de que esta crisis se haya calmado:
1. Alejarse del desarrollo enfocado o relacionado con el crecimiento del Producto Interno Bruto para diferenciar entre sectores que puedan crecer o necesitar inversiones (los llamados sectores públicos críticos, energía limpia, educación, salud y otros) y sectores que necesitan decrecer radicalmente debido a su insustentabilidad fundamental o su rol en conducir a un excesivo y continuo consumo (sector del petróleo, gas, minería, publicidad, etc.)
2. Un marco económico enfocado en la redistribución, que establezca un ingreso básico universal generado en un sistema político social universal, un fuerte y progresivo impuesto del ingreso, ganancias y riqueza; horas reducidas de trabajo y empleo compartido, que reconozca el trabajo de cuidado y servicios públicos esenciales tales como salud y educación por su valor intrínseco.
3. Transformación hacia una agricultura regenerativa, basada en la conservación de la biodiversidad, en la producción local sustentable y mayormente vegetariana, así como condiciones justas de empleo agrícola y de salarios.
4. Reducción del consumo y viajes, con un cambio drástico del lujo, el consumo de desperdicio y viajes, a lo básico, al consumo y viajes necesarios, sustentables y satisfactorios.
5. Cancelación de la deuda, especialmente para los trabajadores y propietarios de pequeños negocios y para los países del Sur del planeta (tanto por los países ricos como por instituciones financieras internacionales).
Como académicos, concluyen, «estamos convencidos de que esta visión política conducirá a sociedades sustentables, igualitarias y diversas basadas en solidaridad internacional, mismas que puedan prevenir y abordar incidentes y pandemias por venir».