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Solo una cuarta parte del presupuesto para transición energética y cambio climático se destina a este objetivo

–     En 2024 se asignaron 243 mil 705 mdp a la transición energética y cambio climático.

–     De estos recursos, el 25.5% está vinculado a dichas acciones, mientras que el 49.2% se dirige al Tren Maya.

A pesar de los compromisos internacionales que ha asumido México, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el sector eléctrico han aumentado en un 11.4%, el presupuesto asignado en 2023 y 2024 para este fin no permite el avance hacia la descarbonización de la economía.

Ante este contexto, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), en colaboración con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), subraya que, de los 243 mil 705 mdp identificados en los anexos Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles más Limpios y Recursos para la Mitigación de los Efectos del Cambio Climático, del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024, solamente 62 mil 241 mdp (25.5%) están directamente vinculados a acciones en favor del clima.

El presupuesto en los anexos transversales, contempla 155.2% más presupuesto en energías limpias (5 mil 789 mdp) que a ciclo combinado (2 mil 258 mdp). Sin embargo, en el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) 2024-2028, la capacidad instalada neta de ciclo combinado que se sumaría sería 358% mayor a la capacidad instalada de energías limpias.

El CIEP refiere que existe una discrepancia entre los recursos asignados y su finalidad, pues del presupuesto 2024, el 49.2% se dirige al Tren Maya, un proyecto no vinculado directamente a la mitigación del cambio climático. Aunado a ello, se observa que algunos programas se contemplan en ambos anexos, lo que implica una duplicidad de recursos, principalmente en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Secretaría de Energía (SENER). Por otra parte, 26 de los 63 programas no tienen vinculación directa con la transición energética y cambio climático. De ahí la necesidad de realizar una revisión rigurosa de los programas y recursos incluidos.

La política fiscal es una herramienta que permite a los gobiernos mitigar los efectos del cambio climático y avanzar en la transición hacia energías limpias. Es crucial que las políticas energéticas y ambientales vayan de la mano con una asignación eficiente del presupuesto. Sin recursos suficientes y bien dirigidos, los objetivos climáticos de México corren el riesgo de no cumplirse.